Leandro Soto está nuevamente en su natal Cienfuegos. Considerado uno de los iniciadores del arte del performance y de la instalación en Cuba, el reconocido artista expone en la sala Ateneo del teatro Tomás Terry como parte del proyecto Café XVIII, iniciativa de la Universidad de la Indias Occidentales, de Barbados, donde tiene actualmente su estudio-taller.

“La muestra La vida como performance está basada en la concepción martiana Vengo de todas partes y hacia todas partes voy, por tanto indaga en la exploración de sus raíces más originarias”, afirma este infatigable viajero del mundo con vocación de antropólogo cultural.

“Me siento orgulloso de poder contribuir a la cultura que tanto me alimentó. Es tiempo de retribuir. Si te han alimentado, es tiempo de dar y esta exposición se corresponde con eso, dar y al mismo tiempo recibir”, confiesa el también profesor y crítico de arte.

¿Qué significado tiene estar de regreso en el teatro Tomás Terry?

Desde el comienzo de mi carrera artística empecé a trabajar en este teatro. Mi primera escenografía fue para un festival infantil y luego, hice carteles para el teatro, obras del Centro Dramático de Cienfuegos, carteles artísticos como el que elaboré para un concierto de Leo Brower, quien al finalizar su presentación se lo llevó como recuerdo.

Cienfuegos se considera el sitio donde nació el performance en Cuba…

Sí, esta ciudad está registrada como el lugar del surgimiento del performance en Cuba y son muchos los antecedentes que influyeron en este nacimiento. Está el aporte de Samuel Feijóo, las obras surrealistas de Mateo Torriente, las pinturas primitivistas de Benjamín Duarte. Trasciende un ambiente artístico, de creatividad en Cienfuegos.

Hablemos del performance…

Desde la infancia ya tenía interés en el arte desde un punto de vista multidisciplinario. El  performance lo empezamos en clases en la Escuela Nacional de Arte, fundamentalmente en el último año, nos vinculamos a estudiantes de teatro, ballet y se fue cristalizando esta forma de expresión y cuando regreso a Cienfuegos ya estaba el espíritu de hacer cosas interdisciplinarias.

El performance se ha convertido en el laboratorio de las imágenes, pero el performance es algo que uno hace inmediato. Esto viene de la antigüedad, como desde el arte, respondes al momento que te toca vivir.

Es un espacio creativo que debe tener un concepto, un mensaje.

Recientemente durante la Bienal de La Habana, hice junto a Santiago Hermes un perfomance en la sala Avellaneda, que resultó muy intenso, muy artístico. Fue además como un diálogo, un intercambio generacional en el tiempo y la identidad que nos unen, un intercambio por ser cubanos, caribeños.

Mencionaste a Santiago Hermes, joven exponente del performance en Cienfuegos. ¿Cómo surge este trabajo con Santiago?

En la universidad de Arizona, Estados Unidos, yo utilizaba como ejemplo una obra de Santiago. Existe mucho vínculo entre su obra y la mía. Por ejemplo, el proyecto que Trazos Libres realiza en una calle de Cienfuegos, es muy similar al que desarrollé en una comunidad indígena maya en México, donde trabajé con niños, se pintaron casas, hubo una investigación antropológica.

En el 2012 fuiste testigo con Santiago Hermes del performance Vive junto al mural que pintaste en una céntrica esquina de Cienfuegos…

Santiago hizo el performance con el grupo El Carro de Thespis, y me pareció muy interesante, me permitió ver la trascendencia que ha tenido ese mural, que pinté en 1981 en Prado y San Fernando, donde inicia el Bulevar.

Tuvieron la posibilidad de reencontrarse en Barbados…

Por una invitación de la Universidad de las Indias Occidentales, la más importante y más antigua institución académica del Caribe anglófono, radicada en Bridgetown, Santiago y yo compartimos en el “Café XVII: Jornada de artistas cubanos”, dedicado en esa ocasión al trabajo comunitario. Él fue el presentador principal de un simposio, estuvimos en una exhibición colectiva y un performance.

¿Qué simboliza el mar, qué representa Cienfuegos?

La condición de haber nacido en Cienfuegos, cerca del mar, no se pierde nunca. El mar siempre es una constante, aún cuando viva en un contexto desértico.

¿Impresiones de la Bienal de La Habana 2015?

Una muestra de la creatividad, la calidad extraordinaria de los artistas cubanos, el nivel de concepto de las piezas con el nivel técnico de realización van a la par y eso confirma que el arte cubano es una de las mejores expresiones artísticas que existe en el continente.