Este segundo jueves de septiembre pueden verse caras jóvenes en  el Organopónico de Fontanar, en el surco, para impulsar con sus propias manos los cultivos que brinda la  tierra. Ellos estudian en la Universidad de las Artes y ponen su pequeña contribución en esa tarea de primer orden hoy, que es la agricultura, en estos tiempos de compromiso, de ser útil, de hacer por tu país.

Así nos informa Michel Cruz Gómez, Vicerrector de Desarrollo Cultural y Trabajo Educativo en el centro de altos estudios de las artes, y añade que esa es una de las diversas acciones que realizan dichos jóvenes, en materia de inserción social y trabajo en las comunidades.

Ahí llegan cada mes a colaborar, pues ese organopónico no solo es uno de los más grandes de La Habana, si no que su producción está destinada, en estos momentos, a dar cobertura a centros de aislamiento y hospitales. Mas ahí no termina ese ejercicio de voluntades: una vez culminada la actividad productiva, llega el arte, transformador y necesario que nutre el alma. 

Entonces, los jóvenes que continúan en formación, realizan presentaciones para la comunidad cercana, y así convierten en doble su día, como oportunidad excepcional para  crecer, como valiosos artistas y como buenos seres humanos.

Hermoso vínculo trabajo y estudio

Para la enseñanza artística éste no es un hecho aislado, hermoso sí, mas no único. Sucede cotidianamente y como parte de la formación de las nuevas generaciones de artistas, en todos los niveles. Por ello, desde los más pequeños en edad escolar, que cursan el nivel elemental en las escuelas de arte de toda Cuba, hasta los universitarios del ISA y sus filiares en provincias, llevan en sus componentes educativos un principio esencial de la educación cubana, el hermoso vínculo trabajo y estudio. 

Con ello, son múltiples y diversas las acciones que se desarrollan en el objetivo plural de fomentar el compromiso social, su educación en  el desarrollo sostenible, fortalecer identidades y su preparaciónideológica, hacia un artista integral y un mejor ciudadano.

Antológicas son las Brigadas artísticas que desde esa dimensión y por décadas, se insertan en las comunidades fundamentalmente en las etapas  veraniegas, también como parte de la programación habitual. Muchas van a las montañas, otras a zonas periféricas, otras se integran en su barrios, pero siempre en su noble encargo social.

Enfrentan diversas tareas en las comunidades y centros de aislamiento

Se diversifican en los nuevos tiempos las maneras de hacer. Qué decir de los que en la zona roja, frente a la Covid-19 hoy enfrentan diversas tareas en las comunidades y centros de aislamiento, como también aquellos que desde el inicio de la pandemia se han vinculado en su labor docente en las teleclases, o en las asesorías a los estudiantes, o las donaciones de sangre, al enfrentamiento del enemigo en las plataformas virtuales, como voluntarios en los estudios de los candidatos vacunales o en su importante papel sociocultural  en los vacunatorios.

E incluso, los que nos enorgullecen al ganar premios internacionales desde las lides virtuales, para dar más prestigio a Cuba , o nuestros pequeñines que bien tranquilos en casa quedan a resguardo como  se indica y allí se ocupan de estudiar y a hacer el arte y la cultura, conscientes y responsables.

Así va la enseñanza artística y mucho queda por hacer. Pues, en momentos en que Cuba impulsa proyectos dirigidos a lograr la mayor igualdad entre sus ciudadanos y transformar la realidad social desde las comunidades,  política de la Revolución cubana desde sus inicios, y que se materializa en diversas acciones, en el ámbito de la enseñanza artística, sigue siendo cada vez más imprescindible hacer más participativos estos procesos de inserción social de nuestros estudiantes.

Se precisa  lograr la motivación en ellos para que sea creciente su protagonismo, pues para la Isla, con un enemigo a 90 millas que se reinventa en sus planes de odio y destrucción, urge siempre aunar voluntades y esfuerzos en pos de lo conseguido y lo soñado.

En la forja de las nuevas generaciones, cada día cuenta. La vocación y responsabilidad social es un ejercicio permanente para fortalecer nuestra Nación.