Esas divinidades están en nuestras casas,
en nuestros montes.
No os asustéis, también os acompañan.
Pablo Armando Fernández.
Se hace imprescindible al tratar de establecer una relación entre las divinidades de los sistemas religiosos africanos, así como de ritos y liturgias, emplear como factor preponderante, los patrones de origen yoruba. (Miguel Barnet. 1995)
Los Orisas, Orishas
Para la cultura yoruba, los orisas u orishas en Cuba son los ministros de Olodumare aquí en la tierra. De acuerdo con esta tradición, hay orisas mayores y orisas menores, algunos tienen importancia local y otros nacional. Algunos de los orisas locales son patrones y guardianes de determinadas comunidades, otros son considerados como héroes de grupos étnicos y en un tercer grupo, se incluyen los que son adorados al ser identificados como objetos naturales como, por ejemplo: colinas, montañas y ríos.
En lo que se refiere a la identificación de los orishas con objetos naturales pueden señalarse entre otros, el caso de Oshún a quien se vincula con el rio y Shangó con el trueno.
Existen familias donde se adora a varios orishas, pero casi siempre hay uno que es el fundamental.
De acuerdo con la tradición yoruba existen 401 orisas, otros dicen que son 200, de ellos 16 fueron los principales.
Según un prestigioso investigador yoruba de apellido Odumuyima: Orisa es una forma abreviada de Ohun ti a r isa, que significa: el que se compone de pedazos dispersos. En otro sentido orisa proviene de Orise que literalmente significa la fuente de la cabeza. Ori es el nombre común de la cabeza. Significa, sin embargo, la esencia de la personalidad, es decir el Ego.
Entre los yorubas hay quienes consideran a Orunmila como una deidad en específico y a Ifá como un sistema de adivinación, Otros estiman que ambos nombres se refieren a la misma deidad. pero mientras Orunmila significa la deidad como tal, el nombre de Ifa se refiere tanto a la deidad como a su sistema de adivinación. Este último es el criterio del profesor Wande Abimbola, ex rector de la Universidad de Ilè Ife en Nigeria.
Poseedor del oráculo supremo de los yorubas, Orula, también es conocido como Orunmila (que significa “solo el cielo conoce quienes se salvarán”), es el dios de la adivinación, considerado como gran benefactor de la humanidad y su principal consejero, que permite una comunicación con todos los orishas.
Orula u Orunmila es una de las divinidades que más se adoran en Cuba, es de las más importantes figuras del culto yoruba traído de África por los esclavos entre el siglo XVI y XVII, y que cada 4 de octubre es venerado por miles de seguidores.
Para algunos Orula es la vida misma y a través de él consideran que pueden buscar en el pasado, actuar en el presente y predecir el futuro; su palabra no cae al suelo.
Miguel Barnet, destacado etnólogo y escritor, al referirse a este tema señala:
“Orula, Orunla, Orumila o Ifà. Estos y otros nombres se le pueden dar a esta divinidad titular en el panteón de la santería cubana. Es el dueño del tablero Ifà, el tablero mismo, el dueño de la adivinación, poseedor de todos los poderes mágicos concentrados, con facultad mitológica para poder comunicar mediante su ekuele y su tablero, el porvenir de las personas”
En su diccionario básico de religiones de origen africano en Cuba el periodista, escritor e investigador folclórico Luis E. Ramírez Cabrera apunta lo siguiente: “Orula. Oricha mayor que rige el Ifá (también recibe el nombre de Orunmila e Iborù Orunla). Se le identifica generalmente con San Francisco de Asís, aunque en algunos lugares de las provincias centrales de la Isla se le identifica con san José de la Montaña y san Felipe. Este oricha conoce el camino de cada hombre y de cada santo”.
San Francisco de Asís es un santo italiano y fundador de la Orden Franciscana, de una segunda orden conocida como Hermanas Clarisas y una tercera conocida como tercera orden seglar, todas surgidas bajo la autoridad de la Iglesia católica en la Edad Media. Destaca como una de las grandes figuras de la espiritualidad en la historia de la cristiandad.
De ser hijo de un rico comerciante de la ciudad en su juventud, pasó a vivir bajo la más estricta pobreza y observancia de los Evangelios. En Egipto, intentó infructuosamente la conversión de los musulmanes al cristianismo. Su vida religiosa fue austera y simple, por lo que animaba a sus seguidores a hacerlo de igual manera. Tal forma de vivir no fue aceptada por algunos de los nuevos miembros de la orden mientras esta crecía; aun así, Francisco no fue reticente a una reorganización. Es el primer caso conocido en la historia de estigmatizaciones visibles y externas. Fue canonizado por la Iglesia católica en 1228, y su festividad se celebra el 4 de octubre. En italiano es conocido también como il poverello d'Assisi, es decir, "el pobrecillo de Asís".
“Mi padre Orunmila,
Solo el cielo-conoce-quienes-serán salvados
El Elèripin,
Testigo-cuando-escogemos-nuestro- Destino
El Okitibiri-a-pa-ojò-Ikù-da,
Gran-Cambiador-que altera-la fecha-de nuestra muerte,
me dijo un día a mí, humilde matancero:
Tú Agustín, omo mi,
nieto de Sandiyù y Tinumì, hijo de Choco y Nenito,
hay que ser fiel a los amigos y fiel a los enemigos
Los ojos de Olòrun te ven cuando haces el Mal
Este mundo es un mercado donde estamos de paso
El verdadero hogar está en los cielos”
Rogelio Martínez Furé
Por la década de los años 90 un prestigioso y reconocido babalawo, Hermes Ramírez, Awò Otura Sà me relató la siguiente historia sobre el pacto de Orula con la muerte:
Resultó que un día la muerte vino a buscar a Orula, pero este se había preparado y conjuntamente con Changó, Ogún y Eleguá creó las condiciones para cuando la ikú viniera a buscarlo fracasara en su empeño. Fue así como en el suelo de la puerta de la casa de Orula se regó una pasta compuesta a base de una baba de quimbombó y añil.
Cuando la muerte llega en busca de Orula resbala y cae, y ahí es cuando Ogún lo enreda con la cadena, Eleguá se apodera de la guadaña y Changó se prepara para darle con su hacha. Orula, al escuchar el ruido, abre la puerta y dice:
— No, no, un momento, déjenlo pasar. Mira, tú estás desarmado ahora, viniste a buscarme.
— No te voy a liquidar —le dice Orula a la ikú—, pero tenemos que hacer un pacto. Yo soy salvador de vida, y tú, por tus funciones, tienes que llevar a las personas a su destino final. A partir de ahora no te puedes llevar a nadie si yo no lo autorizo. Ni a mí ni a ninguno de mis hijos en la Tierra.
La ikú acepta y le pregunta a Orula:
— Bien, pero ¿cómo yo puedo identificar a tus hijos en la Tierra?
Orula le respondió.
— Ellos van a tener el idé (pulso de cuentas verdes y amarillas). El amarillo simboliza las hojas muertas, que es cuando caen del árbol, y el verde las hojas vivas, y yo soy la vida y la muerte y soy la resurrección.
Olofi que estaba escuchando la conversación dice:
— Ito, Iban Echu (que así sea)
Esa es la historia de esos pulsos de cuentas verdes y amarillas que usted le ve puesta a las personas devotas de este orisha mayor.
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