Entre los espacios que llegaron para quedarse en la pasada Feria del Libro de La Habana, en la sede del Pabellón Cuba está Letras y Trazos. Conducido por la narradora Nieves Cárdenas, la tarde de los días 21 y 22.  Letras y Trazos se inauguró en el salón de Mayo del Pabellón Cuba con la periodista, poeta, narradora y ex embajadora de Cuba en la UNESCO, Soledad Cruz.

Tras una breve síntesis de su quehacer, político y periodístico, la conductora explicó que el motivo esencial del encuentro era dialogar sobre su obra literaria que alcanza 25 publicaciones dentro y fuera de Cuba.

Soledad, quien se confiesa: Mística y comunista, apasionada de su país y orgullosa   revolucionaria afirma: “Escribir es una de las razones de mi existencia, lograr textos que puedan ser interpretados y acompañen el crecimiento de niños y jóvenes es una verdadera dicha.”

Intercambio ameno con sus antiguos y nuevos lectores donde se encontraban también  amigos y excompañeros de trabajo de la entrevistada, entre ellos Eldys Baratute, Alberto Hernández, y Ramón Bermúdez.

Con más de 14 años en la casa Editorial Gente Nueva, la profesora de lingüística y literatura, Amanda Calaña atesora la edición de un notable grupo de clásicos, entre los que figuran Nersy Felipe y Charles Perrault y para jóvenes con títulos como el Diario de Ana Frank, Cuentos de la Alhambra, Oliver Twist, los Proverbios de Salomón, Rut, y la poesía de temática amorosa recogida en la colección Pétalo, de la que es responsable, y en la que han sido editados autores como Dulce María Loynaz, Emilio Ballagas, Mirta Aguirre, Rubén Martínez Villena, Juana Borrero, Gustavo Adolfo Bécquer, Santa Teresa de Jesús, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Sor Juana Inés de la Cruz, Garcilaso de la Vega, entre otros.

Amanda espera encontrar en cada libro que trabaja “Humanidad, que los personajes respiren, se puedan palpar y vayan más allá de cualquier arquetipo.”

Antes de dedicarse a la edición, se desempeñó como profesora de Institutos Pedagógicos, donde cumplió misión internacionalista al llevar sus conocimientos al pueblo de Granada.  Sentida evocación de los sucesos del golpe de estado a Maurice Bichop, cuenta Amanda: “Los cubanos estábamos juntos cuando las mujeres vimos caer los primeros paracaídas y en minutos estábamos emplazados por las ametralladoras de los mercenarios. Nos van a masacrar —dije— y me dispuse a esperar la muerte.

Después que pasó la tragedia una compañera dijo que cuando me miró yo estaba serena y lo estaba —dije—, porque mi pensamiento estaba en Cuba, con mi familia, con los míos quería morir con ellos…

Esperamos que este espacio haya llegado para quedarse, porque como dijo José Martí “Honrar, honra”.