Muy queridos amigos y amigas:
Desde hace unas horas, con terca insistencia, un par de frases no dejan de machacarme el cráneo.
Una se debe a la intelectual francesa Simone de Beauvoir, cuando dijo que la muerte es “una violencia indebida”.
Por su parte, el escritor uruguayo Mario Benedetti aseguró que “la muerte es una traición de Dios”.
Ambas frases comenzaron a sobrevolarme el occipucio tras recibir una llamada de Julio César, corresponsal tunero, quien, conmovido, me anunciaba el deceso de Moisés Anazco, el hombre de Progreso en Holguín.
Qué golpetazo inmisericorde.
Anazco, el soldado infatigable de la noticia. Lo mismo en la santiaguera Radio Mambí que fundando La Voz del Níquel, lo mismo en Radio Angulo que en nuestra cara mundial en las ondas hertzianas: Radio Habana Cuba. Pero siempre “progresero”.
Anazco, el “profe” de periodismo en la universidad holguinera, cuyo carisma sus discípulos jamás podrán olvidar.
Anazco, el ser de altísima cultura, que siempre trataba de disimular, por aquella modestia sin límites.
Anazco, el simpatiquísimo “chivador” cubano, invariablemente a la caza del último “cuento de relajo”.
Como dijo el poeta, nos va a hacer una falta sin fondo.
Publicado: 14 de octubre de 2017.
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