El pasado 7 de noviembre se cumplió un año ya de que el Periódico Cubarte, comenzara a publicar semanalmente, a modo de homenaje, una entrevista a propósito del aniversario 50 de la fundación del Movimiento de la Nueva Trova cubana.
La primera entrevista fue a Gerardo Alfonso, y le han seguido las conversaciones con importantes figuras de la cultura cubana, trovadores, líderes e integrantes de formaciones pertenecientes al movimiento, en su mayoría, pero también profesores universitarios, periodistas, críticos, comunicadores, promotores, escritores, musicólogos, productores, y realizadores de audiovisuales, y todos tuvieron la gentileza de revelar sus evocaciones y valoraciones sobre la Nueva Trova.
De esta suerte hemos logrado un compendio de apreciables consideraciones conceptuales sobre este fenómeno estético, además de que las anécdotas y recuerdos que los entrevistados han regalado son estupendos e inestimables.
Son muchas las coincidencias pero muchas también las disparidades entre las respuestas de los entrevistados a un cuestionario único - con algunas variaciones- que persigue como propósito precisamente reunir respuestas y criterios diversos sobre un mismo hecho cultural de tal relevancia y permanencia en el tiempo.
De mucho interés resultan las ideas de los trovadores más jóvenes, en los que se aprecian transformaciones en el decir y el hacer, pero que conservan en todos los casos el espíritu fundacional de la Nueva Trova cubana: cantarle a su tiempo con ideas profundas y palabras hermosas.
Tal es el caso de Juan Carlos Palmero Valdés que nació en Camagüey en 1999, y se crió en Camagüey, pero que Santa Clara lo abrazó como a un hijo desde que decidió irse a estudiar en esa ciudad central.
Allí se desarrolló como trovador y ya hace dos años que la reconocida Peña La Caña Santa, de la Universidad Marta Abreu es conducida por este cibernético que de manera singular se apoya en esa ciencia para componer sus letras que son, como asegura, más lógicas que descriptivas.
Su primer recuerdo del MNT ¿llega junto a qué figura?
El primer recuerdo que me llega de la Nueva Trova viene acompañado de Silvio Rodríguez, y a la par, fue mi primera influencia. Mi padre me enseñó una canción de Silvio y me dijo que si me la aprendía, bueno, que eso les gustaba a las muchachas, es el tema «Oleo de una mujer con sombrero».
A mí la canción no me atraía tanto pero me gustó lo que me dijo mi papá y me la aprendí; después mientras más cantaba la canción… más me gustaba y empecé a buscar más canciones de Silvio Rodríguez y a partir de ahí descubrí más de este trovador y de otros como Pablo Milanés, Santiago Feliú…
¿Cuándo reconoció que quería ser trovador?
Reconocí que quería ser trovador creo que cuando llegué acá a Santa Clara; en Camagüey tenía ya el tremendo impulso que me había dado Harold Díaz, un trovador camagüeyano, pero no tenía tan identificado lo que quería hacer, tenía cierta inclinación, pero aquí creo que fue donde me consolidé como potencial trovador.
En sus inicios, ¿a cuál trovador se quería parecer?
Al principio me quería parecer a varios trovadores, a pesar de que realmente no me quiero parecer a nadie, pero sí en cuanto a talento y a la belleza de sus canciones me quería parecer a Silvio, y a Santiago Feliú y Carlos Varela también; luego me quise parecer más a los trovadores santaclareños que tienen una poesía hermosa y me fui apegando al estilo de ellos.
En Camagüey había hecho algunas canciones buscando seguir el estímulo de Harold Díaz.
Las mayores influencias que tengo son de estos mismos trovadores que te mencioné, y actualmente tengo más influencias nuevas, incluso no solo del género trova sino de otros tipos de música, canciones y producciones.
¿Es de éstos de quienes reconoce mayores influencias en su obra?
Me gusta mucho la obra de Jorge Drexler, el cantautor, actor y médico uruguayo, y he tenido mucha más cercanía con sus obras que suelen guardar un sentido más lógico que descriptivo, algo que poco a poco he ido aprendiendo y fraguando durante la carrera de cibernética, que es lo que estudié, y que ha hecho que mis letras busquen más la parte lógica que lo descriptivo; además, en cuanto a experimentación, me gusta lo que hace Drexler, aunque también he buscado otros estilos como el del cantautor español Pedro Pastor, que mezcla la poesía con la trova, con la canción de autor, y eso me gusta mucho y también estoy tratando de acercarme a ese estilo.
Igualmente me aproximo a la obra de Habana Abierta, que no son trovadores, por así decirlo, pero hicieron un género, un tipo de canción, que estaba muy bien producida, muy bien trabajada en lo que respecta a arreglos, música, banda sonora y, a la par, tenían muy buen trabajo en las letras y me gusta mucho del mismo modo porque experimentan.
Si lo que se dice del trovador es que debe ser un hombre con una guitarra y hacer y cantar canciones sencillas o que no busquen ser comerciales, ese no es mi estilo, mi estilo es lo otro, hacer que mis canciones puedan llegar a todo tipo de público, sin llegar a ser totalmente comerciales ni caer en banalidades, pero sin huir tampoco de lo comercial, y por eso me acerco un poco a la obra de Habana Abierta.
¿Usted cree que los fundadores de la NT enseñaron a pensar a los jóvenes cubanos?
Bueno, los fundadores de la NT no sé si enseñaron a pensar… yo creo que los cubanos ya sabían pensar y por eso surgió la NT, lo que pasa es que hizo que fuera una moda querer pensar, hizo que las personas de aquel tiempo tuvieran el interés de tener una mente extensa y de poder profundizar en muchos temas políticos, sentimentales y de varios entornos, para estar a la moda que en aquel tiempo era ser inteligente, creativo, ser habilidoso en esas cosas; era una estética bastante cuidadosa que de cierta manera no enseñó a pensar, pero sí estableció la moda de que lo estético y lo bien trabajado y lo complejo, que no lo fácil, fuera lo que la gente buscara, que las personas que estudiaban, las personas inteligentes, fueran la moda en aquel tiempo, cosa que se ha perdido en la actualidad.
¿Qué recuerdos guarda de Pablo Milanés?
El recuerdo más actual que tengo de Pablo Milanés es el último concierto que dio en la Ciudad Deportiva, del que solamente he visto pequeños fragmentos; no pude ir allá, pero me gustó mucho que hiciera ese concierto en La Habana, que regresara a Cuba una última vez para ver a su público y darle sus canciones, a ese público que lo vio crecer y lo cargó consigo hasta ese lugar en el que siempre va a estar.
Tengo recuerdos anteriores como conciertos con Joaquín Sabina, su participación en el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, esos son los principales recuerdos que tengo de Pablo.
¿Cuál considera es el aporte fundamental de la NT a la historia de la música cubana?
Para la historia de la música cubana pienso que el aporte que tuvo la NT fue impulsar y organizar un movimiento artístico, estético muy original y sólido, y a la vez muy talentoso porque la NT cubana en Latinoamérica completa y en el mundo es de los movimientos trovadorescos más conocidos, de los más altos, si no el más alto.
Su aporte fundamental fue acoger a toda una generación que estaba deseando pesar en nuevas cosas y representarlas con formas nuevas y además crear ese deseo de superación artística, de superación intelectual en una buena parte de la juventud de aquel momento.
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