La Habana de Tomás Piard


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Tomás Piard

Cuando todavía era un adolescente, Tomás Piard inició sus frecuentes visitas a la Cinemateca de Cuba. Y, desde entonces, cinéfilo cabal, con sus amigos en la Secundaria, empezó a hacer películas. Pero no bastaba solo la vocación, era necesaria la formación universitaria; por lo tanto, estudió Humanidades y se destacó en los buenos tiempos del Cine Plaza. Pero llegar a convertirse en todo un realizador, con altas y bajas, como todo el mundo, no ha sido un camino fácil para él. No obstante, con su persistencia, su cosmovisión y su muy particular línea estética, donde hay  influencias, por supuesto, Piard ha ido construyendo, a lo largo del tiempo, su obra fílmica, hasta llegar, ahora, a La Ciudad, su audiovisual más reciente, del cual, además, es autor del guión.

El filme, con los espléndidos planos de Raúl Rodríguez, su director de fotografía, está conformado por tres historias que transcurren en La Habana, mientras paralela y metafóricamente, va reconstruyéndose el Capitolio Nacional, el majestuoso edificio que se yergue en el centro de la capital de todos los cubanos.

En la primera historia (Uno), actúan María Luisa Jiménez, Dania Splinter y Herminia Sánchez, al cabo de unos cuantos años, se produce el reencuentro entre dos muchachas amigas, separadas, debido a la incomprensión e intolerancia religiosas que existieron entonces. Una de ellas, tuvo que irse del país, mientras que la que permaneció en la Isla, experimenta un sentimiento de culpa por no haber defendido a su amiga entonces. Ambas jóvenes se reúnen con la abuela de la primera y, a través de diálogos concisos, que dejan espacio a los subtextos, se analiza, ahora, cómo fueron aquellas circunstancias. Muy bien el trabajo de las tres actrices.

En la segunda historia (Dos), sucede algo similar. En el presente, dos viejos amigos (Patricio Wood y Omar Alí), tras largos años sin saber uno del otro, coinciden en el Parque Central, casi al pie de la estatua de José Martí.

El que ha permanecido en Cuba, es director de orquesta y, como tal, viaja mucho al exterior, además, atiende a su padre enfermo (Héctor Echemendía), “quien lo sabe todo”. El que se fue, aunque tiene tres hijos, no es feliz. Resulta obvio que, entre los dos hombres, cuando jóvenes, existió algo más que una profunda amistad; mas todo ello está expresado en el filme con mesura y elegancia suficientes. Los tres actores, muy bien, se desdoblan en la caracterización que se les exige.

Sin embargo, la tercera historia (Tres), protagonizada por los jóvenes actores Carlos Solar, Martha Salema y Aidana Febles, en mi opinión, no se halla al nivel de las precedentes. Aquí, una joven pareja heterosexual culmina su relación; el joven sale a la calle y, muy pronto, encuentra a la mujer de su vida, quien, por cierto, está a punto de viajar al extranjero. Pero todo ha sido expresado, creo, sin hondura alguna.

Por otra parte, La Ciudad, una producción de RTV Comercial, el Canal Cubavisión y la colaboración del ICAIC, tiene a su favor, también, una excelente banda sonora con una buena canción que se escucha en el epílogo, mientras que la edición condensa, en justo tiempo, lo que el cineasta ha querido transmitirnos. En síntesis, son mayores las virtudes que las insuficiencias en este nuevo filme de Tomás Piard.


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