La literatura es una actividad del espíritu humano, del suceder imaginario, e integrada además por elementos de la realidad; es además expresión, comunicación, espiritualidad. Y basado en estas consideraciones fundamentales, pero siempre teniendo en cuenta la riqueza cultural de este otro lado del mundo, de nuestra América india, mestiza, negra y blanca --con sus luces, sombras, clarinadas, oprobios y avatares--, es que el Premio Casa de las Américas arriba a su edición número cincuenta y ocho.

Más de medio siglo realizando la selección y publicación de centenares de obras que le prestigian como uno de los certámenes literarios más prominentes de este continente, tras el triunfo de la Revolución cubana: su evento histórico-político inspirador convocado por la inolvidable heroína del Moncada y de la Sierra, Haydée Santamaría.

Así, desde este lunes 16 de enero hasta el 26 la Casa de las Américas es sede de la cita literaria de los intelectuales de este continente con motivo de la Edición 58 del Premio Literario que organiza esta institución.

Con un total de 135 obras en concurso, la literatura brasileña (ficción) se alza con la mayor participación. El certamen, empeñado en apoyar la literatura del continente durante ya casi 60 años de existencia ininterrumpida, acoge en esta oportunidad a los géneros de novela, poesía, ensayo de tema histórico-social, literatura testimonial, brasileña y premio sobre la presencia negra en la América y el Caribe contemporáneos, este último respaldado además por el recién fundado Programa de Estudios sobre Afroamérica.

En esta ocasión, el ensayista y profesor dominicano Silvio Torres-Saillant, quien es  primer jurado por República Dominicana. tuvo a su cargo el discurso de inauguración.

“Los dominicanos han preservado la solidaridad con la Cuba revolucionaria
(…) Se recuerda la participación de los hermanos Marcano y de Máximo Gómez en la Guerra de los Diez Años en Cuba, e igual perdura en la memoria aquella evocadora reunión de 1895 entre Gómez y José Martí en la ciudad dominicana de Montecristi, donde acordaron la logística, y redactaron el Manifiesto que anunciaría al mundo la visión liberadora detrás de la guerra independentista cubana que arrancaría a partir de ahí”, rememoró el escritor dominicano.

Resaltó además que “para el Caribe, la Casa ha sido vital. Aunque dominicano, yo me descubrí caribeño solo después de entrar en contacto con los textos clave del pensamiento, la literatura, las artes, la cultura y la historia del mundo antillano de distintas zonas lingüísticas de la región que Casa se dedicó a difundir (…) Para mí fue todo un despertar. Fue caer en la cuenta de que leer requería estar en guardia por si acaso había que entrar en pugna epistémica con lo libros. Es decir, estar dispuesto a hacer aquello que hace Fernández Retamar con el presunto pensamiento civilizador de Domingo Faustino Sarmiento (…) pero después de mirarlo de nuevo bajo el influjo de una lectura menos veneradora de la tradición, como la adelanta el autor del imprescindible ensayo Calibán, ya no podía pensar que la mera lectura de su obra y la de otros como él ayudaría a superarme. Ahora me quedaba claro que había que leer a Sarmiento para descodificar su prejuicio con el fin de ayudar a los jóvenes a rehabilitar el discurso cultural latinoamericano, extrayéndole el veneno del racismo (…) Si hoy siento que puedo hacer ese trabajo se debe al provecho que he sacado del proyecto rehumanizador de Casa de las Américas”.

Declaraciones de algunos miembros del Jurado a la publicación digital Cubarte :
Roberto Fernández Retamar—Prestigioso intelectual cubano. Presidente de la Casa de las Américas

“La Literatura latinoamericana y caribeña goza de muy buena salud, y el Premio Casa de las Américas es testimonio de esto, por la gran cantidad y calidad de las obras que concursan”.

