La Orquesta Sinfónica Juvenil de Stanford, como parte de un programa de intercambio y de fortalecimiento de lazos culturales entre Cuba y la nación norteamericana, consolidó en la noche de este miércoles 28 de febrero la idea de continuar el camino del acercamiento aun cuando el escenario de las relaciones entre ambos países se ve amenazada por la política actual de Washington.
El Teatro Nacional de Cuba acogió en la Sala Avellaneda a más de un centenar de músicos de las orquestas de Cámara de La Habana y de la Universidad de Stanford en un programa en el que se interpretaron piezas de grandes maestros como la Sinfonía número siete de Ludwig van Beethoven y la pieza El pájaro de fuego para ballet, de Ígor Stravinski. Mención especial merece la selección de Guaguancó como colofón del espectáculo, obra del cubano Guido López Gavilán.
Las presentaciones tuvieron además un componente danzario aportado por Litz Alfonso Dance Cuba, compañía que prestigia el quehacer artístico de la escena cubana.
Bajo la dirección de la Mtra. Anna Wittstruck, la Orquesta Sinfónica Juvenil de Stanford está compuesta en la actualidad por 78 músicos. Es la organización musical estudiantil más grande de la Universidad y ha colaborado con artistas de renombre internacional como Jon Nakamatsu y miembros de St. Lawrence String Quartet.
Deje un comentario