La Nueva Trova: «Importantísima vuelta de la espiral en la canción cubana»
El Periódico Cubarte desde el pasado mes de noviembre ha publicado semanalmente, a modo de homenaje, entrevistas a propósito del aniversario 50 de la fundación del Movimiento de la Nueva Trova cubana, cuyas canciones han sido a lo largo de este tiempo himnos de amor, del amor grande, el amor a todo, y muchas conservan, a pesar del paso del tiempo, esa cualidad.
Hemos tenido la suerte de contar con las evocaciones y apreciaciones de notables trovadores cubanos de diferentes generaciones, entre ellos, Augusto Blanca, Gerardo Alfonso, Frank Delgado, Karel García, Angelito Quintero, Marta Campos, Heidi Igualada, Inti Santana, Adrián Berazaín, Erick Sánchez, Roberto Novo, Lázara Ribadavia, Liuba María Hevia, Enid Rosales, Rochy Ameneiro, o líderes e integrantes de formaciones pertenecientes al movimiento como Luis Llaguno, del Grupo Nuestra América, Adolfo Costales, de Mayohuacán, y Tomás Rivero de Moncada.
Igualmente han accedido a participar en este proyecto, periodistas, críticos y escritores como Norberto Codina, Pedro de la Hoz, Frank Padrón, Arturo Arango, la reconocida artista de la plástica Diana Balboa, el destacado productor musical Enrique Carballea y la admirada doctora Mildred de la Torre Molina.
En esta ocasión conversamos con alguien que es muy popular y querida por niños y adultos, algo muy difícil de sostener, pero que ella hace con gran maestría y sobre todo sensibilidad, para llegar a los sentimientos de su diverso público: Rita del Prado (La Habana, 1961).
Licenciada en Psicología por la Universidad de La Habana, en este centro se integró al Movimiento de Artistas Aficionados de la FEU, hasta que en los 90, comenzó su vida profesional como cantautora.
Se ha presentado con numerosos trovadores de varias generaciones, las iniciales y las más jóvenes. También escribe música para televisión, cortos de ficción, documentales y para el teatro.
Fundadora del Movimiento por la Canción Infantil Latinoamericana y Caribeña, es muy meritoria su obra asociada a La Edad de Oro, de José Martí, pues —además de musicalizar sus poemas— ha recreado los textos de los cuentos; igualmente digna de resaltar es su musicalización de los versos de Eliseo Diego, del libro Soñar despierto, que el importante escritor cubano dedicara a los niños.
El pasado mes culminó el Cuarto Encuentro Internacional de Artes para las infancias Corazón Feliz, una de sus faenas más queridas, que se realizó en distintas instituciones de La Habana; en el mismo intervinieron también Rochy Ameneiro, Enid Rosales, Dúo Karma, Coro Diminuto, La Colmenita, entre otros artistas, los que coincidieron en que fue un gran éxito y en que todos quedaron «con el corazón feliz».
Su primer recuerdo del MNT, ¿llega junto a qué figura?
Mi primer recuerdo del MNT llegó en mi niñez ligado a Silvio, cantando «Hay una bruja amiga mía y vieja...», en la enorme pantalla de un cine de mi barrio, durante la proyección de uno de aquellos maravillosos Noticieros ICAIC, que realizaba Santiago Álvarez y su equipo, joyas de la historia del audiovisual en Cuba.
En Santos Suárez y La Víbora, la zona de mi familia, donde vivo aún, había varias salas de cine, y era un hábito nuestro ir con frecuencia.
Gracias a ese magnífico noticiero que se proyectaba habitualmente antes de las películas, también fui conociendo a otros integrantes del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, pero lo que tengo registrado en la memoria como descubrimiento, fue la magia de aquella canción y el estilo y la originalidad de quien la cantaba.
¿Cuándo reconoció que quería ser trovadora? ¿A quién se quería parecer en ese momento?
Creo que a partir de ese hallazgo que describo en la respuesta anterior tuve, de inmediato, un proceso de identificación.
Cuando jugaba «a las cantantes» con las niñas vecinas, ellas imitaban a Rita Pavone, Luisa María Güell, o a otras intérpretes de moda o de años recientes, y cuando llegaba mi turno yo intentaba reproducir los fragmentos dispersos en mi memoria de aquella canción de la bruja, que realmente se titula «Es sed», de la que yo recordaba apenas lo que había podido captar en el cine, y de paso imitaba la gestualidad de Silvio tocando la guitarra.
Dato curioso: No recuerdo que haya sido rechazada ni enjuiciada mi propuesta aun siendo una canción desconocida para las demás y encima incompleta... probablemente yo inventaba el resto no recordado, de manera que fue un buen entrenamiento creativo para mí y fue para todas esas primeras compinches de escena un buen ejercicio de «democracia estética infantil».
Es decir, más que un punto del tiempo donde haya reconocido mi aspiración a ser trovadora, siento que desde entonces ya lo era de manera natural, lúdica, con público cercano incluido y con toda la fe y sentido de la verdad que ponemos a los juegos en la niñez.
Pudiera decirse que desde antes, en los primeros años de la infancia, cuando mi padre invitaba a amigos trovadores a la casa, esas atmósferas trovadorescas fueron haciéndose un lenguaje familiar para mí. Ya existía un preludio a mi camino hacia la trova.
¿Es de Silvio de quien reconoce mayores influencias en su obra?
Tengo influencias de muchos compositores cubanos y universales. A veces lo tengo claro, a veces me sorprendo con giros melódicos, o manejos armónicos de canciones y música en general que son parte de mi imaginario. Lo mismo que influye en mi creación el cine que he visto o lo que he leído.
