México en la escritura de Martí


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Desde siglos anteriores, México y Cuba presentan un fuerte magnetismo cultural y social. Si sumamos el hecho de la presencia del Apóstol, José Martí, en el país azteca los nexos resultan entonces de mayor contundencia.

Por tales razones, profundizar en la relación de Martí con México significa un tema revelador en el mayor evento literario del país, la Feria Internacional del Libro de La Habana (FILH) y nada mejor que el Centro de Estudios Martianos (CEM) como sede de un programa literario dedicado a abordar estos tópicos en su jornada inaugural, este 22 de abril.

En la mencionada institución tuvo lugar el panel La cultura mexicana en Martí integrado por reconocidos especialistas y estudiosos del autor de Los Versos Sencillos.

Durante el encuentro se realizó un análisis exhaustivo sobre la relación del Apóstol con poetas románticos de México, además de abordar la visión del célebre escritor y político cubano acerca de las culturas originarias de la nación azteca, así como la defensa martiana de una pintura nacional en ese territorio, entre otros tópicos e investigaciones.

La poetisa y ensayista del CEM, Caridad Atencio se refirió a los profundos conocimientos del ilustre habanero sobre la obra de los poetas mexicanos Manuel Acuña, Juan de Dios Peza, Manuel María Flores y Salvador Díaz Mirón.

“La idea del cuerpo como cárcel —refiere Atencio— que aparece en la poesía de Manuel Acuña es recurrente en la poesía de José Martí, no tan solo en los textos poéticos escritos en México. Esa fricción del alma en el cuerpo es una imagen que toma Martí en varios momentos de su praxis poética y a partir de su estancia mexicana la multiplica, ya sea como símbolo reconfigurativo de otras imágenes o como metáfora de fondo de un texto”.

La investigadora dedicada a revelar diferentes facetas del pensamiento del hombre de La Edad de Oro explicó que en los poemas creados por Martí en México y en algunas zonas de su poesía de madurez, la huella de Manuel Acuña también aparece en la utilización de elementos ideo-temáticos y peculiares recursos expresivos.

“De no haber existido el contacto exhaustivo del poeta con la lírica de Acuña pudiéramos hablar solamente de un paralelismo en la praxis poética de ambos autores, pero más allá de la coincidencia de esta y los preceptos románticos se respira en el texto martiano un tramar, un entremezclar de género, un domar algo que amas”, reconoce la licenciada en Filología.

Por otra parte con respecto a la relación entre la poesía martiana y la de Manuel María Flores puede observarse algunos puntos de encuentro, específicamente en el poema Orgía, escrito por el mexicano y en el poema 43 de los Versos Sencillos.

“En el texto de Martí, la blancura que contrasta con el rojo es sugerida por la cualidad de la desnudez; en Flores tal convicción es abiertamente expuesta”, señala la poeta y miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Literatura y revencia

Detengámonos a revisitar, por breves instantes, la estadía del Apóstol en México. Allí conoció a Carmen Zayas Bazán, madre de su hijo con quien contrajo matrimonio en el país azteca, donde además sostiene una inmensa labor periodística.

El investigador auxiliar del CEM David Leyva

México fue un lugar de suma importancia para el abogado y periodista cubano, de ahí que admiró a dos escritoras de origen norteamericano que abordaron temas sensibles como la esclavitud y el maltrato a la raza indígena.

Se trata de Hunt Jackson y Harriet Beecher Stowe, autoras de Ramona y La cabaña del tío Tom, respectivamente.

El caso de Ramona —especificó Mauricio Núñez Rodríguez, doctor en Ciencias Literarias por la Universidad de La Habana—tiene especial interés para el escenario nacional, ya que fue traducida por el propio Martí.

“Cuando Martí se refiere a nuestra novela (en relación a Ramona) expresa un sentido de pertenencia como crítico, creador, traductor y Latinoamericano”, aseguró.

“A su modo de ver las dos autoras hicieron más que muchos políticos”, añadió este intelectual. La literatura de Hunt Jackson y Harriet Beecher Stowe fue capaz de concientizar en la sociedad de la época cuestiones como los derechos civiles de los indios y los negros. 

Dualidad de visiones

¿Qué tanto sabemos de la visión de Martí sobre las culturas originarias de México? La Edad de Oro contiene en sus páginas algunas señales, donde el Héroe Nacional escribe en Las ruinas indias: “No habría poema más triste y hermoso que el que se puede sacar de la historia americana”.

En palabras de la ensayista, profesora y periodista Mayra Martínez Díaz, “esas visiones fabulosas, preciosistas revelan un conocimiento que debió iniciarse durante su estancia mexicana y que se hizo cada vez más profundo”.

Acerca de la literatura consultada por Martí sobre la historia de México manifestó Martínez Díaz: “Debió ser un lector apasionado de los testimonios de Bernal Díaz del Castillo, Bernardino de Sahagún, Hernán Cortés y Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, descendiente directo de los reyes de Tenochtitlan”.

José Martí escribió varios artículos en la Revista Universal dedicados a los festejos y domingos de descanso en la casa familiar del doctor Felipe Sánchez Solís, en consideración del Apóstol, un paradigma de indígena ilustrado.

Allí conoció un “pueblo de indígenas”, trabajadores de la hacienda, agradecidos y orgullosos de su amo, felices de saludar a quien consideraban la figura principal y el padre de aquel pueblo. 

“Dibuja idílicas escenas a cada nueva visita”, seña la estudiosa. Sin embargo en otras ocasiones critica ciertas actitudes: “Irritan estas criaturas serviles, estos hombres bestias que nos llaman amo y nos veneran: es la esclavitud que los degrada”, fragmento escrito por Martí en la Revista Universal que fue leído por Mayra Martínez durante su presentación.

“Resulta paradójico que, en medio de lo que considera seres degradados, al propio tiempo patentice su dolor (…) Es en esos momentos donde aflora la profunda eticidad que lo caracterizaría y que brinda atisbos de lo que sería su pensamiento futuro (…) Es un incipiente forcejeo de ideas en busca ya de razones y soluciones”, indica Mayra Martínez Díaz.

La profesora y ensayista Mayra Martínez Díaz.

Artes visuales y México

Para finalizar, el investigador del CEM David Leyva ofreció cuantiosa información sobre la defensa martiana de la pintura mexicana.

Para el Apóstol era fundamental recrear, a través de las artes plásticas y sus maravillas, la inmensa historia de México como resultado de una historia única, de tradiciones exquisitas en su dimensión cultural y espiritual. Esos presupuestos debían ser inmortalizados con los colores y el sentido de pertenencia de los creadores aztecas por su región. Nadie mejor para lograrlo.

“En la Revista Universal, un 24 de octubre de 1876, emplaza José Martí a varios pintores mexicanos a buscar ganancias económicas en los motivos de su historia y realidad circundante”, precisó David Leyva.

“Él es consciente de que cada creador debe viajar al Mediterráneo para mejorar su arte, pero el propuesto para esos viajes debe venir del ingenio creativo propio y de la capacidad de reflejar artísticamente el entrópolis social y natural de su nación”, declara el filólogo y ensayista.

El Centro de Estudios Martianos, durante la Feria Internacional del Libro de La Habana, será un escenario obligatorio de visitar por tratarse de un espacio con altos niveles de conocimientos que nos acercarán más a la vida del Apóstol.

Foto  portada La poeta Caridad Atencio junto al investigador David Leyva. Fotos de la Autora


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