El cuaderno de cuentos Los barcos terminados, del multipreamiado narrador holguinero Emerio Medina, publicado por Ediciones Unión, fue presentado en el contexto de la Feria Internacional de Libro, en la sala Martínez Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
El volumen tuvo como presentador al también narrador Rafael Leal, quien acometió su intervención señalando la costumbre del autor de “emplear trucos en sus narraciones”, y anunció que trataría de desentrañar algunos de los que éste utiliza en Los barcos terminados.
Recordó entonces que Emerio Medina es un escritor de un amplio espectro temático, para el cual no hay fronteras entre la realidad y la fantasía, lo cual es un hecho también en este libro, que está estructurado en trece cuentos; de los mismos el presentador resaltó el que da título al texto; La noche larga; La villa; El viejo, el funcionario y el pez; La niña, la puta y tú; Las puertas olvidadas y Los caminantes de la noche larga.
Esta relación sin fronteras entre realidad y fantasía se reitera en muchos casos hacia el final de los relatos en los que se desvanecen estas fronteras y el autor recoloca a los lectores en una circunstancia diferente a la que venía leyendo; destacó que éste es uno de los más socorridos trucos de Emerio Medina, “que se especializa en finales abruptos que definen el nivel de realidad de la historia y definitivamente nos descubren el cuento”, y agregó que éste además “dinamita el concepto aristotélico de dramaturgia”, ya que comienza muchos de los mismos por “el medio”, y el clímax se encuentra al final, recurso que utiliza de manera continua, al igual que la anáfora, proveniente de la retórica, que se usa mucho en la poesía, a partir de la cual sus textos se desarrollan a manera de espiral.
Subrayó la existencia indiscutible de un estilo en Emerio Medina, caracterizado fundamentalmente por estos tres elementos antes mencionados, por el uso de oraciones cortas, una marcada economía del lenguaje y por la ausencia de escenas de sexo y de violencia en sus narraciones.
En cuanto al sistema de personajes, acentuó que muchos están construidos a partir de una ambigüedad que no permite descubrir quiénes son; muchos de estos odian la realidad que los circunda y por eso “la escupen”, porque son víctimas de ella. “Sus personajes son «pobrecitos», hasta los más felices”, aseguró, y añadió que el entorno se vuelve un personaje más, por la importancia que adquiere dentro de la trama.
Leal consideró que los cuentos de Emerio Medina son muy polisémicos y que exhiben una cierta urdimbre filosófica, existencial “porque el desastre en este autor casi nunca es individual”.
Finalmente Leal resaltó “en este libro, en el que Emerio desarrolla una distopía al punto de llevarnos «la Gillette a la vena», nos salva con un cuento extraordinario: La frazada; en éste está el milagro de la vida”.
Concluyó sus palabras Leal aseverando que algunos de los trucos de Emerio Medina que no vamos a ser capaces de desentrañar, van a conformar la cuentística de este autor, “ uno de los más grandes narradores que están escribiendo cuento hoy en Cuba”.
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