Continuación de la entrevista a Frank Delgado, miembro del Movimiento de la Nueva Trova desde el año 1979.
-¿Cuándo decidió ser trovador? En ese momento, ¿a quién se quería parecer?
En la CUJAE ya me gustó ser trovador, empecé a participar en los Festivales de aficionados con un montón de trovadores que había allí; cuando entré, Virulo, que es cuatro años mayor que yo, ya era un personaje, pero estaba también Rubén Galindo, de la Facultad de Ingeniería Mecánica, y en Eléctrica, dos años después, entró Carlos Varela y entonces nosotros íbamos a la Escuela de Medicina donde estaba Augusto Enríquez y estaba el Grupo Girón, y era la época de la fiebre de los grupos latinoamericanos.
Recuerdo que la UJC nos convocó a un viaje para tocar y cantar a unos pescadores y fuimos el Grupo Guaicán, Ángel Quintero, con el Grupo Distensión, el original, del ISRI; me gustó aquella gira, incluso monté cosas con Distensión, y me invitaban a eventos y cosas así que creo que eran importantes…
Yo había empezado a hacer mis primeras canciones hacía tiempo; primero lo que hacía era cambiar las letras de algunos temas, después cogía la armonía de esa canción y le ponía una melodía nueva y así empecé labrándome el camino.
Como en el año 80 hago Dos habaneras, un canción que le gustó mucho a Tony Pinelli y la montó con Los Caña; esa canción está en un disco que se hizo para los desfiles de modas de La Maison, y aunque era un estudiante universitario me pagaron derecho de sincronización, porque se radió el tema y después me pagaban derecho de autor, una tierrita, ciento y pico de pesos, pero que no era nada despreciable para esa época.
Yo terminé la Cujae con tremendas ganas de ser trovador, la verdad, sabía que era imposible porque tenía que cumplir el Servicio Social, que lo cumplí en las FAR, donde seguí mi camino de trovador aficionado, hice giras por el interior y grabé mi primer programa de televisión a dúo con Marianela Dufflar, que desde hace años es la Comunicadora de Artex.
Al acabar el Servicio Social en septiembre del año 1985 y sin que me dieran la baja, no fui más a trabajar y por poco voy preso, suerte que mi papá fue a la unidad militar a hablar y me liberaron, y a la par, me propusieron de todo, pero no acepté porque me interesaba la música y me quedé con la música, volví a hacer una canción que fue Orden del día, la de “La vida es como un segundo/ de un gran acontecimiento…..”, la montó Mayohuacán y ahí sí recogí tremendo derecho de autor…
Ya en ese año, antes de cumplir los 25, decidí ser trovador profesional y que saliera el sol por donde saliera, y estuve luchando hasta el 89 en que me hice finalmente profesional.
En cuanto a quererme parecer a…, yo había visto mucha gente que me gustaba mucho; había visto a Serrat desde muy pequeño y me había encantado, igual que a Ana Belén y Víctor Manuel que los vi en los Camilitos, me encantaba ese tipo de gente que hacía cosas sin afeites.
También me gustó siempre "la soledad del corredor de fondo", de los trovadores, esos tipos inteligentes, que hablaban bien, como algunos trovadores latinoamericanos, como Daniel Viglietti, tan serio a la hora de emitir los mensajes, yo me quería parecer a estos y también a otros más modernos como Silvio, Pablo, me gustaba cuando hacían dúos espontáneos entre ellos, eso me mataba, yo quería ser así, y también como gente que estuvo un poquitico antes que yo como Ángel Quintero, que la primera vez que lo vi en el Almendares me voló la cabeza con canciones como La Catedral, El cañonazo de las 9, y a la vez quería ser un cómico como Virulo, es decir, yo quería ser muchas cosas y a lo mejor el trovador que soy es el que quiso parecerse a Serrat, Víctor Manuel, Viglietti, Horacio Guaraní, los Parra, Alfredo Carol, Silvio , Pablo, Virulo, Mike Porcel, yo soy como una especie de mezcla de toda esa gente….
-¿De quién más reconoce influencias en su obra?
