En el XVI Festival Internacional de las Artes de Barranquilla, en la fecha del 6 al 10 de febrero de este 2020, fui invitado por el periodista Heriberto Fiorillo, presidente del evento, dedicado esta vez al centenario del Benny Moré. Allí presenté mi libro “Benny Moré: Símbolo de la música cubana”.

Logré mi deseo de estar en la Fundación La Cueva de Barranquilla, tertulia donde acudía en su etapa de periodista el premio Nobel Gabriel García Márquez. En el festival se realizan conferencias, actuaciones de músicos y, en el Parque Cultural, en la noche se efectúan los conciertos con los artistas y agrupaciones invitadas.

Todo el que viaja a Barranquilla siente atracción por conocer Macondo, mítico pueblo de la novela de Gabriel García Márquez Cien años de soledad. Estamos hablando de Aracataca, donde nació el escritor colombiano Premio Nobel de Literatura.

Aracataca es una zona muy calurosa, se encuentra a 84 kilómetros de Santa Marta, capital del Departamento de Magdalena, en el Caribe colombiano. No debe pasar de 40 mil habitantes. Era un pueblo aburrido sin ningún tipo de esparcimiento, salvo las aguas del río y las tomaderas de ron. Es un pueblo igual que otro cualquiera en el Caribe, pero, en este caso se convierte en mito por una novela que se difundió como la pólvora por casi todo el mundo.

 Aracataca un pueblo atrapado entre la selva y el rumor del río Piedras, donde está situado parte del mundo mágico de Gabriel García Márquez, al decir del periodista Alberto Piernas.

Un universo que el visitante puede descubrir a bordo de unos típicos autobuses llamados “chivas”: transporte de madera, abierto, sin ventanas. En caso de lluvia se cierra con los nylons. En la década de 1950, inicios de los 60, entre la zona de San Antonio de los Baños (pueblo de Silvio Rodríguez) y La Salud, se utilizaba un ómnibus de ese tipo. Como telón de fondo a este pueblo de calle barro y paredes de colores, yace también una vía de tren solitaria.

La casa de García Márquez es un museo reconstruido en forma de casita donde, por supuesto, encontramos referencias al Gabo, incluyendo los muebles principales. Observamos su cuarto de cuando era niño, donde recibía las narraciones de los cuentos mágicos que le contaba su abuela Tranquilina.

Vamos a leer cómo describe el Gabo a Macondo: “Era un pueblo construido a orillas de un rio con un lecho de piedras pulidas, blancas t enormes como huevos prehistóricos. Se ubica al oeste de la ciudad de Riohacha, separado por una sierra casi impenetrable. Al sur, limita con ciénagas y pantanos cubiertos de una eterna nata vegetal y al oeste se encuentra la ciénaga Grande”.

En realidad, Macondo era también una finca bananera por la que pasaba el tren en el que el Gabo viajaba desde Aracataca, su pueblo natal y lugar de inspiración directa para aquel lugar de ficción.

Muchas veces, para describir algún lugar perdido en el mundo, la gente dice que vive en Macondo, hay muchos Macondo en el mundo caribeño.