Todo empezó hace 30 años con la magia que le pone Carlos Díaz a todo lo que toca. Teatro El Público nació para concretar los sueños de un grupo de actores cubanos y representar en sus puestas la osadía temática, el riesgo festivo y sensual de la imagen escénica. El reto fue precisamente ese, ser un visionario en su época y transformar las artes escénicas cubanas en una escuela de experimentación.
Desde ese momento los actores han sido actrices, las actrices, actores, y lo único que ha importado ha sido desdoblarse en el escenario hasta que la función terminase con un público de pie.
Hasta su casa en el Teatro Trianon llegaron este viernes todos los miembros de la compañía para mostrar un breve bosquejo de lo que ha sido El Público en estos 30 años.
El espectáculo inició con Federico García Lorca, porque ese fue el comienzo de la compañía y ahí tenían que volver para mantener su balcón abierto. Teatro musical, desfile de vestuarios icónicos de las principales obras, perfomances, colores, alegría, compañerismo y entrega, fue el regalo de El Público a los que llegaron hasta allí para festejar esas tres décadas de trabajo.
Los convencionalismos, la doble moral, la intolerancia, la falta de espiritualidad, el culto inútil y nocivo de las máscaras, el autoritarismo, el derecho a defender la sexualidad en cualquiera de sus tendencias han sido los ejes temáticos de la compañía teatral, y gracias a esa apuesta se han consolidado como una de las agrupaciones teatrales más importantes que tiene Cuba. Los amantes de las tablas siguen y buscan cada puesta en escena de El Público.
Al finalizar la función, el viceministro de Cultura Fernando Rojas, entregó a Carlos Díaz un reconocimiento por su aporte y entrega a la cultura nacional.
Vea además:
Teatro El Público: 25 años dejando huellas / Por: Beatriz Albert Pino
Deje un comentario