Cuando estaba a punto de entrar a la universidad descubrí a un trovador que se llamaba Mike Porcel (La Habana, 1950), que me pareció completamente distinto a Silvio y a Pablo y me gustó muchísimo porque musicalmente me abrió otros horizontes; la primera vez que yo oí las séptimas mayores se las escuché a Mike Porcel y canciones que me encantaron como Diálogo con un ave, Diario, que está en el primer disco de Amaury Pérez y que es un tronco de canción.
Mike Porcel forma el grupo Síntesis con Carlos Alfonso y Ele Valdés que venían de Tema 4, que yo los conocía también, para mí Mike Porcel fue… imagínate que cuando me evalué para entrar al MNT, estando en segundo año de mi carrera, en el jurado estaba Noel Nicola y al final me preguntó si a mí me gustaba Mike Porcel, él descubrió enseguida que las canciones que yo hacía tenían mucho que ver con Mike Porcel, pero también con Silvio, con Pablo.
Otro tipo que me ayudó muchísimo a perfilar lo que quería hacer fue Virulo, porque cuando yo estaba en doce grado Virulo ya era una personalidad nacional; él había cantado en un programa que se llamaba La revista del domingo o algo así, la canción del taxi que decía “Mamá yo quiero saber, como montarme en un chevy…”, que era como se les llamaba a los taxis por entonces, y todos los que estábamos en la escuela viéndolo “nos partimos” de la risa, y tuvo tanto éxito que lo invitaron de nuevo al programa que lo conducían Consuelito y Reinaldo Miravalles, y estuvo apareciendo como cinco semanas, cantando canciones que eran como costumbristas y en las que utilizaba músicas súper conocidas, hacía parodias, aunque no todo el tiempo.
Entonces empecé a perseguir a Virulo, iba a verlo a sus presentaciones en el Anfiteatro del Parque Almendares y le fusilaba todas la canciones, en aquella época no había una grabadora para grabar la canciones…, entonces me empezaron a invitar a las fiestas para que cantara sus canciones, yo era el cómico, pero de vez en cuando también tiraba algunas canciones de Silvio.
-¿Usted cree que los fundadores el MNT enseñaron "a pensar" a los jóvenes cubanos?
No entiendo mucho la formulación de la pregunta, creo que es un poco fuerte, es como si no hubiéramos tenido pensamiento y nos enseñaron a pensar…, creo que yo aprendí de ellos y del bregar con trovadores, muchos conceptos que fueron importantes, por ejemplo, el concepto de panfleto; aún yo no era trovador oficial - lo fui en el 79 y la primera vez que toqué siéndolo fue el 29 de julio de 1979 en el Anfiteatro del Parque Almendares- me reunía con los trovadores en aquellos festivales que se hacían… porque el MNT era como una especie de Ejército de Salvación, tenía presidentes, vicepresidentes, ideológicos, presidentes provinciales y municipales…yo no pude ser ni presidente de Playa, era Ireno García.
Yo creo que yo aprendí porque este es un proceso de uno, en el que uno va llenando su cabeza de cosas que pasan por un tamiz interno y sale más o menos lo que quieres aplicar, pero sí, todos los fundadores del Nueva Trova , tenían todo mi respeto, eran los mayores…, siempre he dicho que los trovadores somos como una Logia Masónica, y respetamos a los mayores, y la trova tenía una sola premisa : que la canción es más importante que el dinero, eso fue lo primero que yo aprendí, que la canción es algo en lo que uno tiene que militar, es como un partido político, a la canción tú no la puedes mancillar , no puedes deshonrarla, para nosotros era una traición de lesa humanidad que después algunos trovadores siguieron una ruta comercial, eso para nosotros era algo…, y bueno esos pensamientos un poco talibanes los aprendí en esta primera etapa de la Nueva Trova.
De alguna manera tuve ahí una base ideológica, política, en esos encuentros, escuchando a Silvio, a Vicente, a Noel, yo quería involucrarme en las historias en las que ellos se implicaron, ¡yo quería ir a Angola, a Nicaragua! , estaba imbuido en toda aquella cosa y quise seguir los pasos de ellos.
Uno cambia después, analiza muchas cosas, a lo mejor se vuelve más cínico, pero mi formación, en estos primeros años fue con esta gente que de alguna forma guiaron mi pensamiento en ciertas cosas.
