Conocí a Mercedes Santos Moray (1) hace muchos años. Gracias al periodismo. Juntos, corrimos más de un avatar en la cobertura de algo y compartíamos opiniones muy parecidas en muchos temas, aunque a veces, yo le pedía que no fuera tan estricta sobre ciertos puntos, que la vida no dependía de nuestro punto de vista. Esta entrevista, que nunca llegué a publicar en vida suya porque no apareció el espacio, la retrata como era: una vehemente martiana, exigente consigo misma, inconforme con el mundo, con un ideal de perfeccionamiento que en el planeta, lamentablemente, no pudo encontrar. Un día, de repente, supe de la noticia. Todavía joven, en la plenitud de su carrera, cuando en Gente Nueva íbamos a publicar un cuento que apreciaba mucho y estaba por llamarla para que viera el libro antes de irse a imprenta, supe la noticia que Mercedes ya no estaría más con nosotros. A veces cuando ella me telefoneaba para contarme de alguna contienda emprendida, me dejaba inquieto, sin saber cómo ayudarla, en esta oportunidad, a solo una semana de habernos hablado y luchar contra su pesimismo, sus enfermedades y agotamiento, sentí un vacío enorme… hoy, releyendo para esta columna mis apuntes sobre escritores, me complace imaginarla con su bolso lleno de libros, su andar decidido, esbozando una media sonrisa y diciéndome como tantas veces: “Hola, cariño, ¿y cómo anda todo?”…

¿Qué piensas del tono que deben tener las historias para niños?

Pienso que imaginación, espíritu de libertad y de amor, respeto a la inteligencia y la sensibilidad de lectores y lectoras, nada de puerilidad ni de paternalismo.

Se suele decir –y podemos estar de acuerdo o no con ello– que en cada libro que se escribe va un gran porcentaje de la personalidad de su autor. ¿Eres tú parecida a alguno de los personajes de tu obra?

Una es su vida y es también su entorno, su cultura, vivencias, emociones, pensamientos, éxitos y frustraciones, como también y, sobre todo, no olvidar, somos más hijos e hijas de nuestra época que de nuestros padres.

¿Cómo concibes idealmente a un autor para niños?

Una persona culta, no se puede escribir para ningún público y, menos, para la infancia desde la ignorancia… alguien sensible, con fantasía, imaginación, espíritu de experimentación, rebeldía…

¿Reconoces en tu estilo alguna influencia de autores clásicos o contemporáneos?

Bueno, una desea más que lo que suele alcanzar… si me pides un punto clave, mi mayor referente es José Martí.

¿Cuáles fueron tus lecturas de niña?

Tuve la suerte de contar con una amplísima, diversa e, incluso, transgresora biblioteca familiar, en la que estaba La Biblia, tanto en su versión protestante como católica, El Talmud, naturalmente El Quijote, La agonía del Cristianismo de Miguel de Unamuno (que la leí con 10 años, me impresionó mucho y no entendí nada, por supuesto), La vida de San Ignacio de Loyola, libros de Historia Sagrada, Biografías de Máximo Gómez y del propio José Martí, me refiero a la de Jorge Mañach, Los Miserables de Víctor Hugo… y, nada menos, que hasta el libro de Hitler …¡que mezcla!, ¿verdad?, y claro, los cuentos clásicos infantiles, que además de leerlos los tenía en formato de disco, interpretados y cantados por actores, cosa que además me ayudó mucho… así como poemas de Miguel Hernández, Federico García Lorca y César Vallejo… Ah, mi primer libro propio, con el que inicié mi biblioteca, y que me regaló mi tío-padrino, fue La Edad de Oro, en una edición realizada por don Herminio Almendros (del que también leí sus Oros Viejos y Flor de Leyendas, así como sus Lecturas ejemplares) y que cuenta en esa edición de Cultural S.A., (porque lo conservo con mucho cariño, y allí está mi letra desde los cinco años…) con un prólogo-estudio-ensayo de Emilio Roig, dirigido a cualquier público y muy valioso por el caudal de su información.

¿Cómo insertas tu obra dentro del panorama actual de la literatura infantil cubana?

No sé… ese trabajo no me toca a mí…

¿Qué piensas de los premios?

