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La vida y la libertad según el código David Blanco


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El hombre es él y su circunstancia. Así definió cierto filósofo ibérico la reacción del ser social ante los estímulos del mundo que le rodea. David Blanco es él y su música, y aunque las circunstancias sociales puedan tomar un rumbo paralelo al suyo o bifurcarse; según los modismos musicales y/o de mercado; su fidelidad al sonido que le ha definido parece mantenerse inamovible.

David es tal vez el eslabón más sostenido y sólido del pop/rock cubano de estos tiempos, pero su pertenencia o no a una escuela no limita su creatividad ni su apego a la música cubana; entendida como aquella que se hace en esta Isla por encima de definiciones genéricas y puntos de vistas algunas veces cargados de altas dosis de chovinismo barato; y es que lo cubano para él está en las bases sobre las que alza su música; unas bases que tienen su origen doméstico y su formación cultural.

Con estas premisas hoy regresa al mundo del disco con la producción Vida libre, bajo el sello Bis Music de ARTEX, en la que nos propone (y se propone) determinadas líneas musicales y temáticas pocas veces explotadas con tal intensidad en sus producciones anteriores. Sin embargo, un ejercicio de memoria musical nos conduce a los primeros atisbos de esta madurez musical y existencial de David Blanco, presentes en el disco La Evolución de la misma casa productora.

Sin abandonar su forma muy personal de hacer el pop ni su vocación roquera, David se adentra con esta producción en nuevas rutas literarias, sus textos son crónicas de este tiempo que vive su generación. Tal vez aquí muestre que es algo más que un simple cantante de pop/rock cubano que se adentra en historias románticas y/o festivas como muchos de sus compatriotas que se mueven en tal género.

Este es un disco de preocupaciones más humanas y de una propuesta musical que no teme mostrar hasta dónde conoce la música cubana y cómo esta puede coexistir, convivir e influenciar(se) con otras formas de expresión. Así cruza de una rumba a una fuerte descarga roquera o se permite invitar a un rapero para a dos voces –que no es lo mismo que a dúo–, entregarnos sus inquietudes musicales.

Si hubiera que buscar referentes a este disco, me permitiría encaminar mis reflexiones a la influencia de Carlos Varela y su disco Como los peces; que fue el punto de encuentro entre la Nueva Trova y las otras corrientes musicales de estos tiempos. Se pudiera entonces afirmar que hay un antes y un después para el pop/rock cubano. Varela es el kilómetro cero de muchas propuestas musicales de este tiempo. Hubo, y hay, además otros trabajos interesantes en esos años como los del proyecto Habana Abierta, pero este funcionaba más como un taller que como un concepto en materia de música cubana y eso le convirtió en un fenómeno interesante; se pudieran nombrar algunos otros, pero curiosamente David Blanco no estaba en esas lides. Maduraba y estudiaba sus circunstancias, mientras se permitía el placer de combinar su voz y estilo con sus contemporáneos y quienes le antecedieron, hasta llegar a este momento; o para decirlo así de sencillo: a este disco.

Personalmente considero como los temas más logrados del CD, Falsa Verdad y Como el avestruz. El primero es toda una declaración de principios muy sencilla: “…soy un hombre de estos tiempos, pero tengo valores arraigados… soy de estos tiempos, pero no soy esclavo de falsos valores económicos o sociales fatuos…”

Como el avestruz es una suerte de guaracha –si así lo admite la academia– o divertimento musical con fuerte visión social; David Blanco recrea el universo cubano de hoy con sus personajes, sus falsos conceptos y hasta esa mediocridad que hoy amenaza en convertirse en “orden social”. Él se opone y nos declara que prefiere alzar su vista a esconder sus sentimientos bajo la piel cromada de lo instantáneo; y para ello se vale de una apoteosis musical donde aflora su pasión por el jazz y regresa a su otra pasión musical: la trompeta, en toda una fiesta al más puro estilo Dixieland.

Hay otros temas y otras propuestas interesantes en este CD, pero desentrañarlas, comentarlas y hasta gozarlas musicalmente corresponde a otros entendidos y a sus seguidores. Estas son mis notas para acercarme a esta propuesta musical donde las circunstancias hablan de la libertad según un hombre de estos tiempos, al que las circunstancias no le han impuesto sus límites.

Los límites están en el pensar y actuar. Así lo define musicalmente David Blanco.

 


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