La Nueva Trova: «Nos abrió los horizontes en todos los sentidos»
El Periódico Cubarte desde el pasado mes de noviembre ha publicado semanalmente, a modo de homenaje, entrevistas a propósito del aniversario 50 de la fundación del Movimiento de la Nueva Trova cubana, cuyas canciones han sido a lo largo de este tiempo himnos de amor, del amor grande, el amor a todo, y muchas conservan, a pesar del paso del tiempo, esa cualidad.
Hemos tenido la suerte de contar con las evocaciones y apreciaciones de notables trovadores cubanos de diferentes generaciones, entre ellos, Augusto Blanca, Gerardo Alfonso, Frank Delgado, Karel García, Angelito Quintero, Marta Campos, Heydi Igualada, Inti Santana, Adrián Berazaín, Erick Sánchez, Roberto Novo, Lázara Ribadavia, Liuba María Hevia, Enid Rosales, Rochy Ameneiro, Rita del Prado, Fidel Díaz Castro, también promotor de larga data del movimiento, o líderes e integrantes de formaciones pertenecientes al movimiento como Luis Llaguno, del Grupo Nuestra América, Adolfo Costales, de Mayohuacán, y Tomás Rivero de Moncada.
Igualmente han accedido a participar en este proyecto, periodistas, críticos y escritores como Norberto Codina, Pedro de la Hoz, Frank Padrón, Arturo Arango, Emir García Meralla; la reconocida artista de la plástica Diana Balboa, el destacado productor musical Enrique Carballea, la musicóloga y también productora Élsida González, su reconocido colega José Manuel García, y los admirados doctores Mildred de la Torre Molina y Julio César González Pagés.
La entrevista de esta semana trae a un músico muy respetado y querido por el público y sus colegas: Miguel Núñez Hernández (La Habana, 1964); pianista, compositor, arreglista, productor y director musical; graduado de la Especialidad de piano por el Instituto Superior de Arte (ISA).
Es ampliamente reconocido su trabajo desde finales de los años 90 con Pablo Milanés, del que nos habla en esta entrevista, pero también ha colaborado con otras figuras imprescindibles del universo sonoro hispanoamericano como Leo Brouwer, Chucho Valdés, Fito Páez, Santiago Feliú, Mercedes Sosa, Ricardo Arjona, Ana Belén, Carlos Varela, Omara Portuondo, Liuba María Hevia, Richard Egües, y César López, entre otros.
Nadie mejor que Miguel Núñez para evocar a Pablo Milanés; sirva este diálogo como homenaje también al eterno trovador cubano.
¿Su primer recuerdo de la Nueva Trova llega con qué figura?
Mi primer recuerdo de la Trova llega con Pablo Milanés ,porque mi padre que era director del coro polifónico de Pinar del Río e incorporaba en su repertorio la canción «Hombre que vas creciendo», tema que a él le encantaba; después a los 14 o 15 años conozco a Pablo y Silvio Rodríguez en los estudios de la Egrem en San Miguel , en una grabación con José María Vitier de su canción «La Mujer», para una serie televisiva, , aparte de que no se me olvida que cuando estábamos en el albergue del Instituto Superior de Arte (ISA) había un salón de estar con un televisor para todos ,que cuando ponían a Pablo cantando la primera versión de «El breve espacio en que no estás», todo el mundo salía a escucharla…
¿Cuál fue su relación inicial con el Movimiento de la Nueva Trova?
Mi relación inicial con la nueva trova fue a través de escuchar los discos de Emiliano Salvador, Jorge Aragón y Ricardo Miralles con Pablo, que me resultaban muy interesantes por el trabajo pianístico dentro de este tipo de canción; creo que estos grandes pianistas lo hicieron de una manera muy peculiar y marcaron un estilo también dentro de la canción.
¿Cuándo y cómo comenzó a trabajar con Vicente y Santiago Feliú?
Yo comienzo a trabajar con diferentes trovadores, en los años 84, 85, a hacer cosas eventuales con Vicente, Ireno García , hasta que hacemos el grupo de Santiago Feliú para participar en el festival en Perú, y a partir de ahí mantuvimos el grupo con el que comencé mis primeras incursiones en la llamada nueva canción; éramos muy jóvenes, teníamos muchas ganas de hacer y de cambiar cosas en la música en general, de aquí salió nuestra canción «Para mañana», y el disco del mismo nombre que dirigí y arreglé musicalmente para Santi. Este fue uno de los mejores momentos de mi vida porque éramos como un laboratorio experimental de todo tipo de música.
¿Por qué camino llega a Pablo Milanés?
Llego a Pablo Milanés después de haberlo conocido en la Egrem el día de la grabación del tema «La Mujer», a través de un amigo que era como el que conocía todo lo que se movía musicalmente en las escuelas de música de Cuba en los jóvenes; Víctor Águila, que es quien me lleva y quien me va a buscar a mi casa para presentarme oficialmente a Pablo Milanés que quería renovar la sonoridad del grupo.
¿Cuáles son los motivos, personales y profesionales por los que se mantuvo a su lado durante tantos años?
Los motivos que me mantuvieron tantos años a su lado fueron la música, el nivel de compenetración que llegamos a tener, tanto en la música como humanamente, su generosidad y los buenos y malos momentos que vivimos.