Como el zunzún era su corazón y Nube de cristal, ambos premios “La Rosa Blanca”. Tengo el premio “Abril” por mis estudios y libros sobre la vida y obra de José Martí (recordar que soy biógrafa del Apóstol, y con esos estudios obtuve mi grado de Doctora en Ciencias Históricas, con el libro Martí, a la luz del sol, que ha sido publicado en México, Ecuador y varias veces en Cuba por la Editora Política), así como premios en otros géneros pero con libros dedicados al público adulto, ya que cultivo el ensayo, la crítica, la biografía, la narración y la poesía, amén de la literatura para niños y jóvenes. No creo eso muy justo, ya que los premios y concursos son circunstanciales, se premia mucha basura, y se pretende que trasciendan… pero el tiempo que es más travieso… coloca a cada cual en su lugar… por eso te menciono otros títulos míos para la infancia y la adolescencia, no premiados que me gustan, y que sé fueron muy bien recibidos y están agotados como Enamorado de la vida, (dedicado a los amores de Martí), Subir lomas hermana hombres (sobre la amistad entre Martí y Máximo Gómez, que ha sido también asimilado por los adultos y fuera de Cuba se incluye en varias tesis académicas, amén de estar vendiéndose con ediciones piratas que circulan, y las anuncian, en internet… Las aventuras del almirante (biografía de Pablo de la Torriente Brau) y El alafín de Oyó, que fue mención de cuento en el concurso “La Edad de Oro”, y apareció cinco años más tarde, pero por Extramuros, dedicado a los patakines que presentan, a la infancia y la adolescencia, el mito y la historia verídica de Changó…

¿Qué atributos morales piensas que debe portar consigo un buen libro infantil?

El amor, y la libertad… no tolero lecciones ni moralejas…. eso aburre…

¿Podrías opinar de la relación autor-editor?

La relación con el editor es muy variable… y juega mucho con la cultura, sensibilidad, inteligencia y respeto mutuos… y esos caracteres no siempre se dan… yo suelo escuchar, oigo sugerencias, y como me precio de ser inteligente, acepto todo lo que me enriquezca… porque no soy dios… aunque sí defiendo mis criterios… y a veces chocas y otras veces hay consenso… tú lo sabes por experiencia propia…

Si tuvieras que salvar solamente diez libros de un naufragio, ¿cuáles escogerías? ¿Cuáles de los que has escrito?

No dudo ni un segundo… el poemario Sin esperanza y sin miedo, poemas escritos por mí durante los 3 años de agonía de mi madre… que se publicaron en inglés y español en Canadá, y debieron esperar 10 años para que algún editor los publicara en Cuba… Y Como el zunzún era su corazón… con eso me basta… claro que también tomaría los Versos Libres de José Martí, que es el poemario suyo que prefiero, y la poesía de Luis Cernuda.

¿Crees que hay una literatura propiamente femenina?

Es polémico el tema… lo que sí hay una perspectiva diferente, al menos así lo creo… en cuanto al detalle y a la mirada de cada cual… aunque hay también mucho de travestismo tanto de hombres que escriben como mujeres y a la inversa… realizado con mayor o menor éxito, depende del talento de cada cual…

¿Te identificas más escribiendo personajes masculinos o femeninos?

No…

¿Cuáles son tus personajes mujeres preferidos? ¿Tuyos? ¿De otr@s autor@s?

De otros autores la Sofía de El siglo de las luces… de Alejo Carpentier… y la Lucía Jerez de Martí… Míos, el de Rosor que es un homenaje a mi madre y está en la noveleta Nube de cristal y en las viñetas líricas de Como el zunzún era su corazón…

Nota:

(1) (La Habana, 1944-2011). Narradora, biógrafa, poetisa y crítica. Obras publicadas: Amar es heroísmo, Editorial Gente Nueva, 1983. (Mención en el Concurso “La Edad de Oro”, 1981); Martí, amigo y compañero, Editorial Gente Nueva, 1983; De lo real maravilloso, Editorial Gente Nueva, 1984; Páginas del joven Martí, Editorial Gente Nueva, 1985; Las aventuras del Almirante, Editorial Gente Nueva, 1987; Gaucho de voz pura, Editora Abril, 1987. (Premio “Abril”, 1988); Subir lomas hermana hombres, Editorial Gente Nueva, 1988 (Reedición en 2006); Como el zunzún era su corazón, Editorial Gente Nueva, 1999. (Mención del Premio “Ismaelillo”, 1996, Premio “La Rosa Blanca”); Enamorado de la vida, Editorial Gente Nueva, 2002; Nube de cristal, Editorial Gente Nueva, 2003 (Premio “La Rosa Blanca”); De amor y fuego, Editorial Gente Nueva, 2003; Selección de textos de La Edad de Oro, Ediciones Extramuros, 2003; El alafín de Oyó, Ediciones Extramuros, 2004. (Mención única en cuento del Concurso “La Edad de Oro”, 2001); Amor, sol de la vida, Ediciones Luminaria, Sancti Spíritus, 2008; Puzle, Editora Abril, 2009; Marita y sus amigos, Editorial Gente nueva, 2012.