Eduardo Langagne (México--1952).- Poeta, traductor y profesor en Letras Latinoamericanas por la Universidad Autónoma de México (UNAM)

“El concepto es muy amplio, diverso y, sobre todo muy rico, y considero que esta es la mayor virtud que tiene nuestra literatura. Podríamos decir, incluso, que no sólo la literatura en español por principio, sino también en portugués, porque hay que tener muy en cuenta que Brasil forma parte de esta gran comunidad; al igual que todas aquellas que residen al sur de los Estados Unidos –los llamados chicanos--, cuya escritura no obstante realizarse en idioma inglés (al ser su lengua materna), es portadora de diversas variantes dentro de un concepto literario latinoamericano muy propio. Es por todo ello que considero a nuestra literatura continental muy rica, muy diversa, algo que recompensa a quien funge como jurado en el Premio Casa.

Por otra parte soy feliz por dos cosas. Primero, por encontrarme aquí y de participar como jurado del Premio Casa 2017 y, segundo, porque a la vez será presentado mi libro de poemas Verdad posible, Premio Lezama Lima 2016 premiado durante el pasado certamen. Mi vínculo con la labor de Casa de las Américas continuará siendo muy cercano, pues el futuro es para mí un espacio de optimismo”.

Adriana Lisboa (Río de Janeiro, Brasil-1970) Narradora, poeta, investigadora y profesora en Literatura brasileña y doctora en Literatura comparada por la Universidad Estadual de Río de Janeiro.

“Este continente posee una diversidad literaria inmensa y diría que es lo principal que le caracteriza. En mi país tenemos una tradición literaria muy distinta a la del resto de este continente, en especial, de la América hispana y a esto le agrego el llamado realismo mágico. Realmente es una gran diversidad temática y estilística la que impera.

Acerca de mi obra, mi última novela Hanoi, deberá ser publicada en idioma español por una casa editorial argentina. Mis libros plantean diversas situaciones y conflictos socio-culturales existentes en Brasil, entre otros, la situación de la mujer. Acerca de esto mi título Sinfonía en blanco, plantea una historia de violencia sexual en una familia, en la cual una niña es su principal víctima, y cómo toda esta situación le marcará durante toda la vida”.

Aurelio Alonso (La Habana, 1939) Sociólogo, politólogo y diplomático cubano. De su vasta obra intelectual se incluyen, entre otras funciones, el haber sido fundador del Departamento de Filosofía y profesor de la Universidad de La Habana

“Aunque para el género Ensayo no existen muchas obras concursantes, sí debo destacar que, al respecto, existen trabajos muy importantes, muy meritorios…Soy optimista de que el título premiado en este certamen será uno de los más representativos. Tengo también el honor de estar con dos excelentes miembros de este jurado: la mexicana, Berenice Ramírez López, y el dominicano, Pablo Mella. A ambos les conozco por su importante obra.
Sí considero lo más significativo en este certamen el Premio de Literatura brasileña que ha crecido enormemente si analizamos, si se tiene en cuenta que Brasil constituye la mitad del continente latinoamericano, además de tener un destino definitivo y definitorio para el futuro de América Latina y del Tercer Mundo.
En lo que respecta a mi obra, escribí un ensayo corto titulado Parar el efecto dominó: siempre el desafío, publicado en el Número Uno de la revista Casa de las Américas correspondiente al presente año. Dicho trabajo intenta presentar una mirada global partiendo de algunos hechos ocurridos --previstos algunos y otros no--, durante el año que transcurrió, y que me impulsan en definitiva a unirlo con otras cosas que tengo escritas y para completar otras también que guardo en notas. Posiblemente, ese será mi libro del 2017, para ser publicado al año siguiente. Asimismo y como he escrito siempre mucho prólogo, muchas personas me han sugerido la elaboración de un libro compilativo de todos mis prólogos escritos hasta el momento; de todo aquello que has valorado del pensamiento de otros. Así, tengo esta motivación como perspectiva inmediata, al ser algo que ya está escrito  y publicado”.