El destino casi siempre es, como suele decirse, caprichoso. Unas veces para bien, y en otras deja caer su parte más negativa. Pero hoy ha querido —el destino— que hagamos música para un hombre de siglos futuros y para festejar el renacer de quienes, al decir del poeta Miguel Barnet, continúan empujando un país.
El poderoso huracán Irma ha dejado sombras en muchos hogares cubanos, pero esas sombras no enlutecen o amedrentan a millones que han continuado labrando y tejiendo el sueño de una Cuba libre, la que solo nosotros podemos y queremos construir. Y así, ante el derrumbe implacable o el salitre que carcome, muchos no renuncian a la libertad de este archipiélago irredento desde los tiempos en que el destino quiso, por sabio y visionario, hacernos nacer en Cuba. Por eso hoy a ellos les cantamos, les diremos a través de la música que no están solos, les regalaremos más que una o varias esperanzas, les hablaremos de igual a igual sin regodeos ni hipocresía. No sabríamos hacerlo de otra forma.
Y en ese cauce, de candor y de un esplendoroso humanismo, nos inspira también cantarle y decirle al hombre de siglos futuros que aquí se lucha, que se continúa lo que él empezó, y que aún seguimos renuentes al “tantito así” del que tanto nos alertó. Al Che, a nuestro eterno Che, también le recordamos de la mejor manera que sabemos: la música.
Cabe resaltar el desinterés y altruismo de todos los artistas convocados hoy, comenzando por el infatigable Maestro Frank Fernández, que sin dudas ha estado muy ligado con su música a la figura del Che. Para ello habría que recordar su música para el documental Cuando pienso en el Che, el cual nos reveló a través de una excelente conversación-entrevista con Fidel, aspectos casi desconocidos del Guerrillero Heroico.
A ello se suma la presencia de Omara Portuondo, otra de las grandes artistas cubanas, la cual le regalará su voz una vez más a su país natal. Como símbolo de cubanía, Omara refleja las vertientes musicales de su tierra, y ha cantado tanto de Silvio Rodríguez como de Moisés Simons.
Figuras como la soprano Bárbara Llanes, la Orquesta Aragón, el actor Osvaldo Doimeadiós, el Coro Exaudi, Vocal Leo y Polito Ibáñez, engrandecen la mañana de la mejor manera imaginable, y sin vacilar un instante hicieron suyas —también— las heridas del huracán, y las huellas del Che. Y he aquí un interesante motivo artístico, bien tenido en cuenta por el Maestro Enrique Pérez Mesa a la hora de conformar el elenco: la diversidad no solo musical, sino generacional para la fecha escogida. Cada quien es diferente, genuino, y de sobrado talento, todo lo cual lucirá en este concierto arropado por la dulzura sinfónica de nuestra orquesta insigne, que una vez más se reafirma como el pináculo de su tipo en nuestro país.
Saben estos artistas, de manera particular y social, el verdadero impacto de su arte y no solo en Cuba, sino dondequiera que van. Saben ellos, como nadie, que la Patria es ara, no pedestal. Saben ellos, y unidos a los demás artistas que en el resto del país en estos mismos instantes le cantan a la Patria y al Che, lo que para millones en toda Cuba significan una canción, un zapateo, un poema, un Cha cha chá o un fragmento de alguna zarzuela.
Gracias, a Cuba, y a todos ustedes.
(Notas al Programa del Concierto Sinfónico La Patria se levanta)
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