El Periódico Cubarte va a continuar el homenaje a la Nueva Trova cubana y al Movimiento de la Nueva Trova por el aniversario 50 de la fundación de este, que comenzara a realizar en noviembre del año 2022, con la publicación semanal de entrevistas a un grupo numeroso de trovadores de todas las generaciones y también a otros artistas, especialistas e intelectuales del país.
La fecha ya no es lo más importante, lo interesante es el compendio de recuerdos, ideas y valoraciones que todos los entrevistados han aportado en cada una de las conversaciones, las que tienen en común una admiración profunda por este popular y entrañable fenómeno estético.
Hoy les ofrecemos una breve pero muy interesante conversación con Alejandra del Risco (Villa Clara, 2008), que aunque vive en Caibarién, tiene una activa vida artística en las plazas santaclareñas; de tal suerte, ha participado en los festivales Longina, Al Sur de mi mochila, en la jornada de aniversario de la Trovuntivitis, y en los encuentros de mujeres cantoras Ella y yo, y en el de la Tropa cósmica de esa ciudad.
Los trovadores Yeni Turiño, Alain Garrido y Roly Berrio, sus coterráneos, la han invitado a presentar su arte en los espacios que habitualmente lideran.
La frase que Alejandra escogió para encabezar su perfil en Facebook, apunta: «La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla»; la joven trovadora hace en esta entrevista gala de este concepto personal, y confiesa que la Nueva Trova siempre ha estado en su vida.
Su primer recuerdo de la Nueva Trova, ¿llega con qué figura?
Es difícil encontrar con exactitud una primera vez ¿no?, recuerdo que los clásicos siempre estuvieron ahí. En el coro de la escuela yo cantaba a Silvio Rodríguez, y a Sara González, y en la casa escuchaba a Pablo Milanés…
Pero si me tengo que quedar con un recuerdo especial sería con «Yolanda», de Pablo, que fue la primera canción que canté en público.
¿Cuándo descubrió que quería ser trovadora?
Sucede que nunca estuve consciente de qué era la trova en realidad, yo sé que siempre formó parte de mi vida porque ahora hago memoria y la trova siempre estuvo ahí; recuerdo siempre haber escuchado trova pero no estaba consciente de lo que era, así que la normalidad para mí eran las canciones de Raúl Torres y muchos otros.
Pero con Roly Berrío descubrí lo que eran los trovadores, descubrí que en Santa Clara había trovadores y entonces en aquel momento fue que estuve segura de que yo quería hacer ese tipo de canción.
En ese momento, ¿a qué trovador se quería parecer?
Desde muy pequeñita yo iba cada mes a la peña de Roly en el Museo de Artes Decorativas; lo descubrí en el 2014; iba siempre con mi papá, él es quien me ha acercado a la trova y a la música en general, es importante decirlo: él es realmente importante para mí, es un «trovadicto peligroso».
En el 2016, empecé a ir seguido a las peñas de Roly, y para mí él era un maestro y siempre lo va a ser; si me quería parecer a alguien, en aquel entonces, era a él.
¿Es de Roly Berrío de quien reconoce mayor influencia en su obra?
Paradójicamente, no encuentro su influencia tan directa en mis canciones, pero algo que le debo definitivamente es el gusto por las cuerdas de acero, porque con él conocí ese sonido, y fui la más feliz cuando tuve en mis manos mi primera guitarra de cuerdas de acero, porque se parecía a la suya, entonces creo que su influencia más grande en mí, es esa.
¿Con cuáles trovadores ha tenido una mayor coincidencia conceptual y estética?
Ariel Barreiros es el trovador con el que más me identifico, desde el primer momento su poesía y su manera de interpretar me resultaron únicas, y reconozco su influencia sobre mis canciones. Conecto demasiado con su obra.
¿Usted considera que los fundadores de la NT enseñaron a pensar a los jóvenes cubanos?
No creo que tanto como pensar, los jóvenes siempre hemos tenido, y tendremos, cosas importantes que decir; yo creo, en cambio, que abrieron un camino distinto para comunicar; tuvieron la suerte de encontrarse en una misma generación y en un contexto histórico bastante importante, y creo que nos enseñaron más bien un modo de creación, y eso se lo debemos.
¿Qué recuerdos guarda de Pablo Milanés?
A pesar de ser el clásico de los clásicos, siempre tuve a Pablo, bastante lejos, yo y los de mi generación porque ahora mismo es difícil encontrar y conocer su música, al menos para las personas de mi edad, ya son demasiadas generaciones de diferencia y no es que podamos encontrar su música, en cualquier lugar.
Después, al paso del tiempo, sí tuve el interés de buscarlo, de conocer más sus canciones, y ahora no hay un día que yo pase sin escuchar al menos un tema suyo; sobre todo admiro su faceta de intérprete del filin, del bolero.
¿Cuáles son en su opinión los aportes fundamentales de la NT a la historia de la música cubana?
La trova cubana es una mezcla de géneros, estilos y cultura maravillosa, y los fundadores de la NT marcaron un antes y un después en cuanto a la creación, a la libertad de crear.
Yo creo que los aportes son incontables pero si me tengo que quedar con algo, me quedo con esa manera unida de defender a canción.
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