Nos parece trascendente que nos demos cita en la mañana de hoy en este lugar, donde reinauguramos el MECLA bajo el lema "Isla Abierta”.
A los amigos que nos visitan desde otras latitudes: este hotel que mantiene hoy su nombre de "Habana Libre", asociado a la cadena española Meliá, es un hotel muy simbólico.
Aquí durmieron los barbudos en enero del 59 cuando la Caravana de la Libertad entró a La Habana. Aquí, en este sitio, aparecía de manera continua Fidel Castro, viniendo a discutir los temas tremendos en los días del Triunfo, y cómo vertebrar el gobierno en un momento donde había tantas luchas internas que podían debilitar el inicio de la Revolución.
Este lugar fue sede entonces de todos los eventos internacionales más relevantes de nuestra historia, desde los No Alineados, hasta relevantes encuentros con el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, o con periodistas e intelectuales del mundo para difundir la verdad de Cuba.
Aquí se hacían, digamos, los acontecimientos artísticos más relevantes de la época: uno entraba a este bar que está detrás de esta pantalla, y estaba Elena Burke descargando, Omara Portuondo cantando, o Moraima Secada... Subía al último piso, al restaurante que fue bautizado como Turquino, y veía al mejor de los boleristas de Cuba sencillamente tocando, acompañando las descargas de César Portillo de la Luz.
Lo digo para que sepamos el espacio en el que ahora mismo estamos. Recuperar este primer lobby con las imágenes del cine es reabrir la idea de que este MECLA existió en el Festival de Cine Latinoamericano, y no nos podemos dar el lujo de que siga perdido.
Todavía incluso lo estoy viendo en los locales de la entonces Cinemateca de Cuba. Bueno, yo era muy niño, y papá me llevaba de la mano a todo este festival, y para mí el espacio de la Cinemateca, que hoy es la sala García Mesa, lucía enorme, con stands de países participantes. Y hoy lo veo tan pequeño que me doy cuenta que a los ojos del niño, aquello que nacía era muy importante y trascendente.
Tengo sobre todo una anécdota de nuestro Festival de Cine Latinoamericano para aquel pequeño, que es el día que de pronto un amigo mexicano, de los amigos amigos, me pasa la frontera en la ciudad Matamoros y me está haciendo la broma de llevarme hasta más allá del límite sin que yo lo sepa. Y de pronto miro hacia atrás y veo el muro conocido por todos que dice: "Bienvenidos a México". Y me quedé así, impactado. Y lo conocía solo de verlo en las pantallas del Chaplin, solo de verlo en La Habana, porque La Habana era la sede de todo ese cine que hacía este continente...
Yo creo que tenemos que proponernos no solamente que viva el Festival; tenemos que proponernos que conviva con un mercado, que conviva con la discusión entre productores, distribuidores. Tenemos que lograr que nuestras películas no estén engavetadas, tenemos que lograr que el cine independiente de nuestros países se haga presente.
Cuba hoy, el Icaic hoy sigue diciendo, ya con casi 70 productoras audiovisuales del mundo independiente, que es imposible seguir en la rigidez de pensar solo al Estado como un productor y exhibidor. El Icaic tiene la suerte desde su fundación de tener siglas que dicen claramente Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos. Y por tanto, tenemos la capacidad de ser productores, distribuidores y exhibidores: 180 cines hoy se mantienen vivos en la Isla proyectando cine y audiovisual.
Por tanto, cuánto gusto nos da felicitar al comité organizador del MECLA, aún sin iniciarse, por esta maravilla que hemos visto todos, esfuerzo conjunto por los que estamos aquí entre la primera y la segunda planta. No sé dónde van a caber los que vienen en años sucesivos, pero tiene que ser en este espacio. Tenemos que tomar ese mezzanine de este hotel, tenemos que lograr que la gente venga aquí a compartir un guion, a discutir una idea, a vender una obra. Que no se quepa.
Tiene que ser un espacio, y lo vamos por tanto ya a anunciar hoy, donde vamos a firmar el convenio el próximo día 10 de los Estudios Churubusco y el Icaic; donde firmemos el acuerdo con el Festival de Cine de la provincia Buenos Aires; donde de manera continua asumamos la propuesta de que en Bombay, en el cine de la India, quieren saber de nuestro cine, del cubano y del latinoamericano.
Tenemos que aprender a hacer alianzas, tenemos que saber respetarnos en nuestra diferencia. Hay personas que ni siquiera atienden lo que planteo porque discrepan ideológicamente. Eso es un absurdo en estos tiempos. Nosotros tenemos que buscar los consensos, tenemos que gobernar con consenso y tenemos que pasar por encima de la diferencia, porque a los monopolios no les interesa nuestra diferencia; a los que dominan el mundo no les interesa nuestra diferencia ideológica, dominan como imperio y apenas un mínimo por ciento de nuestras producciones pueden entrar a los mercados. Tenemos que saber establecer alianzas por encima de cualquier diferencia porque tenemos que lograr que nuestro cine hoy circule... ¿Y de qué otra manera lo vamos a hacer? Si en 46 años este ha sido un tema de discusión, y sin embargo siempre seguimos cada uno en lo suyo, cada uno, como decimos, en su parcela. Tenemos que volver a construir esta gigante parcela, donde tiene también que convivir ese independiente, donde tenemos que lograr que las productoras estatales entiendan que nuestro reto —y uso una palabra de nuestro presidente— es encadenarnos, es articularnos, es salir con una fuerza más.
