Como se ha explicado la medida responde a la situación epidemiológica de la región, de donde procede la mayor cantidad de visitantes a esta cita cultural cada año.
Esta Feria Internacional del Libro , será una gran fiesta para Cuba y para la hermana república de México y para todos los que de una manera u otra participen en la misma.
Como lo ha sido en anteriores ediciones, será la misma, un excelente medio de comunicación para los amantes de la lectura, una necesidad vital porque el libro entrará en relación con todo el pueblo, será un espacio de intercambio con autores y un disfrute de nuevas presentaciones editoriales cubanas, mexicanas y de otras partes del mundo.
Por otra parte, este evento cultural, propiciará a través de un foro interactivo el diálogo inteligente, para discutir aspectos fundamentales en torno al libro , a los autores, y lectores que participan de una manera muy creativa.
Leer es crecer. Desde inicios de la Revolución Cubana, y por interés de la dirección del país, este mensaje desde la Feria llegó a la familia y a la escuela cubana con la fuerza necesaria para multiplicar la soberanía de nuestros pueblos.
La Feria o sea esta fiesta de los libros, no es estática, al contrario se traslada a provincias, se expande, fructifica, se enriquece y enriquece a nuestro pueblo y muestra al mundo cuánto somos capaces de hacer, a pesar de ser constantemente condenados a una genocida bloqueo del Imperio del Norte que cada año nos hace mayores perjuicios, así como, de una pandemia que nos ha obligado a esperar el tiempo necesario para volver a reunirnos como hemos estado acostumbrados.
Los esfuerzos que viene realizando nuestro país a lo largo de estos años por acercar el libro al pueblo, ha permitido a la familia cubana, poder organizar en la vivienda, su propia biblioteca. En esta dirección, debemos alertar que la lectura, contribuye de manera muy especial al mejoramiento del lenguaje hablado y consolida la ortografía en el lenguaje escrito.
Es hermoso saber, como ya hemos dicho, que este año la Feria pretende desarrollarse en abril, justamente cuando los cubanos recordamos a Cervantes, cuando sentimos al Quijote como tan cerca, como nuestro, con todo el empuje de su creatividad.
“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor…..” así comienza El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, obra trascendental de la literatura universal escrita por Miguel de Cervantes y Saavedra, uno de los grandes creadores del Siglo de Oro español, que nació en 1547 y murió un 23 de abril de 1616, y que por cierto, fue el primer libro impreso en Cuba al inicio de la Revolución y distribuido al pueblo por toda la Isla.
Seleccionar a México como invitado de honor, nos es simple decisión de nuestro país, es un justo y merecido acuerdo que destaca las grandes virtudes editoriales y creadoras de este pueblo hermano y solidario y las entrañables relaciones de amistad de la nación azteca con nuestra Patria revolucionaria y socialista.
Hoy todos los hispanoparlantes que somos , más de 400 millones de habitantes nativos, nos unimos y sabemos que nuestro idioma es algo vivo al cual le imprimimos esa energía que lo hace crecer con el uso continuo, haciéndolo evolucionar cada día más.
Un 23 de abril, pero de 1978, nuestra insigne poetisa Dulce María Loynaz hablaba del idioma español. Lo comparaba con un río:
“Así como tantas veces el río al nacer sólo parece una madeja de hilos de agua y luego el agua va creciendo, nutriéndose de nuevas aguas, las que se precipitan en las lluvias, las que descienden de las nevadas cumbres o la embocan en su trayecto de afluentes hasta convertirse en cadenciosa masa líquida, así nuestro caudaloso idioma, pasó por la maravilla de la naturaleza, sólo que la pasó, a través del hombre.”
Dulce María, también nos recordó que el idioma nuestro surgió hace más de mil años. Es obra de todos y los escritores se sirvieron con maestría del habla popular y nunca dejó de advertirnos, que había que cuidarlo por ser nuestro más legítimo patrimonio y que por pertenecernos, todos estamos en el deber y el derecho de defenderlo. No debemos enturbiar ese río con lo que ella llamó; “el vocablo torpe o la expresión soez, si no era por supuesto, por una fundamentada razón literaria.
Cuando escribo de estas cosas, no puedo dejar de pensar en el gran Alfonso Reyes, el mexicano universal, el amigo de mis profesores de la Universidad de la Habana, el hombre que cada día, como él mismo expresara, encuentra más cosas que aprender y siempre, con la sonrisa llena de optimismo y profunda vocación humana. “Solo en los cuentos de hadas decía, la felicidad se equipara a la estabilidad. La verdadera y definitiva redención está en el conocimiento. Desde esta cumbre, la pesadilla de la historia es tan majestuosa como una tempestad en los mares. Por encima de nuestra miseria, el espíritu de la humanidad sigue renovando su morada”.
El gran mexicano, incursionó en diversos géneros. Lo abarca todo o casi todo y con una destreza envidiable. Da la impresión que no quiere dejar de decir algo, que considera importante trasmitir. Es un constante comunicador.
"Reyes al enseñarnos a escribir, nos enseñó a pensar", dijo Octavio Paz, mientras el argentino Jorge Luis Borges, señaló, que la mejor prosa castellana de nuestro tiempo la había escrito Don Alfonso, y agregaba, “la Cultura tiene una sonrisa”.
En los momentos en que hoy vive Nuestra América, podríamos leer y entender mejor a Alfonso Reyes y afirmar, como hace muchos años apuntó Fernández Retamar, que este humanista mexicano, como le gustaba que lo calificaran, había logrado, comunicarse con el porvenir que vamos siendo, “porque, en medio de la violencia, del dolor personal, sintió hundirse sus raíces en su pueblo y encontró, un idioma universal para decirlo”.
Esperemos la Feria Internacional del Libro de la Habana, en abril de nuestro idioma, como México invitado de honor y con la alegría de nuestro pueblo presto a recibir a nuestros hermanos de Latinoamérica y del Mundo, con el convencimiento absoluto, como diría Alfonso Reyes: “ que la literatura, no es una actividad de adorno, sino la expresión más cabal del hombre.
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