La fiesta de las artes plásticas cubanas es una verdad en la Isla. La segunda etapa de la 14ta. Bienal de La Habana ha seguido con fuerza, y sus "vientos" llegaron muy jóvenes, a un lugar emblemático de nuestro Arte y Cultura: la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, en Marianao. Precisamente el día del aniversario 119 del artista cubano más universal, Wifredo Lam, se abrieron anchas las puertas y aulas de la institución para recibir este encuentro.
Esa primera jornada de inauguración contó con la presencia de la viceprimera ministra Inés María Chapman Waugh, Alpidio Alonso, ministro de Cultura, el primer secretario del Partido en el municipio, y otros miembros del Buró, del secretariado, así como de la Provincia, de la Cultura y la FEEM.
Un buen instante para constatar de cerca la creatividad y talento que conviven en esa Escuela –orgullo de nuestra Patria-, y donde está expuestas en esta etapa alrededor de 500 obras de más de un centenar de creadores (alumnos, profesores y otros artistas invitados, muchos de ellos graduados allí). Las galerías, aulas, pasillos, parques acogen una variada muestra donde se dan la mano pintura, dibujo, grabado, orfebrería, escultura, fotografía, arte digital, instalaciones, algunas de ellas tesis de alumnos de 4to año, así como creaciones muy juveniles –pero muy serias e imaginativas-, salidas de las manos de los más noveles (1er año), y de disímiles talleres, todos abiertos a lo más novedoso del arte actual. Se suman asimismo, otros proyectos artísticos/pedagógicos, y piezas realizadas por alumnos del curso para trabajadores para dar una real imagen de lo que allí acontece en cuestiones de arte y pedagogía.
Fue un grato instante que dio inicio con un performance de la profesora/artista María Consuelo Mendoza. De repente todo se pobló de ángeles convocados por esta singular creadora -que hizo rimar, en una tarde, las memorias, la poesía y esas energías positivas que van en sus obras gráficas, pinturas y dibujos- sobre los cuerpos de los modelos de la compañía Nuevos Talentos que dirige Adonis Rodríguez. Ellos vistieron, dieron vida a estos espíritus celestes para amenizar la fiesta...
A continuación reproducimos las palabras del crítico de arte y profesor, Toni Piñera, curador principal de la muestra, en la inauguración de la Bienal en la magna Academia....
San Alejandro en la 14ta. Bienal
HISTORIA Y CONTEMPORANEIDAD
Hace pocos días me preguntó una periodista: ¿qué iba a hacer San Alejandro en la Bienal? La respuesta me hizo reflexionar. De allí surgieron estas palabras.
La Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro es la Bienal, le dije. Es, en nuestra Isla, la segunda institución más antigua fundada aquí (1818), con el nombre de Escuela Gratuita de Dibujo y Pintura de La Habana, sólo adelantada por la Universidad de La Habana (1728) con 293 años. Y, en América Latina, también la segunda de su tipo, antecedida por la Real Academia de San Carlos (1785), en México. San Alejandro, cumplirá, el próximo 12 de enero de 2022, 204 años.
Esta Escuela, por derecho propio, es el alma de esta Bienal. Y mucho más. Es, sin dudas, la cuna del ARTE cubano, y por qué no, también del nacimiento de nuestra idiosincrasia como nación.
Fue fundada por un grupo de hombres ilustrados, y con muchos deseos de "levantar" en la ciudad una escuela de arte, en aquel lejano comienzo del siglo XIX: Alejandro Ramírez, Intendente General de Hacienda y Director de la Real Sociedad Económica Amigos del País –precisamente en honor a su principal mecenas, desde 1832 tomó su nombre San Alejandro-, y por el obispo habanero Juan José Díaz de Espada y Fernández. Desde aquel instante fundacional y durante 15 años, fue su primer director el artista francés Jean Baptiste Vermay (1784-1833). Que llegó a esta parte del mundo con nuevas ideas. Pues, fue el primero en abrir los estudios académicos de las artes plásticas y del aprendizaje sistémico, por medio de talleres para la enseñanza en nuestro país, así como la creación del primer curso nocturno o de trabajadores (quizá en toda Hispanoamérica), algo que aún se mantiene.
