Había una vez una niña habanera a la que su padrino le regalaba libros que narraban aventuras fantásticas de duendes y hadas de lejanos países del Asia. Él solía decirle que estas lecturas la ayudarían a desembarazar de ataduras su imaginación y que le darían alas para soñar. Con los años, junto a su esposo diplomático, esa mujer que siempre siguió siendo un poco niña, mantuvo muy adentro de sí intacto el aura de la infancia y comenzó a rescatar leyendas de esas tierras lejanas a donde la encaminó su vida. Vale recordar que esa niña era ahijada de Félix Benjamín Caignet, el precursor las telenovelas en Cuba, un hombre que con su impronta creativa marcó toda una época y cuyos argumentos, rescatados por las televisoras extranjeras, aun deleitan a montones de personas por el mundo. Esa niña, que todavía se resiste a alejarse de los parajes exóticos de sus primeras lecturas y que atesora consigo el saber de quienes viven en la tierra sin despegar los pies de ella y conociendo a sus gentes, sus costumbres y sus sueños, es la escritora que hoy invitamos a nuestra columna, Mercedes Crespo Villate, quien se ha dado a conocer por varias compilaciones de leyendas asiáticas y más recientemente colabora en el proyecto divulgativo Cien preguntas, de la Editorial Gente Nueva.

¿Existe para ti una literatura infantil? ¿Una LITERATURA? o simplemente ¿Literatura para personas?

—Para mí fue importante que existiera una literatura infantil, y que a medida que crecí fui leyendo otros clásicos que me aportaron cultura en general. En cada momento de la vida de una persona hay un interés específico, por lo cual la literatura crece con uno.

¿Qué piensas de la infancia?

—Creo que en la actualidad debemos defender la infancia como un periodo en que enseñamos al niño a dar alas a su imaginación, rodeado de todo el cariño y bienestar que no solo le puede dar la familia sino también de forma priorizada la sociedad.

En tu concepto ¿los niñ@s leen hoy día más o menos que antes?

—Lamentablemente, opino que en la actualidad leen mucho menos que antes, dedicando tiempo a programas dirigidos a personas mayores, que en muchos casos no son los mejores para la etapa de formación.

¿Qué piensas del tono que deben tener las historias para niñ@s?

—Debe ser un tono claro y con temas modernos, pero sin ser empalagosos ni con los llamados ¨teques¨, pues esto puede alejarlas de la lectura.

¿Cómo concibes idealmente a un autor para niñ@s?

—No importa sea autor o autora, tampoco que tenga una temática única, lo importante es que su forma de escribir llegue a sus lectores.

¿Reconoces en tu estilo alguna influencia de autores clásicos o contemporáneos?

—A mi edad, después de leer tantos y tantos textos me veo más unida a clásicos que en mi caso, tienen influencia asiática. En los contemporáneos busco ideas modernas, enfoques nuevos, y rechazo totalmente la vulgaridad.

¿Cuáles fueron tus lecturas de niña?

—Aprendí a leer desde muy temprana edad y mi padrino Félix Benjamín Caignet me regalaba libros que narraban aventuras fantásticas de duendes y hadas de lejanos países del Asia. Decía que estas lecturas ayudarían a desembarazar de ataduras mi imaginación y le daría alas para soñar. La vida me encaminó a esas tierras lejanas.

En tu obra se destacan sobre todo libros que rescatan mucho de la filosofía y el folclore de las culturas de Oriente, ¿a qué se debe este interés? ¿Podrías referirte a los publicados y los que tengas en proyecto?

—Al acompañar a mi esposo en sus tareas diplomáticas, tuve la oportunidad de visitar números países de ese lejano continente, pudiendo apreciar sus tradiciones.

”He publicado Leyendas japonesas, Leyendas chinas y Los hijos del Sol que relatan cuentos tradicionales de las culturas asiáticas, tratando de presentar su filosofía como ejemplo para nuestros niños y adolescentes.

”Siempre los proyectos son muchos y espero presentar en el futuro esta temática relacionada con las islas del Pacifico.

¿Qué significa para ti haber publicado en la Colección 100 preguntas sobre, una de las más exitosas de la Editorial Gente Nueva?

—Creo que la Colección 100 preguntas es una de las más importantes que en nuestro país está dirigida no solo a los adolescentes, sino también aporta cultura general a nuestro pueblo. Para mí fue una gran sorpresa estar dentro de los autores que han publicado 100 preguntas, y espero en un futuro volver a presentar otras 100 preguntas.

¿Quién es tu héroe de ficción?

—De la literatura infantil recordaré a Peter Pan y de los dedicados a la adolescencia señalaré a los de Emilio Salgari, con su colección de Sandokan, el Tigre de la Malasia.

”Debo destacar que mis primeras lágrimas fueron por el Patito Feo de Hans Christian Andersen.

¿Quién, tú villano?

—Mi primera villana fue la Bruja de Blanca nieves, tanto que no comía manzanas rojas, hasta que fui adulta.

¿Qué es lo que te enciende emocionalmente-creativamente? ¿Qué es lo que te desanima?

—La creatividad es como un pájaro de bellos colores que no siempre se nos acerca, pero que debemos intentar alcanzar. Para mí las emociones surgen con una música, una foto, un regalo, que traiga a mi mente un bello recuerdo unido a las personas que he querido. Me desaniman la grosería, la indolencia, la falta de humanidad, y no compartir la esperanza.

¿Qué atributos morales piensas que debe portar consigo un buen libro infantil?

—Un libro infantil en la actualidad debe aportar temas sobre la honestidad, amistad, lealtad, y respeto hacia el país, las tradiciones y su cultura.

¿Podrías opinar de la relación autor-editor?

—Esta relación puede ser beneficiosa para ambas partes. Para el autor es importante recibir las recomendaciones que lo ayuden a mejorar el texto, para el editor puede relacionarse con temas que hasta ese momento no ha trabajado. Finalmente siempre para mí ha resultado ser una gran amistad.

¿En qué nuevo proyecto trabajas actualmente?

—Lo he titulado Un Shar Pei en La Habana, raza canina de origen chino y que en mi cuento lo tiene una anciana en La Habana Vieja, permitiéndome presentar lugares coloniales, hechos históricos junto a situaciones actuales.

”No obstante no abandono la investigación que sigue siendo atractiva para mí y espero terminar en el 2016 el tema de eventos olvidados o no tan conocidos de Cuba y de Japón.

Si tuvieras que salvar solamente diez libros de un naufragio ¿cuáles escogerías? ¿Alguno de los que has escrito?

—Nunca se abandona a un hijo, por tanto, llevaría al hombro mis pequeños libros, sin olvidar La Edad de oro, Había una vez y A la zaga de Roa, que fue el único libro publicado por mi esposo, José Armando Guerra Menchero refiriéndose a la diplomacia cubana.