Yo respeto todavía que la canción es lo fundamental, a mí nunca me ha interesado más tener tanto dinero que tener buenas canciones, me parece que es una cosa más loable; nunca he hecho canciones pensando en que tienen que pegarse sino las hago por la necesidad que uno tiene…bueno, lo hacía antes, yo hace rato que compongo muy poco.
De alguna manera yo me formé en esos festivales, después hubo cosas con las que hice corte pero siempre he mantenido un respeto hacia los trovadores fundadores Pablo, Silvio, los escucho y para mí ellos son luminarias, todavía me sigo guiando por muchas cosas que piensan ellos, siempre me pregunto ¿Qué pensará Silvio de esto? ¿Que habrían pensado Vicente y Noel?, ahora ¿qué habría pensado Pablo?... gentes que yo veía con una formación muy grande cultural, musical y política también porque sabían millones de cosas que yo no sabía.
Pedro Luis Ferrer, por ejemplo, era un tipo que sabía muchísimo de política, era un tipo jorobado pero me encantaban las cosas que hablaba, hablaba del Eurocomunismo y de Dolores Ibárruri, y yo decía: este tipo es un monstruo, yo no sabía quiénes eran esos de los que hablaba, por eso creo que sí, que hay una etapa en que yo me guie mucho por ellos.
De otros cantautores internacionales también he aprendido mucho porque los trovadores son una familia internacional, nosotros somos una cofradía, como te dije, una gran Logia masónica internacional, porque ahí entran Juan Manuel Serrat y todos los cantautores españoles, mexicanos, argentinos, chilenos, incluso ingleses, suecos, alemanes, la mecánica de los trovadores existe en todos los países, en África existen también, los griot, toda esta esencia de la trova que ya no se le dice Nueva Trova sino trova, aunque hay gente que se quiere salir de ese término porque cree que los minimiza, los encierra, los bloquea, pero yo nunca he tenido miedo de considerarme trovador, de hecho ahora soy más trovador que nunca porque toco solo en todos los lugares porque no hay manera de pagarle a músicos que trabajen contigo.
Pero esa esencia del trovador la aprendí con toda esta gente, y con la historia, porque mira, un trovador actual como Tobías, el hijo de Gerardo Alfonso, o Frank Michel Chirino, aunque tengan sus grupos, cuando los oyes te das cuenta que la esencia de ellos es que salieron de la pata de la trova, de trabajar con la guitarra y cuando los conocí, no se diferenciaban de Homero que cantaba canciones enormes que se llamaban La Ilíada y La Odisea.
Entonces… sí, fue una formación muy hermosa, me ayudaron, no me enseñaron a pensar, y creo que no enseñaron a pensar a todo el mundo, hay mucha gente a la que ellos no enseñaron a pensar, hay gente que los obvió, otra que los malinterpretó, algunos los escucharon y ahora reniegan de ellos, pero algo hicieron, sobre todo en la gente del gremio.
-El nombre de Pablo Milanés, ha saltado en varios momentos de esta entrevista. ¿Qué recuerdos tiene de él?
Yo no puedo decir que haya sido amigo de Pablo, creo que con el que menos roce tuve, de todos los trovadores, fue con él, de hecho recuerdo que lo vi pocas veces, digo, personalmente; en una época yo asistí a todas sus presentaciones, y cuando hizo su primer grupo con Emiliano Salvador, Eduardo Ramos y Frank Bejerano, él hacía muchos conciertos y yo lo seguía, iba a casi todos y me conocía su repertorio completamente de esa época.
Coincidimos muy pocas veces; una vez cantamos en la Casa del Joven Creador; estaban presentándose Xiomara Laugart y Alberto Tosca y empezaron a cantar Canción para despertar a mi amor, que era la que ellos dedicaban a El Salvador, y que decía “venga, un uniforme// que me voy a incorporar. // No por snob ni por hacerme original: // hay que poner un grano a tu causa mundial”, y Pablo se subió al escenario, él se sabía la canción; era impresionante que Pablo compartiera con diferentes generaciones.
Se subió y ¡qué lindo! La voz de Pablo…!coñó! se oía más que todas las nuestras, así que puedo decir que alguna vez compartí el escenario con él.