¿Quisiera contarles a los lectores anécdotas de Pablo? Usted debe guardar muchas…
A mí siempre me emparentaron con Pablo como hijo , después hermano , algo veía la gente en nosotros que teníamos de parecidos , hasta mis padres , y una vez viajamos a un país donde nunca había estado , tenía muchos dolores de caderas y quería salir rápido al hotel , bajando del avión me pide que le acompañe a su lado porque venía en silla de ruedas , de pronto yo sigo caminado y siento unas luces y calor detrás de mí , y de pronto dice alguien que se me acerca « no es él, no es él », o sea , me había dejado a mí caminando por el aeropuerto y se había ido al hotel en un taxi , toda la prensa creía que yo era Pablo Milanés y me siguieron para hacerme preguntas.
Hay una anécdota buenísima de una escritora que no puedo decirte el nombre , va a un concierto nuestro , nos ve en el escenario tocando y después va a saludar a Pablo , este se había ido al hotel y me da a mí un libro y me dice « espera que te lo dedico », nos despedimos porque la conozco de vista , y se fue creyendo que yo era Pablo porque me dice «ve a descansar que sé que estás cansado », yo no entendía nada !!!??, y cuando llego al hotel, Pablo estaba a mi lado en la habitación, y se lo cuento , nos echamos a reír como unos tontos.
¿Alguna otra?
Sí; esta ocurrió en un programa de televisión en México dedicado a jóvenes estudiantes, en el que dimos un concierto; eran mis primeros tiempos junto a Pablo.
Era un estudio grande, donde estaba el escenario y alrededor estaba sentado el público que le iba haciendo preguntas a Pablo, que estaba delante; yo ubicado un poco hacia atrás, escuchaba de lejos y mal lo que conversaban; le preguntaron de sus canciones, de la Nueva Trova, pero nosotros los músicos no escuchábamos bien lo que le preguntaban ni lo que él contestaba.
En medio de eso, alguien le pregunta qué pensaba de su hijo, señalándome a mí; yo, no me entero y Pablo, que siempre lo decía, le responde «sí es como mi hijo», y el público entendió que efectivamente yo era su hijo, por lo que, luego de otras preguntas a Pablo, un muchacho pide permiso «para hacerle una pregunta al pianista» y me dice: « ¿Qué piensa usted de su padre y de su madre?».
Imagínate, mi padre era director de coros, músico, y mi madre era profesora de Literatura musical, instructora de arte…, entonces yo empiezo a hablar de mi padre, a explicar que me enseñó mucho, todo lo que sé de solfeo, porque era un gran maestro de solfeo, sabía mucho de teoría, de armonía, y luego el joven me dice «¿Y de su madre Yolanda?»,(risas) evidentemente, para él yo era el hijo de Pablo con Yolanda Bennet, la famosa Yolanda, esto ocurrió en mis inicios con Pablo, y al final él lo que hizo fue echarse a reír, y hasta el día de hoy mucha gente cree que soy su hijo, aparte del parecido…
Se ha hablado siempre de la generosidad de Pablo, usted mismo la mencionó ahorita…
La generosidad de Pablo era insuperable, era una persona que no podía permitir que alguien tuviese un problema o necesitara cualquier cosa, estuviese enfermo, le faltara instrumento, regalaba las guitarras como nada, era un ser humano extraordinario y desprendido de todo.
¿Usted cree que los fundadores del MNT «enseñaron a pensar » a los jóvenes cubanos?
Sí creo que los fundadores del MNT enseñaron a pensar y sobre todo a los jóvenes cuestionarse situaciones y vivencias que estos trasmiten en sus textos, se creó como una institución a la que todos querían pertenecer, porque sentían la posibilidad de poder expresarse.
A partir de su experiencia ¿cuál es el aporte fundamental de la Nueva Trova a la historia de la música cubana?
Me parece que el aporte fundamental de la Nueva Trova es que nos abrió los horizontes en todos los sentidos, nos enseñó que la canción se puede ver de diversas maneras, que no solo era un arma para defender un ideal, que le cantaba a la vida, a lo cotidiano, al amor, a los cambios que iba sufriendo el mundo y el hombre en general, yo creo que amplió el concepto de este género en nuestro país.
¿Y musicalmente?
Musicalmente también la contribución es importante, porque tenían influencias de todas las vertientes musicales del mundo, del rock, del jazz, de la música brasileña, y por supuesto de la música cubana.
Nota: Es bueno recordar que junto a Pablo, Miguel Núñez compuso más de diez temas.
Mi esperanza
Autores Miguel Núñez y Pablo Milanés
Después de mirar hacia atrás
el mundo se va abriendo, soy casi feliz,
las nubes me siguen cubriendo,
mas pienso que van a partir.
Mi luz al final se va viendo;
presiento que voy hacia ti,
el beso que un día no di
reaparece con timidez,
que al final venceré.
Saludo a ese día feliz.
Después de mirar hacia atrás
el mundo se va abriendo, soy casi feliz,
las nubes me siguen cubriendo,
mas pienso que van a partir.
Mi luz al final se va viendo;
presiento que voy hacia ti,
el beso que un día no di
reaparece con timidez,
que al final venceré.
Saludo a ese día feliz,
mi esperanza.
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