Espero, por tanto, que la presencia aquí de la Comisión Fílmica de Namibia, a quienes les doy una gran bienvenida porque acaban de llegar al festival, sea un éxito; que la presencia de una delegación venezolana con la Cinemateca Nacional, con el Instituto de Cine de Venezuela, nos sirva, como decía yo, si una foto, un selfie al menos, para anunciar al mundo que estamos aquí y es un acuerdo, ¡hágase el acuerdo! Tomemos acuerdos, avancemos, seamos capaces de construir otra vez desde el punto cero. Los cubanos somos especialistas en ello. Por eso es que el enemigo ni nos calcula, ni nos puede ganar. Somos capaces de discutir desde cero cómo vamos a hacer una nueva construcción. Yo creo que ese es nuestro reto.
Doy por tanto también la bienvenida a mi compañero de la Fundación de Patrimonio Fílmico de Colombia, que nos ayudan hoy a restaurar nada menos que al personaje de Elpidio Valdés. O sea, nuestro símbolo en animado va renaciendo capítulo a capítulo, animado a animado; ya vamos por seis, ¿verdad, Ricardo? Y eso lo hacemos porque en Londres hay un festival que se llama Screen Cuba, donde en los principales cines del Reino Unido estamos proyectando cine cubano, cobrando la taquilla por el movimiento de solidaridad británico y enviando ese dinero a Bogotá para que restauren.
Por eso doy también la bienvenida a los Estudios Churubusco de México, porque creo —yo le pregunté si podía hacer el anuncio—, que vamos a lograr que la copia digital de “Vampiros en La Habana”, que recuperamos en la Radiotelevisión Española, vuelva a ser celuloide. Allí vi las máquinas australianas que hacen posible de nuevo imprimir en positivo y negativo para que nuestra restauración no solo sea digital, para que dure más de 100 años.
Y nosotros tenemos que lograr que ese camino sea mutuo, como haber encontrado en los archivos fílmicos de Moscú, de Rusia, haber encontrado a “Alsino y el cóndor”, que es una de las películas nicaragüenses que hicieron historia en este festival. Por eso quiero agradecer la presencia de Rusia, del Roskino, del consejero cultural de la Embajada Rusa, que tanto nos ha ayudado porque estamos hoy —ahí está nuestro cineasta Alejandro Gil— a punto de ver el primer corte del filme “Teófilo”, dedicado, inspirado, en nuestro gran campeón de boxeo, que está hecho de manera conjunta con Mosfilm y el Icaic.
Y hay que decir que es un sueño compartido, porque comenzó también de cero. Comenzó en la idea de que si en el guion tenía que haber una rusa que se enamoraba de Teófilo, ahí iba; pero nosotros teníamos que ser capaces de abonar el camino a Rusia, de abonar el camino a México, de abonar el camino a Venezuela, de estar a punto con Nicaragua, ya no hacer solo talleres con profesores nuestros, sino que un realizador cubano acaba de llegar de estrenar allí su última película.
Tiene que llegar ese momento en que también, aunque haya una inspiración y un recorrido por los 65 años del cine cubano ahí en la provincia de Buenos Aires, estén las últimas películas que producimos. Mi invitación, nuestra invitación, es a buscar fórmulas que nos unan, no que nos dividan; a encontrar acuerdos que hagan concertaciones. ¿Qué vamos a hacer con las plataformas digitales? Ahora que Netflix acaba de comprar otro distribuidor, y el anuncio es más importante que nunca en el escenario digital.
¿Cómo vamos a salir desde nuestra diferencia, pero con acuerdo, con conceptos reactualizados? ¿Cómo lo vamos a hacer? Si los que hoy son veteranos de la industria —y así termino— lo hacen en Los Ángeles, lo hacen en la India, lo hacen en los grandes mercados, ¿por qué no lo vamos a intentar nosotros aquí en este Sur del continente?
Por eso es mi bienvenida a Honduras, al Instituto de Cine de Honduras que también se hizo presente. Por eso es mi bienvenida a las productoras independientes cubanas. A tres o cuatro de ellas. ¿cuántas son las que están presentes en su stand? Por eso insisto en la invitación a seguir viniendo a La Habana. Esto solo nace y a la criatura hay que auparla.
Espero, por sobre todas las cosas, que cuando terminen nuestros cuatro días de MECLA nos demos cuenta de que este mercado tiene que acompañar al festival todo el tiempo de funcionamiento. Que aquí tenemos que lograr que quien trae su película en un disco duro, también sepa —productor, distribuidor, personal profesional— que tiene un espacio donde venir a hablarla, a concertarla, a conveniarla; que nazcan aquí muchas coproducciones, que seamos capaces de compartir nuestro producto audiovisual más allá de las cinematecas.
Aunque honramos aquí —doy la bienvenida al director de la Cinemateca de Venezuela que está aquí, al director de la Cinemateca de Cuba que está aquí--, aunque logremos que ese patrimonio restaurado esté en valor, que logremos algo más, hoy, en pleno siglo XXI,
tuvimos un gran hombre que casi hace cuarenta y ocho horas cumplió 84 años de nacido, un gran director cubano, Humberto Solás, que nos enseñó que la digitalización y el cambio tecnológico tenían que servir no solamente para abaratar los costos de producción, sino para avanzar en la idea de la concertación y la circulación de nuestras obras.
Estamos abiertos, una Isla Abierta. Bienvenidos al restablecimiento del MECLA en el 46 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.
Demostremos que el nuevo cine está vivo; aunque cambie un precepto, aunque haya que renovar conceptos, es nuestro Cine, y nuevo Cine desde Latinoamérica”.

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