Una vez coincidimos en casa de una amiga y Pablo estaba recién operado, una de esas operaciones que le hacían en la pierna; casi no podía caminar; fue muy bonito verlo y él fue muy amable; todos estábamos esperando, a ver si iba a cantar, pero no lo hizo.
En otro momento, en una exposición de Bobby Carcasés en la Casa de la Cultura de Plaza, coincidimos y me saludó, y se sabía mi nombre y todo…
Después nos vimos cuando él puso la voz de mi canción Boleros de victrola, o sea yo le di la grabación él puso la voz y cuando yo fui a recoger la grabación a los Estudios PM Records, me lo encontré y es la única foto que yo tengo con Pablo Milanés.
A mí siempre me ha parecido el tipo de la “hipermelodía”; Pablo con acordes muy sencillos hacía unas melodías extraordinarias, ya habíamos hablado de que Yolanda tiene solo tres acordes y con la primera combinación de notas ya todo el mundo identifica la canción, dentro de esa sencillez de Pablo en cuanto a la armonía que utilizaba, las melodía que usaba eran súper frescas y con un vuelo tremendo.
Todo el mundo habla de su voz, que es muy original, con unos registros muy buenos. Con 74 años cuando grabó Boleros de victrola, da una nota Sol, y la da con una contundencia inmensa, limpia.
Fue, de verdad, un luchador tremendo; con todas las enfermedades que tenía, había pasado por varias operaciones, por una pancreatitis severa… y siempre estaba dispuesto a cantar, tenía una agenda todavía que cumplir, tenía conciertos que hacer, siempre, siempre, estaba trabajando, a veces llegaba hecho tierra a los lugares y cuando empezaba a cantar se transformaba, verdad que cuando el artista, cuando uno canta y le gusta lo que hace, cuando canta se olvida de todo, todo desaparece, todos los dolores desparecen.
Mucha gente decía que Pablo estaba vivo de milagro, y creo que se mantenía vivo por querer cantar siempre; en un momento muchos apostamos porque esta última era una batalla que iba a ganar, una escaramuza dentro de su montón de enfermedades…
Pablo Milanés también fue muy importante para para mí a la hora de conocer la música cubana. Mi amor por la música cubana se lo debo a él y a los discos Años, esos discos que fueron como una bandera para la defensa de la música cubana y muchas canciones que conozco las conocí por Pablo, igual lo hizo con los discos Filin, con la obra de Marta Valdés, de José Antonio Méndez, César Portillo, incluso la primera música venezolana que yo conocí fue por el disco que grabó Pablo con unas versiones hermosísimas de clásicos de la música de ese país: él tenía planificado un disco de tangos con Fito, hubiera sido tremendo escucharlo cantar tangos…
Dicen que en un tiempo quiso hacer un disco de música mexicana, porque era un intérprete como total, muy bueno, y también hay que hablar de su importancia como productor, que encaminó muchos proyectos de diferentes tipos de agrupaciones en la Fundación Pablo Milanés que se hicieron gracias a esta y a los estudios PM Records.
-¿Cuál considera es el aporte fundamental del MNT a la historia de la música cubana?
Yo creo que en la música cubana hubo un parte aguas también con el advenimiento de lo que fue el MNT, porque la trova nunca fue indiferente, por mucho que había gente a la que no le gustaba, que no tenía un público masivo, sino bastante sectario, que era intelectual, pero la música de la Nueva trova subió mucho la parada en el sentido de que hizo rumba, y luego ya los rumberos no fueron los mismos porque había un guaguancó de Pablo Milanés que decía “Los caminos no se hicieron solos // cuando el hombre dejó de arrastrarse”; Pablo le subió la parada a los rumberos, y la NT le subió la parada a los sones porque hay un montón de tremendos sones en la historia del MNT…., ahora me estoy acordando de La nueva escuela de Silvio, que es un son buenísimo, después, creo que hubo un renacer de cuidar los textos de la música popular cubana.
Habría que hacer un estudio de eso… algún musicólogo que se dedicara a revisar los textos de la música popular posterior, porque creo que hay cosas, por ejemplo de Los Van Van, que están ahí en la frontera, y de Adalberto Álvarez también…
Aparte de esto, la trova generó toda una experimentación, una búsqueda; es muy difícil para un trovador experimentar dentro de la guitarra, pero bueno, Silvio, Mike Porcel, Pedro Luis Ferrer fueron capaces de hacerlo, de crear una nueva estética a la hora de tocar guitarra y acompañar las canciones, pero también otros grupos como Síntesis, que acaba de ganar un Grammy, aportaron mucho a la historia de la música cubana.