En esta Academia se han formado, en estos dos siglos, gran parte de nuestros artistas, y han dejado también sus huellas figuras relevantes no sólo de las artes plásticas, sino de la Cultura, la Política..., entre ellos, como figura cumbre Nuestro Héroe Nacional José Martí. De igual manera, San Alejandro ha sido el lugar donde han surgido importantes generaciones de creadores y movimientos culturales dentro de la vanguardia artística del país. Amén, que durante el período de la República, el estudiantado siempre mantuvo una actitud combativa, relacionándose esta lucha con la renovación de las artes, la idea de modernidad y la cultura nacional... Sería interminable hablar de una Historia que es Patrimonio de Cuba.
Aquí, el arte crece en todas sus dimensiones, pero también en la mente de los artistas... y sus obras siguen el curso del tiempo, respirando contemporaneidad.
En época de Bienal, la escuela cobra nuevos tintes y sus espacios se transforman, por obra y gracia de la creatividad de alumnos, profesores y artistas (ex-alumnos y recién graduados e invitados), en un lugar alucinante, donde realidad e irrealidad se tutean y visten de mucha actualidad/experimentación. Desde los mismos contornos fronterizos de San Alejandro que le dan la bienvenida, usted puede respirar ya en el aire un "olor" de pintura o, mejor dicho, de arte muy fresco, rescatando de la imaginación juvenil, en algunos casos, y en otros, de obras de arte de alto calibre. Aquí se han "sembrado" piezas escultóricas, objetos, dibujos, pinturas, arte digital, fotografía, ilustraciones, grabados, orfebrería, cerámicas..., que recuerdan la fertilidad y el talento de la creatividad. Porque la Escuela, fue desde sus mismos inicios, y de la mano de Vermay y sus ideas renovadoras, un lugar donde los sueños más contemporáneos pudieron ver la luz en esos talleres que estaban abiertos a su siglo y a los siguientes. Por eso este año es Historia y Contemporaneidad el lema de la Bienal aquí. Porque el arte es algo que yace siempre delante del creador, que él debe alcanzar mirando siempre al futuro, sin olvidar el pasado.
En cada pieza expuesta se permean desde la renovación estudiantil hasta la consagración del Maestro. Así es la Academia que se renueva ante cada curso con la experiencia de los profesores artistas y de los alumnos también creadores que van forjándose el camino en el difícil campo artístico. San Alejandro no dejará nunca de ser ese laboratorio donde el profesor recuerda al estudiante, el alumno deviene maestro, y donde el artista está siempre despierto al arte que lo rodea.
Eso sucede así desde el tiempo. Porque la obra de hoy respira en un presente (la contemporaneidad), pero que al pasar los años, es pasado. Por eso, conviven hermanadas, la Historia y la Contemporaneidad. Como continuación, como evidencia de que sigue vivo el ayer.
Las paredes de la Academia han sido siempre, en Bienal o más allá de ella, lugares creativos, pizarras del futuro, murales del presente donde se exhiben y crean obras, en las distintas especialidades que habitan en sus aulas.
Es, en esta 14ta. Bienal, San Alejandro en la hora de la solidaridad, de la unión, de la búsqueda de soluciones más allá de lo imposible, la hora de mostrar ese talento nato que bulle en las venas de los creadores/alumnos, los creadores/profesores que aquí conviven, y que ahora, por arte de Bienal fluye por pasillos, jardines, patios, por esas aulas/talleres imaginativos que parecen florecer como una primavera adelantada en diciembre. Si hay magia alguna, es solo la de la creación, de las ganas de hacer y vivir, y de pintar, instalar, esculpir, grabar, fotografiar, dibujar, digitalizar... La hora de la Bienal que nos convoca y nos enriquece con un hálito particular cada dos años.
Regresan, pues, en esta hora, convocando la Historia en nuestra Contemporaneidad, los seres de luz que nos alumbran el camino, cual energías que nos motivan transformadas en ángeles anunciando la eternidad de San Alejandro.
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