El 12 de junio de 1901 fue aprobada en la Convención o Asamblea Constituyente de Cuba, por mayoría de votos, 16 a favor y 11 en contra, la inclusión de la Enmienda Platt como apéndice de la Constitución de la República de Cuba, recién aprobada cuatro meses antes, el 21 de febrero de 1901. Dicha Enmienda, fue la amenaza más directa y el peligro real contra la naciente república: de no ser aceptados y aprobados sus ocho artículos, sin aclaración alguna, las tropas de ocupación de los Estados Unidos de América no abandonarían el territorio cubano, impidiendo la proclamación de Cuba independiente.
La llamada Enmienda Platt fue el documento que enmarcó las relaciones entre Cuba y los EE. UU., durante más de 30 años (1902-1934), e inauguró la política intervencionista de este último –sin que pudieran evitarlolas potencias de ese momento, inicios del siglo XX- en correspondencia con la ambición estadounidense de erigirse como nueva potencia colonialista internacional, hegemónica, sobre todo, en las Américas.
Después de terminada la Guerra de Independencia de Cuba (1895-1898) con la intervención militar de los Estados Unidos de América, la ocupación militar americana en el territorio cubano fue instaurada oficial y estratégicamente el 1º de enero de 1899, a tenor del traspaso de la soberanía sobre Cuba, acordado entre el gobierno estadounidense y el español mediante el Tratado de Paz, en París, 10 de diciembre de 1898.
Terminado el proceso de elaboración, discusión y aprobación de la Constitución cubana por la Asamblea Constituyente, se impuso por el gobierno estadounidense una enmienda a la Ley de Créditos del Ejército, promovida por el senador Orville H. Platt, presidente de la Comisión de Relaciones con Cuba, el 26 de febrero de 1901, ante el Senado. Esta acción inmediatamente fue aprobada en el Congreso, y ratificada por el presidente Mc Kinley el 2 de marzo del mismo año.
A través de sus ocho artículos se definieron las graveslimitaciones a la independencia y la soberanía de la nueva nación latinoamericana y caribeña, y su sometimiento a la voluntad e intereses del gobierno de los EE. UU. y del capital procedente de esa nación. En particular, el artículotercero, clave de la política exterior estadounidense, se refería al derecho de intervención, como principio político colonialista, de forma bien clara y explícita:
Que el Gobierno de Cuba consiente que los Estados Unidos pueden ejercitar el derecho de intervenir para la conservación de la independencia cubana, el mantenimiento de un Gobierno adecuado para la protección de vidas, propiedad y libertad individual ypara cumplir las obligaciones que, con respecto a Cuba, han sido impuestas a los Estados Unidos por el Tratado de París y que deben ser asumidas y cumplidas por el Gobierno de Cuba.
Por el artículo VI intentaba cercenar una parte del Archipiélago Cubano, conjunto territorial reconocido de tal forma en la Constitución de 1901, dejando para el debate futuro la propiedad de la Isla de Pinos:
Que la Isla de Pinos será omitida de los límites de Cuba propuestos por la Constitución, dejándose para un futuro arreglo por Tratado la propiedad de la misma.
De forma similar, cínicamente, en el artículo VII, imponía la venta o arriendo de tierras cubanas para la creación de carboneras o estaciones navales estadounidenses en Cuba. Una secuela del mismo es, hasta la actualidad, la Base Naval de EE. UU. (convertida en prisión), ubicada en la Bahía de Guantánamo, a pesar del rechazo y la denuncia constante del pueblo y las autoridades gubernamentales cubanas:
Que para poner en condiciones a los Estados Unidos de mantener la independencia de Cuba y proteger al pueblo de la misma, así como para su propia defensa, el Gobierno de Cuba venderá o arrendará a los Estados Unidos las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos puntos determinados que se convendrán con el Presidente de los Estados Unidos.
Además, el artículo VIII concluía con la exigencia de que todos las partes de esta Enmienda se incluirían en el Tratado Permanente entre Cuba y los EE. UU., que debía concretarse en el futuro inmediato.
He resaltado los artículos más ofensivos a la dignidad nacional, sin eximir de igual condena a los otros, que no incluyo para abreviar mi exposición. No obstante, la aprobación de la Enmienda Platt en 1901, que fue la condición principal para evacuar las tropas yanquis del país y proclamar ante el concierto internacional la tan anhelada República de Cuba el 20 de mayo de 1902, hasta la derogación de la Enmienda Platt en 1934, esta se convirtió en una cuestión política de primer orden en el devenir nacional. De los 56 años que abarca la primera etapa republicana (1902-1958), 32 de ellos (57% de esta etapa) estuvieron dedicados a rescatar la integridad nacional.
La soberanía sobre la Isla de Pinos, se restituyó en 1925 por el Tratado Hay-Quesada. La explosión revolucionaria de 1933, contra el gobierno de Gerardo Machado, barrió no solo con la dictadura machadista apoyada por el gobierno de los EE. UU., derogó de un tajo a la Constitución de 1901 y abrió paso a otra más cercana a los anhelos democráticos soñados dentro de la república burguesa: la Constitución de 1940. Esta fue burlada reiteradamente por los gobernantes corruptos, y violada por el golpe de estado batistiano de 1952, encabezado por el último dictador cubano de la República, Fulgencio Batista y Zaldívar.
Referirnos a las relaciones actuales entre Cuba y los Estados Unidos de América, haciendo caso omiso del proceso histórico en que estas nacieron y se desenvolvieron cronológicamente durante 57 años (1901-1958), puede ser fácil, pero con ello también se obtiene un resultado tremendamente falaz. El enfoque de los hechos y procesos políticos privados del contexto histórico en el cual ocurrieron, se desenvolvieron, así como de los efectos posteriores de su existencia, nos priva (conscientemente) del análisis de las causas y consecuencias de aquellos;rehúyen conceptos básicos de la Historia y rebajan laveracidad y calidad académica de cualquier pronunciamiento público sobre Cuba.
La política actual de bloqueo/embargo económico, comercial y financiero de los EE.UU. contra Cuba, ha sido y es, también, una forma de intervención exógena,genocida, que lacera la independencia y soberanía de nuestro país -y también de otros, debido a su irregularextensión en el ámbito internacional- e igualmente afectaen forma directa los derechos humanos individuales y colectivos de nuestro pueblo. Sus antecedentes,fundamentados y sólidos, podemos rastrearlos en la llamada Enmienda Platt de 1901.
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