Por supuesto lo experimental no era un tabú, se buscaban nuevas tímbricas, de lo que sí estoy seguro es de que no se pude hacer la historia de este país, no la historia musical, la historia Cuba, sin las canciones de la Nueva Trova, la NT es una banda sonora, si a ti te dicen haz una historia de Cuba con música, donde también pueden estar canciones de Los Van Van y de otras agrupaciones y compositores, las de la trova van a ser preponderantes, porque los trovadores buscaron esas pequeñas historias y las hicieron y contaron la historia de este país después de los años 60, con sus luces y sus sombras, ahí está la música de la NT marcando una parte importante de la música cubana que tiene que ver con la figura del trovador que es como una especie de triatleta, es un ser humano que es poeta, músico y cantante y no es bueno en ninguna de las tres cosas, pero la sumatoria es lo que lo hace importante y suficiente; un trovador es un ente que se puede mover solo por un montón de lugares y dejarte un montón de mensajes y de vivencias.
Yo lo estoy haciendo ahora, quisiera hacerlo en teatros, quisiera recorrer el país como lo hicieron los juglares en la antigüedad; me encantaría ir de pueblo en pueblo, cantando mis canciones y diciendo las cosas que tengo que decir, pero es muy difícil hacer esta onda juglaresca, por lo que estoy haciéndolo de bar en bar, de cantina en cantina para un grupo que tiene ciertos privilegios monetarios, pero por eso estoy tratando de hacer un concierto en el Pabellón Cuba el 16 de diciembre.
-¿Qué trovador es hoy Frank Delgado?
Ese que con 62 años tiene unas ganas de seguir cantando del carajo y trabaja todas las semanas.
Orden del día
La vida es como un segundo de un gran acontecimiento
Y debes tener bien claro sus fundamentos.
La vida es como un pasaje, de una canción que marea
Y aquel que no se la sabe la tararea.
Como dice el guayabero filósofo popular
Oiga, la vida es un pasaje de ida a la eternidad.
La vida es como un pasaje de una canción que marea
Y aquel que no se la sabe la tararea.
El primer paso que tú debes dar cuando es de día
Es con el pie derecho como la gran profecía.
Abona tu pasaje y hazle un guiño a una novicia.
Y aunque te digan loco, sonríete sin malicia.
Hazle un piropo a la muchacha de la esquina
Y cuando vuelvas al trabajo, cuando veas al portero
Salúdalo aunque viajes en asiento delantero.
Y a la viejita conserje pregúntale por sus flores
Cómo amaneció su espalda, cómo andan sus dolores.
A tus vecinos todos, si la vida los deprime
Coméntales de música o convídalos al cine.
Moléstate a su tiempo con la suciedad de un baño.
Y ríete de un calvo que en un día, no hace daño.
Y vuelve a casa a inventarte un cumpleaños.
Y si la noche lo permite y también la naturaleza
Paséate por la calle y con manía de grandeza.
Y si hay gente inoportuna, convérsale con paciencia
Y duérmete como un tronco, sin tener mal de conciencia, porque
La vida es como un segundo, de un gran acontecimiento
Y debes tener bien claro sus fundamentos.
La vida es como un pasaje, de una canción que marea
Y aquel que no se la sabe la tararea.
Pero querer volar con alas anchas, mi hermano, es una ambición fatal
Y cuando menos lo imaginas, te cae el golpe fenomenal.
La vida es como un pasaje, de una canción que marea
Y aquel que no se la sabe la tararea.
Lo dijo Pedro Navaja cuando se notó la herida:
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.
La vida es como un pasaje, de una canción que marea
Y aquel que no se la sabe la tararea.
Por la mala maña de no razonar
Hay mucha gente que no comprende la regla del juego
Y son los que van detrás.
La vida es como un segundo, de un gran acontecimiento
Y debes tener bien claro sus fundamentos.
La vida es como un pasaje, de una canción que marea
Y aquel que no se la sabe la tararea.
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