Cabe suponer que cuando todo regrese a la normalidad, Ernesto García Peña (Matanzas, 1949) vuelva a confrontarnos con su más reciente quehacer artístico. Así lo sugiere la periodicidad con que hasta ahora lo ha hecho, la cual apunta a la aparición de una nueva muestra personal suya cada dos, tres o cuatro años.

Si la memoria no traiciona, la más recientes fue Cuerpo (2019) en Galería La Acacia, una de las instituciones habaneras que más ha exhibido sus obras. A esta les antecedieron en la capital El alma desnuda (2014), en la galería de la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena; así como De par en par (2011), en el Complejo Morro-Cabaña y Traslúcidos deseos (2011) también en La Acacia.

Y es que para este artista de nada sirve exponer frecuentemente si no es para decir algo nuevo. Las antes mencionadas exhibiciones corroboran su consecuencia con lo por él expresado alguna vez.

En El alma desnuda, por ejemplo, hubo un rompimiento de su paleta con la inclusión de colores más estridentes; mientras que en Cuerpo estos tuvieron un uso más discreto y fue la anatomía humana, íntegra o fragmentada, el sujeto de las obras, ahora despojadas de otros elementos de la flora y la fauna a los que antes usualmente recurría.

Reconocido por su maestría como pintor y dibujante, García Peña realizó durante algún tiempo numerosas litografías en el Taller Experimental de Gráfica de La Habana, práctica que dejó su huella en las composiciones de sus piezas, principalmente en lo que al formato se refiere.

Graduado de la Escuela Nacional de Arte y del Instituto Superior de Arte, ha realizado numerosas muestras personales y participado en exposiciones colectivas en varios países de América Latina, Europa, Asia y Estados Unidos. Obras suyas han sido adquiridas por diversas instituciones y coleccionistas privados.

Al arribar a los 73 años de vida este 6 de marzo, Ernesto García Peña figura entre nuestros más prestigiosos creadores, con una obra de exquisita factura y profundo lirismo. Las artes visuales cubanas lo felicitan y se congratulan por contar con su talento.