Desde el año 2015 se celebra el Mes de la Cultura Francesa en Cuba. Y ahora en este año, tras el convite que significa la celebración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, París 2024, regresa una nueva edición, la octava, para asegurarnos la vitalidad de los puentes asociados y cooperativos tejidos entre Francia y Cuba. Y sí, del 10 al 31 de este mes, tendremos la excepcional oportunidad de acercarnos a varias expresiones artísticas resultantes de proyectos de intercambios de nueva generación y otros con vínculos preliminares.

De este modo, llega a La Habana el coreógrafo martiniqués Jean-Hugues Miredin para su taller (“Danza: fisicalidad y belleza, la batalla permanente”) de investigación y escritura coreográficas a partir de la exploración de los diferentes componentes que se presentan en el campo de la danza, del movimiento, de la improvisación y la acción física motora; herramientas útiles en las redefiniciones de la palabra “deporte”. El creador francés intercambiará con bailarinas y bailarines de Micompañía y con estudiantes del ISA. Por otra parte, la bailarina Amélie Malleroni junto al coreógrafo y bailarín Yan Giraldou, de la compañía La Locomotive, traen su proyecto Le jardin Matisse. Dúo coreográfico que se inspira en el universo pictórico y en elementos de la vida del pintor francés Henri Matisse. Naturaleza, formas, colores, volar hacia un espíritu de simplificación y estilización que provoca la alquimia entre danza y la materialidad de las imágenes del pintor. Sus presentaciones y residencias serán con estudiantes del Colegio Francés y con niñas y niños asociados a los proyectos de formación vocacional que realiza la Casa Vitier-García Marruz, de la Oficina del Historiador de La Habana.

Una amplia agenda que incluye exposiciones, conferencias de temáticas cruzadas literatura-deporte, conciertos, muestra cinematográfica y televisiva, registra el gran acervo cultural francés en sus vínculos operativos con el presente. Momento oportuno para revisitar la cultura gala en su transitar actual, donde nuevos mecanismos de conexiones, nos hablan del valor de la defensa del patrimonio cultural en la medida que él se vuelve hoy memoria activa del buen hacer de las mujeres y hombres de la tierra. Mientras advertimos un mundo en creciente transformación, guerras, migraciones, muertes y zozobras, al punto de transformar el orden civilizatorio y las nociones del arte y la cultura, la programación que ahora nos propone el Mes de la Cultura Francesa en Cuba, son cantos al amor y perpetuidad de nuestra especie.

Para la Embajada de Francia en Cuba, su Servicio de Acción y Cooperación Cultural y para la Alianza Francesa, este mayo será un mes para volver a descubrir y compartir, re-aprender e intercambiar con una agenda ecléctica, variada y particularmente mezclada con el deporte y su acervo dentro de la cultura. En ese sentido, deportistas, escritores, artistas franceses respondieron y accedieron al intercambio y colaboración con creadoras y creadores cubanos, con el sistema de instituciones del Ministerio de Cultura, de la Oficina del Historiador de La Habana y otras instancias. Ha sido el apoyo y la confianza, la mejor herramienta en este diálogo enriquecedor para el arte y la cultura de ambos países.

Al presente, la responsabilidad que implica el compartir espacios similares y distintos a la vez, cuando notamos que, al proyectarnos en ese espacio de convergencia y habitarlo para que él exista a través de las cosas que hacemos, se enaltece el acto generoso de vivir la existencia. Y ahí, las expresiones artísticas, culturales/deportivas nos permiten esculpir el espacio que nos rodea, estructurarlo y vivirlo con esas huellas que el tiempo retiene en sus mejores permanencias. Entonces, no cabe dudas de que sólo la cooperación y el intercambio gentil participante en el entramado del arte y la cultura, en sus reclamos como reafirmación de nuestras ganancias y conquistas, es que esas verdades secretas, sumergidas o, sencillamente explícitas en el acontecer cotidiano de la música, las artes visuales, la literatura, la danza, el teatro, el cine, etc., nos permitirán seguir forjando un nexo relacionante con lo más distintivo de la cultura francesa.

