A sus dos décadas de creada la Jiribilla, pionera en el universo digital en Cuba, sigue siendo una revista cultural que se distingue por su espíritu crítico, su tono desenfadado y por ofrecer una mirada alternativa del acontecer artístico y literario.
Desde que vio la luz por primera vez, el 5 de mayo de 2001, colocó la realidad cultural de la mayor de las Antillas en el centro de la atención, con un discurso polémico, profundo y que contrastaba con el de los grandes medios de información.
Así fue que se abrió paso entre lectores, especialistas y prestigiosos intelectuales que buscaban dialogar sobre temas de interés nacional e internacional, denunciando manipulaciones y falsedades.
El primer número de la revista, dedicado al escritor Reinaldo Arenas, se materializó en la redacción del diario Juventud Rebelde, gracias al entusiasmo de un equipo de periodistas y jóvenes intelectuales.
La Jiribilla se estructuró, entonces, como una publicación semanal, con un dossier temático cuya extensión variaba de un número a otro y que contenía un conjunto de secciones fijas.
Además, era diseñada e ilustrada por un grupo de jóvenes diseñadores cubanos, graduados del Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI), que incidió de manera positiva en la identidad gráfica, tanto en la versión digital como en la de papel.
Es justamente con ese espíritu creativo, que marcó un camino en el tratamiento de imágenes, que la revista cultural convocó para celebrar sus 20 años, un concurso de carteles en el que están llamados a participar diseñadores gráficos del país, a crédito personal o en equipo.
En un contexto internacional cada más complejo y de constante actualización tecnológica, La Jiribilla, convertida en plataforma de confrontación y diálogo cultural, sigue llegando al público con la agudeza de sus escritos.
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