El poeta santiaguero Pedro Antonio López Cerviño falleció anoche en La Habana, a los 62 años. En Santiago de Cuba, López Cerviño fue fundador de la Columna Juvenil de Escritores de Oriente (CJEAO), del Taller Literario José María Heredia, de la Brigada Hermanos Saíz, y del Taller Cultural Luis Díaz Oduardo.

Pedro Antonio, radicado en la Capital cubana, era intervenido quirúrgicamente anoche por una dolencia cardíaca y no pudo superar la operación.

El deceso de Cerviño ha causado honda conmoción en su ciudad natal, donde desarrolló parte importante de su labor intelectual como funcionario del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba (PCC), y al frente de la Emisora CMKW Radio Mambí, y de las direcciones municipal y provincial de Cultura.

Dentro de su trabajo intelectual, Pedro Antonio fundó y dirigió en Santiago de Cuba, los boletines literarios estudiantiles “El Caballito de Letras” y “Pablo de la Torriente Brau”, para los aficionados de la literatura en las enseñanzas primaria y media superior, respectivamente.

Los primeros poemas de Cerviño vieron la luz en el boletín “José María Heredia”, desde 1973 a 1980. En la Isla de la Juventud, Pedro Antonio dirigió la Brigada Hermanos Saíz, la delegación de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), la emisora Radio Caribe, y creó allá el boletín literario Mangle Rojo.

También, le cupo el honor a Cerviño de presentar en la Casa del Caribe, la primera muestra de poesía en formato digital, acción que repitió en el Congreso de Poesía de 1999 y 2000, en el Festival del Caribe.

En los últimos años trabajó en la Casa del Caribe, en Santiago de Cuba; en el Teatro Nacional de Cuba, y en espacios literarios del Canal Educativo 2, en La Habana, donde residía.

Por su extensa labor, en la que jamás faltó la poesía, Pedro Antonio López Cerviño poseía la Distinción por la Cultura Cubana, y otros galardones y premios obtenidos en certámenes literarios en el ámbito nacional y en Santiago de Cuba.

Entre sus publicaciones aparecen “Otra historia de abril” (Editorial Oriente), en coautoría con el también fallecido poeta santiaguero Oscar Ruiz Miyares; “No se puede matar al timonel” (Editorial Extramuros, La Habana); “Oreja de Campesino” (Ediciones Santiago)