La Habana como sede principal, extensiones a Santiago de Cuba y las emisiones en canales de la televisión nacional, será la vitrina que exhibe, resguarda y multiplica todo lo que nos propone este intenso mes de mayo. Con curaduría de Ares, la exposición “Paris, mon humour” y el concierto especial de Ivette Cepeda, dará inicio la gran aventura. Cerca de treinta y cinco creaciones de caricaturistas y diseñadores en torno al deporte y el olimpismo, de sus miradas humorísticas en sociedad, será línea argumental en la muestra.  La premiación del concurso “Allons en France para los Juegos Olímpicos”, con la presencia de Patrice Mourier, atleta de lucha greco-romana, campeón de Europa y campeón del Mundo, reconocerá a estudiantes de los IPVC y de la Alianza Francesa que mejor hayan reflejado en sus narraciones el tópico del deporte. Con la curaduría de Sara Vega Miche y Yumey Besú Payo, la producción del Proyecto CartelON (Estudio-Taller Gráfica Cubana), en la Sala Yelín de la Casa del Festival, se inaugurará la muestra “Besos robados a la memoria del mundo”. Selección de treinta piezas realizadas a filmes franceses o en coproducción con Francia, que brindan una panorámica en retrospectiva, desde 1965 y hasta 1980, del quehacer de los diseñadores en esta época de esplendor del cartel en Cuba.

La mesa panel “Voyage al interior de los Juegos Olímpicos”, se adentra a través de memorias y recuerdos de atletas que han participado en los Juegos Olímpicos; sus testimonios, experiencias, tensiones, desafíos, vivencias, la preparación, la competencia, adrenalina, derrotas, espíritu olímpico, las victorias. Todo ello nos propone el escritor Thomas Bauer en su observación sobre las miradas transversales deporte-olimpismo. El cine y las disertaciones sobre “Escribir el deporte”, en diálogo con el escritor cubano Leonardo Padura y el comentarista deportivo Carlos Hernández Luján. El escritor, crítico y traductor Marc Sagaert, antiguo director de la Alianza Francesa de Cuba, presenta los textos más recientes Paul Fournel traducidos al español. La literatura como pórtico para las presentaciones cinematográficas que se ofrecerán en la Alianza Francesa los días 17, 23 y 29, siempre a las 7.30 de la noche; se podrá disfrutar de los filmes Camarones con purpurina, de Cédric Le Gallo y Maxime Govare (dentro de la Jornada Internacional por la lucha contra la LGBTfobia), El cabezazo, de Jean-Jacques Annaud y Las jugadoras, Stéphanie Gillard.

De igual manera, la práctica de la lengua francesa como vehículo cultural tendrá su momento. El Concurso Elocuencia 2024, organizado en Cuba por GELFRA (Grupo Especialistas de la Lengua Francesa), tras la iniciativa de FIPF (Federación Internacional de Profesores de Francés) y AMOPA (Asociación de Miembros de la Orden de Lauros Académicos), jóvenes entre 15 y 20 años mostrarán sus competencias expresivas entre tres y cinco minutos sobre el tema "París acoge los Juegos Olímpicos y Paralímpicos 2024”. Cómo los valores del olimpismo se reflejan en los proyectos personales, sus relaciones y visiones sobre la sociedad.

Ya hacia el cierre de la agenda del Mes de la Cultura Francesa en Cuba 2024, la danza Hip-Hop, en celebración por la inclusión del género como disciplina olímpica, llegará a través del colectivo cubano NoOnce. Integrado por jóvenes estudiantes universitarios que apuestan por hacer de la danza urbana y sus derivas principales: Bboy, house, popping, locking, una mixtura con herencias venidas de bailes populares de aquí e influencias foráneas. De las sonoridades del proyecto Vita Kará, agrupación cubana de música alternativa y formato jazz band, compartirá un repertorio que abarca variedad de géneros, propuestas. Jazz, blues, soul, funk, pop; luego aquellas que se mezclan con una segunda línea más tradicional cubana: el son, el bolero, el mambo y un amplio diapasón de estilos, bajo el liderazgo del vocalista Gabo Cárdenas.

Véase esta octava edición del Mes de la Cultura Francesa en Cuba 2024 como ceremonia que presenta un trazado a través del arte y la cultura en complicidad con el deporte. Rara alquimia, quizás, pero ahí está el camino para inquietar, seducir, cambiar, provocar e invitar a que nos sigan. Bienvenida sea esta bella programación como puente y diálogo oportuno.