El 2021 ha comenzado con nuevos programas de humor en la televisión cubana, una demanda recurrente del público, por eso resultan tan favorables los esfuerzos para llevar más propuestas de ese tipo a la pantalla.
Cubavisión, el canal de más teleaudiencia en el país, es plataforma para proyectos, como Namegando y Humor a primera vista los lunes, El Atracón los sábados y Motor de arranque los domingos, este último en una segunda versión después de su primera temporada en el Canal Habana. Estos se suman a los ya habituales A otro con ese cuento (los domingos) y Vivir del cuento (los lunes).
Las referidas opciones muestran una diversidad interesante enfocada en públicos diversos desde Namegando protagonizada por el grupo avileño 40 megas y dirigida a los jóvenes con códigos de redes sociales, hasta otras como Vivir del cuento para espectadores más generales.
Todos, incluyendo El Atracón como especie de parodia de programa de cocina, Humor a primera vista con historias de unos 15 minutos -algunas más logradas que otras-, y Motor de arranque de poco más de una hora de duración, con presencia de banda musical y sin dudas el más ambicioso de los recientes, forman una plataforma poco habitual.
En el Motor…, la joven actriz Andrea Doimeadiós ya despierta elogios por su personaje de periodista al final de cada emisión, en un papel que también motiva reflexiones sobre una profesión que suele estar en el centro de las miradas, para bien y mal.
De manera general, aparecen humoristas ya legitimados y otros prácticamente desconocidos a nivel nacional, lo cual demuestra también la confianza de la Dirección del Canal en quienes comienzan. Es importante mencionar que Cubavisión en varias ocasiones ha solicitado el apoyo de organizaciones de creadores en la realización de este tipo de dramatizados.
Cada una de las propuestas actuales en pantalla merece análisis individuales más profundos que no pretendemos en este acercamiento, incluyendo elementos esenciales de dramaturgia. Resaltamos que los más recientes no suelen priorizar los chistes aislados, como sí en A otro con ese cuento ni parecen aspirar a las carcajadas constantes, pero está claro: un programa con el calificativo de humorístico debe tener la sonrisa entre sus objetivos fundamentales, al menos la leve. Además de situaciones con algo de singularidad, siempre es necesario un extra en guiones y más allá, lo cual pudiera salvar incluso ciertos momentos afectados por lugares comunes.
Algunos de estos proyectos tuvieron que sortear las dificultades provocadas por la Covid-19 que retrasaron sus nacimientos y, luego, provocaron procesos de producción apresurados en el afán de mostrar nuevos contenidos, especialmente de un género con tantos seguidores.
En comentarios en redes y sitios webs los internautas comparten comentarios, que seguramente serán tomados en cuenta, relacionados con lo humorístico o no, lo estético, elementos escénicos… El Motor de arranque, por ejemplo, ubicado en horario estelar y tal vez con el que más expectativas existían, es blanco de muchas opiniones desfavorables, especialmente de quienes lo esperaban para reír a lo grande. Este era un proyecto con muchas potencialidades, que al menos en las primeras emisiones no llegó al nivel esperado.
Quizá si nos acercamos a él con la pretensión de disfrutar un show, una propuesta diversa, en la que la música también es importante, la experiencia sería más agradable, aunque hay elementos de concepción que a estas alturas es imposible cambiar.
La existencia de un Centro Nacional Promotor del Humor y diversos eventos, que contribuyen a la visualización de grupos, actores y directores escénicos son aspectos favorables. El humor siempre será muy demandado y necesario en pantalla. Sin dudas, resulta esencial seguir trabajando de conjunto en el aprovechamiento de todos los recursos creativos posibles, incluyendo los televisivos, para lograr propuestas cada vez más atractivas.
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