Aunque es desde el pasado 24 de marzo que la serie América basta ocupa la galería del Taller Experimental de Gráfica de La Habana, en lo que constituye la primera exposición personal de Mustapha Boutadjine en Cuba, una de las obras del artista argelino se exhibe de forma permanente en nuestra capital, desde hace cerca de una década.
Se trata de un retrato del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz que Boutadjine hizo llegar al líder de la revolución cubana a través de la Confederación General del Trabajo de Francia, país donde reside, y que desde entonces permanece en la sede de la Central de Trabajadores de Cuba, CTC.
Y es que nacido en un barrio de los suburbios de Argel, dos años antes de la Revolución Argelina de 1954, Boutadjine, quien es graduado de Arquitectura de Interiores y de Bellas Artes, no ha dejado de militar junto a las causas más progresistas, ni de luchar por los derechos de los grupos más marginados de la sociedad.
En la visita que realizara el presidente cubano Raúl Castro Ruz a Francia, en febrero de 2016, el también grafista del diario LˈHumanité saltó las vallas de seguridad en la Place de lˈEtoile, y enarbolando nuestra insignia nacional, trató de acercarse a la delegación de la Mayor de las Antillas.
La foto de aquel momento se diseminó por las redes sociales, como ejemplo del entusiasmo que despertaba la presencia del General de Ejército en París.
Ahora en La Habana, donde comenzó su recorrido la exposición que también se exhibirá posteriormente en las ciudades de Cienfuegos y Camagüey, Boutadjine accedió a una entrevista para los lectores de Cubarte.
América basta también está formada por retratos de personalidades de nuestro continente. Supongo todos forman parte de una serie en la que Ud. ha estado trabajando.
“Sí. Ese es uno de los temas de los que me he ocupado, pues siempre trabajo por temas, por series.
En el libro Collage Resistans que recoge toda mi obra hay siete series, entre ellas América basta, que es la que está aquí. En esta serie no hay solo retratos, sino también escenas, composiciones, y es un panfleto contra el imperialismo norteamericano y el daño que ha hecho en el mundo.
He tomado como simbólica la lucha del pueblo cubano, la lucha del pueblo vietnamita, del pueblo chileno; las personas asesinadas por los servicios secretos estadounidenses, etc.”
¿De qué tratan las otras seis series?
“Una de esas series es en homenaje a las mujeres que han luchado contra el colonialismo francés y que lo pagaron con su vida o sufrieron torturas. Esos retratos no solo son de mujeres argelinas, sino también de otras de distintas partes del mundo que fueron solidarias y han luchado al lado de ellas.
Otra serie es sobre el pueblo gitano porque muy a menudo elijo temas sobre grupos que han sido estigmatizados por los medios occidentales.
Con retratos de escritores o de músicos que no son muy conocidos, como Manitas de plata, he tratado de mostrar los valiosos aportes que han hecho los gitanos a la cultura mundial.
La más importante es Black is toujours beautiful (El negro siempre es hermoso) que era el slogan de los negros en Estados Unidos. Yo conocí a miembros de los Panteras Negras cuando era estudiante en la Escuela de Bellas Artes en París.
Los retratos de esta serie son de personalidades muy conocidas, como Ángela Davis, y de otras que no lo son tanto.
También he tratado en otra serie el tema de los poetas. En su mayoría poetas comprometidos como Federico García Lorca y Louis Aragón.
Los rebeldes es otra serie, la cual está dedicada a todos los revolucionarios del mundo. Entre ellos, por supuesto, están los argelinos.
Y, finalmente, está la titulada Contra imágenes que son obras con un cierto sentido del humor, más enmarcadas en la cartelística, en las que abordo, por ejemplo, los derechos de la mujer.
Todos estos temas están relacionados con mi historia personal. En países como Cuba estas imágenes son algo común, pero mi lucha no es en Cuba, sino en los países capitalistas”.
Quisiera me hablara sobre la técnica que Ud. emplea en estas obras.
“La técnica no está separada del tema. Van juntos ya que la materia de base que utilizo son revistas y periódicos de la burguesía occidental. Los rasgo con los dedos en pequeños pedazos, como para exprimirlos.
La obra siempre la realizo comenzando con un dibujo de gran tamaño que hago a partir de una fotografía, el cual relleno con estos pequeños fragmentos de papel, usando los colores y tonalidades que convengan.
Mi propósito es hacer con el contenido de esas publicaciones, que es algo muy efímero, retratos de personalidades que perdurarán para la historia. Con toda intensión elijo para estas obras marcos muy bellos, normalmente usados por la burguesía”.
¿Cuántos años lleva Ud. trabajando en LˈHumanité?
“27 años”.
Supongo que trabajar en un periódico de izquierda haya facilitado su obra como artista.
“Ha sido muy difícil y a la vez fácil porque no me gusta dormir”.
Lo decía porque pienso que debe haber allí cierta comprensión del trabajo que Ud. realiza.
“No. No tanto, porque yo voy más lejos que LˈHumanité”.
¿Sus ideas se radicalizaron más con las experiencias que ha tenido en Europa o ya pensaba así desde que tuvo que abandonar Argelia?
“Yo nací radical porque vine al mundo en un barrio popular de Argel. No soy joven para nada, por lo que pude vivir la Revolución Argelina, la lucha para la independencia. Fue entonces que en verdad me radicalicé”.
Decía Ud. que un modo suyo de luchar es mostrando estas obras en los países capitalistas. ¿En el caso de Cuba, qué lo ha motivado a traer esta exposición?
“Es principalmente simbólico. El tema lo elegí porque está conectado con América Latina y, aunque es cierto que la mayoría de los cubanos están informados de los acontecimientos que hay detrás de estas imágenes, es posible que algunos jóvenes no conozcan la historia de Sacco y Vanzetti o que Charles Chaplin fue expulsado de los Estados Unidos, acusado de comunista por sus ideas políticas; por ejemplo”.
Con sus “amigos, hermanos cubanos” que hicieron posible viniera con sus obras a la Isla, recorre por estos días La Habana Mustapha Boutadjine, un artista que obsesionado con el futuro de la Humanidad pasa las noches rasgando páginas de revistas, de dudosa utilidad, mientras fueron legibles.
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