Silvio evidentemente desde el principio funcionó para mí como una brújula, especialmente por el prisma con que aborda la realidad y en su modo de traducirlo a la canción, su modo de componer imágenes poéticas, su modo de dibujar las melodías.
Sé que a veces me parezco a él al interpretar mis propias canciones, en algo del fraseo o el timbre de voz, y en algunas cosas de la filosofía de vida. He seguido su obra, su pensamiento y sus actos y en lo personal lo tengo como un paradigma de coherencia.
También me pasa algo similar con Marta Valdés, Miriam Ramos, Pedro Luis Ferrer...
Con el paso del tiempo, en la construcción de una voz propia, proceso que transitamos todos los artistas, ya se han mezclado referentes diversos.
¿En qué medida considera que Sara González ha influido en las trovadoras cubanas?
Sara González influyó no solamente en las trovadoras mujeres. Creo que influyó en muchas personas más allá de su género y más allá de la trova.
Hay almas líderes como la de ella, que tienen gran poder de convocatoria. Además de la fuerza de su canto, su simpatía y su sensibilidad, demostró a la sociedad que la valentía, la honestidad, el compromiso con la vida y el respeto por encima de todo hace al arte más limpio y auténtico. Demostró que compartir el canto y los espacios culturales nos hace mejores. Pienso que fue un aprendizaje de vida de todo el que estuvo cerca de ella.
¿Usted cree que los fundadores del MNT «enseñaron a pensar» a los jóvenes cubanos?
Más bien yo diría que los fundadores del MNT estuvieron a la altura del pensamiento profundo heredado de muchos jóvenes de las etapas anteriores sucesivas de la historia cubana: Heredia, Martí, Villena, Mella, Mañach, Roa... y ya cuando se consolidan las bases de una nueva canción cubana, esta pasa a formar parte de la vanguardia del pensamiento joven, siendo portadora de muchas ideas contemporáneas e influye por supuesto en la concepción del mundo y en el lenguaje de jóvenes que siguen a la Nueva Trova, porque sienten que expresan sus sentimientos e inquietudes.
Pero también hay que reconocer el otro sentido: los integrantes de la Nueva Trova aprendieron del pensamiento de otros jóvenes artistas como cineastas, poetas, ensayistas, pintores... igualmente de jóvenes científicos y de otras muchas profesiones, así como de la sabiduría vital de gente sencilla: obreros, soldados, campesinos, pescadores, con los que se mezclaron en el día a día de aquella época intensa y por supuesto bebieron de los saberes y las vivencias de sus contemporáneos mayores y de intelectuales y artistas de otros países y especialmente de los movimientos de canciones renovadoras de otras partes del mundo como Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, España, Estados Unidos, Reino Unido, etc.
Es decir, el pensamiento joven de una época siempre tiene antecedentes históricos y participan de él muchos factores contemporáneos. Las enseñanzas y aprendizajes colectivos van en todas direcciones, dentro de una sociedad, mucho más en épocas de transformaciones profundas, como fueron los años en que se gestó el movimiento de la Nueva Trova.
¿Qué recuerdos tiene asociados a Pablo Milanés?
De tantos recuerdos que tengo de un Pablo tan presente en la banda sonora de la vida, siguiéndolo en escenarios, discos, medios de difusión, audiovisuales, elijo un conmovedor recuerdo:
La última vez que yo escuché a Pablo en vivo que fue su concierto en el Karl Marx en septiembre de 2018.
Se puede describir en pocas palabras: ese día un Dios cantó para nosotros.
Me pareció casi sobrenatural la plenitud de su voz hermosísima y abarcadora, brotando de un ser tan amoroso y entregado al público. Memorable concierto.
¿Cuál piensa usted que es el aporte fundamental de la Nueva Trova a la historia de la música cubana?
El aporte fundamental de la Nueva Trova, en mi opinión, fue dar un punto de giro en la canción cubana y en la identidad cultural, diversificando las temáticas, el lenguaje, el cuestionamiento de la realidad y de los prejuicios sociales de todo tipo, abordando de manera distinta la visión hacia el amor de pareja, hacia la figura femenina y su rol en el proceso social, hacia las relaciones intergeneracionales, abordando la historia con una mirada fresca y a la vez reverenciado la herencia trovadoresca —incluyendo en este legado al feeling— que la antecedió y tomando de muchas fuentes musicales diversas.
Siempre digo que para mí la trova no es un género. Es un mundo expresivo donde caben infinitos géneros musicales y en su componente literario, puede abordar desde temáticas desgarradoras hasta humorísticas, con un lenguaje metafórico o coloquial.
La Nueva Trova —en especial— fue una importantísima vuelta de la espiral en la canción cubana porque marcó un hito en el modo de crear y en la relación con el público en las generaciones que fuimos llegando después.
Con toda esa base seguimos aportando visiones diferentes de la canción, como seguirán haciéndolo los exponentes de la trova cubana futura.
Nota: Hasta ahora, hemos publicado la letra de canciones de algunos de los entrevistados. Hoy, al comprobar que el tema «Es sed», de Silvio Rodríguez ha sido mencionado por varios trovadores como gran descubrimiento y acicate en sus inicios, consideramos válido recordar esta letra del extraordinario trovador cubano.
«Es sed»
Hay una bruja amiga mía y vieja
que vive en un viejo castillo y sola.
Le pregunté que padecía mi razón,
y dijo es sed, es sed, es sed de amor.
Iba tranquilo mi camino solo
pero una chica hoy me trastorna todo.
Siento una sed cuando a su lado solo estoy.
¿Qué es esa sed? —Es sed, es sed de amor.
Me siento triste pues yo no sé si me querrá.
¿Querrá calmar esta ansiedad, esta ansiedad?
Me siento solo pues no sé si soy su amor.
¿Querrá calmar este dolor, este temor?
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