El legado artístico y la vida del polifacético creador italiano Pier Paolo Pasolini (Santo Stefano, 1922- Ostia,1975), es tema central del VI Encuentro de la Crítica Cinematográfica Pensar el cine que, desde este miércoles y durante dos jornadas, se está celebrando en la Sala Saúl Yelín de la capitalina Casa del Festival.
Bajo el epígrafe Pasolini, las jerarquías de la inspiración se desarrolla el evento, en correspondencia al volumen homónimo, una compilación de textos realizada por el crítico de cine Daniel Céspedes, los cuales sus autores resumen en los dos paneles previstos en la cita inserta dentro de los homenajes por el centenario de quien destacara en el cine, la poesía, la narrativa y el teatro, así como en el programa de la Jornada de la Cultura Italiana que tiene lugar por estos días.
En la primera sesión, la proyección del documental Pier Paolo Pasolini: El poeta en la playa (2000) de Jorge Ortiz de Landázurri y Pite Piñas, dio paso al panel moderado por el ensayista Ángel Pérez, en el que se sucedieron las intervenciones de sus colegas Norge Espinosa, Astrid Santana, Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba, organizadora de la cita; Arturo Arango y Daniel Céspedes, quien sintetizó el texto de Roberto Méndez, imposibilitado de hacerlo en esta ocasión.
Pasolini/Habana/Roma/Habana 13.257 Notas dispersas alrededor de un centenario tituló Norge Espinosa el ensayo recogido en el libro que se espera sea presentado en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
En él, el también poeta y dramaturgo aborda la relación de Pasolini con nuestro país, muy polémica desde inicios de la década de los años 60 del pasado siglo, cuando la proyección de su película Accattone (1961), de gran aceptación fundamentalmente entre los jóvenes cubanos que nombraron así el pelado por entonces de moda, fue catalogada como inconveniente para la formación de las nuevas generaciones por ir contra la moral de nuestro proyecto social.
El encendido rechazo al filme alcanzó al cineasta no obstante su filiación comunista, situación que comenzó a revertirse solo a partir de 1998 cuando la Cinemateca de Cuba dedicó un ciclo a su filmografía. Sin embargo, acotó Espinosa, la obra y los postulados que Pasolini sostuvo se han mantenido siempre presentes entre los intelectuales y creadores del patio.
Por su parte Astrid Santana resumió su ensayo Apropiaciones del mito y la literatura. Comentarios a la Trilogía de la vida, conjunto este formado por tres de los filmes del realizador italiano que, de un modo u otro, son adaptaciones de la literatura: El Decamerón, de Giovanny Boccacio; Los cuentos de Canterbury, de Geoffrey Chaucer y Las Mil y Una noches.
En su intervención la panelista abordó el estilo performativo empleado por Pasolini para, más allá del disfrute visual que dichas películas puedan provocar, hacer un planteamiento conceptual que desembarace al individuo de sus prejuicios y le abra el camino a la felicidad que, a su entender, proporciona una sexualidad pura.
Por su parte Luciano Castillo introdujo a los presentes en el ensayo Días y noches bravas de un guionista, en el cual analiza cronológicamente el desempeño en este rol de quien tras incursionar reiteradamente en la literatura comenzara a hacerlo con textos para el cine, primero como colaborador de importantes figuras, entre ellas Federico Fellini y más tarde durante un largo periodo como guionista de Mauro Bolognini.
En el de La noche brava (1959), película que según Castillo fuera antecedente de Accattone y Mamma Roma (1962), sus dos primeras cintas, ubica Castillo el primero escrito enteramente por Pasolini.
Según Arturo Arango, el texto de su autoría Otro cine imperfecto recogido en el volumen Pasolini, las jerarquías de la inspiración fue ya publicado por la Gaceta de Cuba en 2005. Su título, dijo, alude directamente al empleado por el destacado cineasta Julio García Espinosa para su ensayo Por un cine imperfecto.
De acuerdo con sus palabras, los desaciertos que se le atañen a la filmografía de Pasolini obedecen, en primera instancia, al eterno proceso de búsqueda y experimentación a que sometió su obra, puesta así en constante riesgo.
La interpretación que del binomio arte/industria hizo el italiano, como el de intencionalidad/transgresión marcaron su cine, ubicado siempre en una zona de tensiones. Vincularlo a su vida y a su literatura le da una mayor dimensión a este, señaló Arango, quien afirmó que para dicho realizador la película no era un fin en sí misma, sino que lo verdaderamente trascendental era la relación que ella pudiera establecer con otras zonas de su actuar.
Al introducir el ensayo El Evangelio provocador de Pasolini, de Roberto Méndez, Daniel Céspedes puso de relieve el destaque que este hizo acerca del riesgo corrido por el cineasta al filmar un texto de la naturaleza de El Evangelio según San Mateo (1964).
La pertinencia social de la labor de Jesucristo más que lo puramente doctrinal motivó al cineasta, que tuvo a bien no cambiar ni una sola línea del primer libro del Nuevo Testamento, enfatizó el compilador del volumen que recoge los ensayos resumidos en el Encuentro.
Para este jueves el programa del evento anuncia las intervenciones de Antonio Enrique González Rojas, Alberto Garrandés, Daniel Céspedes Luciano Castillo y Berta Carricarte.
El VI Encuentro de la Crítica Cinematográfica Pensar el cine ha sido organizado por la Cinemateca de Cuba, la Embajada de Italia en nuestro país, el Ministerio de Cultura y la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica (ACPC).
Asimismo, como parte del homenaje de la Cinemateca de Cuba a Pier Paolo Pasolini en su centenario, este miércoles se proyectó en la sala del 23 y 12 el documental italiano El joven corsario-Pasolini en Bolonia (2022), de Emilio Marrese y mañana, también a las 5:00 PM, el titulado En el pueblo de tormentas y prímulas (2000), de Andre D'Ambrosio.
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