“Dentro de unos días voy a cumplir 89 años, edad a la que llegaré si los dioses son propicios, porque últimamente me han ocurrido muchísimas cosas”, fue de las primeras ideas que nos dijo; y así, como robándole minutos a la vida durante casi dos horas lo escuchamos hablar del Fidel que vio por vez primera en su juventud universitaria, y del guerrero, estadista e intelectual que nació y creció en la lucha revolucionaria, y se convirtiera después en su amigo.
A sus 88 años entre letras y batallas, Retamar confesó que había vivido, enseñado y aprendido en muchos países, publicado más de veinte libros, conocido centenares de personas, pero nada fue, ni desde lejos, tan importante como haber conocido a Fidel, “una criatura absolutamente excepcional que, para mí, solo es comparable con Simón Bolívar y con José Martí, esa es la tríada gigantesca de nuestro continente”.
Así escribió el periodista Elier Ramírez al destacar una entrevista que le realizase el siempre imprescindible profesor e intelectual cubano Roberto Fernández Retamar, pocos días antes de arribar a su 89 cumpleaños.
“La palabra es fuerte y bella cuando sale de un corazón que conoció la gran virtud”.
(José Martí. Periódico Patria, 10 de abril de 1892. T. 5. Pp.348-349)
Se le conoció por su vasta cultura y su especial conocimiento por la vida y obra de nuestro Apóstol. En una ocasión, durante una entrevista a quien escribe, confesó que “queriendo salir de un ambiente poético enrarecido”, se dio a la tarea de “buscar una poesía que se acercara a la conversación en su idioma, a lo inmediato en sus asuntos (...) pero no fue sino hasta la Revolución Cubana, en 1959, que empecé a trabajar con ese idioma que había intuido, necesitado”.
En esa oportunidad, y presionado por el tiempo con el que siempre sostiene compromisos (diariamente) para un sinnúmero de menesteres de trabajo y ya muy próximo a las jornadas (¡! magníficas!!) con vistas al otorgamiento de los Premios Casa de las Américas 2012, no opone, no obstante, reparos de ningún tipo a la petición de entrevista del Periódico Cubarte. Mas, ¿cómo retratar a este poeta y ensayista a quien se le han conferido diversas condecoraciones y distinciones nacionales e internacionales a lo largo de su vida como intelectual revolucionario? ¿Cómo retratar a este escultor del verso y de la prosa, merecedor del Premio ALBA de las Letras, Director de la Academia Cubana de la Lengua y de la Casa de todos los hermanos solidarios y amigos de este continente: de la Casa de las Américas? ¿Cómo retratar a este intelectual cuya consagración en el trabajo ha contribuido al desarrollo y engrandecimiento del patrimonio cultural de este lado del mundo, de Nuestra América india, mestiza y negra, de Nuestra América martiana?
Estimo que unas líneas del inolvidable escritor, José Lezama Lima, serían recurso inobjetable ante este problema: "Roberto Fernández Retamar es uno de los más significativos poetas de su generación [...] Es muy cubano, curtido por el árbol que golpea el árbol universal del conocimiento. Se esboza en él una alegría que marcha acompañada del destino opulento del cubano, del cubano mejor, que es universalmente sencillo”.
Y es que Roberto Fernández Retamar, ha sido y será un cubano universalmente sencillo.
A quien perdimos físicamente, más nunca en esa gran fragua de conocimientos de amplio contenido temático sobre las raíces de la América nuestra, de sus antecesores de otras tierras, nuestro recuerdo y estudio de cada una de sus obras revolucionarias como seguidor del pensamiento martiano y fidelista.
“La palabra es fuerte y bella cuando sale de un corazón que conoció la gran virtud”.
(José Martí. Periódico Patria, 10 de abril de 1892. T. 5. Pp.348-349)
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