Continuación de la entrevista a Marianela Dufflar, donde cuenta a los lectores sus vivencias asociadas a la Nueva Trova
Me decía que a la par, tuvo una estrecha amistad con Noel Nicola, Sara González, y Vicente Feliú…
Sí, tengo recuerdos imborrables con ellos tres; Noel no dejaba a nadie tomar café en su taza y a la única persona que él dejaba tomar en su taza especial era a mí ¡Mira si me malcriaba Noel!
Con Sara tuve una amistad muy afectuosa; ella nos hacía reír siempre y mucho con sus ocurrencias, y a la vez era una mujer de sentimientos nobles, muy amante de Cuba y de la Revolución; nosotros la admirábamos mucho pero de veras que nos hacía reír cantidad; Sara conmigo fue especial.
Cada vez que Vicente me veía, aquello era un abrazo de esos como si hubiera llegado su hija y conversábamos mucho, nos contábamos muchas cosas. Vicente para mí fue como otro hermano mayor.
Pocos días antes de él fallecer hicimos un programa de televisión juntos y mientras me traía para la casa, nos contamos muchas anécdotas de ambos, que él no sabía de mí y que yo no sabía de él, y ese día, hablamos con un amor tremendo, con un cariño tremendo, de la amistad que nos unía, desde su perspectiva y desde la mía, con Silvio Rodríguez. Mi relación con Vicente también fue entrañable, hermosa y realmente lo recuerdo con inmenso cariño.
¿Cuáles recuerdos guarda de Pablo Milanés?
Con Pablo la relación fue muy profunda; aprendí de Pablo la ternura, su ternura, no era solo su voz, esa que nos conmovía por lo grande que era, era su sensibilidad, sus costumbres; conocerlo y trabajar con él fue una experiencia tremenda, pero, cuando uno forma parte de estos equipos de trabajo se convierte en casi familia.
Hay una anécdota… yo además de trabajar con Pablo, teníamos tal compenetración que el día en que él fue a grabar «El breve espacio en que no estás», con Silvio, -algo que yo no quería perderme de ninguna manera-, me dijo «¿tú crees que para yo poder hacer esto puedas quedarte con Haydée?, Haydee era una niña, y le dije, usted tranquilo, que yo me quedo aquí pero usted después me cuenta cómo fue esa grabación, y así lo hice, porque en estas relaciones de trabajo con seres que son maravillosos y lo serán siempre, uno tiene que retribuir todo lo que nos hacen sentir, con la ayuda, para que las personas sigan sintiendo su obra plenamente.
¿Cree que los fundadores de la NT «enseñaron a pensar » a los jóvenes cubanos?
No es que la NT nos enseñara a pensar, lo que nos enseñó fue a valorar, a conocernos, redescubrirnos, a saber nuestros potenciales poéticos; nos enseñó a sentirnos orgullosos de lo que somos capaces de hacer a través de la música y la poesía, y del patriotismo que sentimos.
La NT fue una nueva escuela y rotundamente nos marcó a todos, y mucho de lo que defendemos en cuanto a música, en cuanto a cultura, se lo debemos, no solo a la historia de nuestra música, que es grandiosa, sino a esa parte de ella que es la NT que al unísono le rindió tributo a los iniciadores de la cubanidad dentro de la música.
¿En su opinión, cuál es el aporte fundamental de la NT a la historia de la música cubana?
Si me preguntaran qué nos enseñaron los fundadores de la Nueva Trova, diría que ellos alfabetizaron a varias generaciones -en el buen sentido de la palabra- acerca de la música cubana, con su poesía, pero de igual modo nos obligaron a investigar sobre la poesía de Latinoamérica , a acceder a la literatura universal porque con esos textos, con esas sugerencias, con todo lo que decían y que nos hacía soñar, nos obligaban a estudiar, y yo creo que eso es un aporte importante o sea la poesía que ofreció la NT, esa poesía contemporánea sin prejuicios, como dijera Gerardo Alfonso, porque la hacían no solo a nivel de trova, sino la hacían empleando los géneros y las raíces más genuinos de la música cubana.
La NT tiene son, tiene guaracha, guaguancó, filin, tiene varios géneros de la música popular cubana y ¿por qué era NT cuando lo que se tocaba era un son? porque la diferenciaba el texto, lo que se decía a través de un son o de una guaracha.
Ellos narraron la historia, nos hicieron rememorar y reconocer a los héroes patrios, en fin la NT tiene una importancia mayúscula en la música cubana. Insisto, le dio mucha poesía a la música cubana; su impronta reflejó la cotidianidad de una época y, algo que, igualmente, muchos jóvenes trovadores hacen hoy, a su manera, a su estilo, a su tiempo.
La NT fue una manera de demostrarnos a todos que se podía decir cosas muy bellas sin dejar de vivir el tiempo que le ocupaba a cada uno de los cubanos y realmente cuando oímos el tiempo de la NT y de la novísima y de los seguidores más jóvenes, nos damos cuenta de que hay una continuidad en el ejercicio del decir, un alto nivel de poesía; la NT nos llenó de poesía y buena música el alma, y se la llenó a varias generaciones; eso se sentía en los conciertos a los que asistíamos, nos entrábamos en un tiempo diferente, en el que se decía y hacía de manera diferente la música.
Y algo muy importante, aunque la NT nació en Cuba, definitivamente marcó a Latinoamérica; las canciones creadas por ese movimiento marcaron al continente y a otras naciones de habla hispana o no; yo tuve la ocasión de ver la cantidad de personas de Latinoamérica pero igual de Suecia, de Suiza, y de otros países, que venían a ver los conciertos de Silvio por los barrios, y de igual manera pude apreciar el impacto enorme que los temas de la NT causaban en los reclusos de los centros penitenciarios del país, esos que Silvio recorrió muchas veces; todo esto te da la medida de la trascendencia de ese movimiento que influyó de manera decisiva a todos los cubanos y a muchos en el mundo.
Algo que no podemos olvidar, es que la NT logró alianzas que trascienden hasta el día de hoy con todas las artes, el ballet, el cine, las artes plásticas y sus creadores, una alianza enriquecedora.
Pienso que irrevocablemente la NT, sus compositores, y trovadores, nos cambiaron la vida a todos; se comenzó a cantar con voz de Revolución, con voz de Patria y con voz de país.
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