Tercera Parte: Ahora sí sonamos
Qué temas conforman los ocho surcos del disco, o los cuarenta y cinco minutos de que dispone el bailador para entrar en contacto con otra realidad sonora que, aunque estaba cerca, difería de lo que se estaba proponiendo. Propongo, que brevemente, analicemos esta producción.
Antes habíamos anunciado que el grueso de los temas corresponde a la autoría de Giraldo Piloto. Composiciones como Aunque soy como soy, Un centímetro de ti, Entrégate a mí y Ella es un reloj, se enlazan con lo que temáticamente se estaba proponiendo al mercado pero, a diferencia de otros compositores e intérpretes, las del dúo Piloto/Issac participan de la responsabilidad en la relación hombre mujer, se asumen como sujetos de errores, de amores imposibles o posibles y hasta dejan espacio para que los involucrados se encuentren en igualdad de condiciones para amar; rompiendo con la tradición machista que se hacía latente en los textos de otros intérpretes; y es que virginidad, castidad y otros tantos tabúes, no están en las vivencias ni en la cotidianeidad de los cubanos que para aquel entonces ya aceptaban a la mujer independiente para amar que Pablo Milanés había propuesto cuando afirmó: “… la prefiero compartida…”.
Amar y entenderse con los respectivos derechos a participar en la relación, reflejaban también una realidad que era necesario resaltar. Y así se llega al lirismo de los textos de Pablo Milanés y de Pedro Luis Ferrer que completan el disco.
A Pedro Luis corresponden Entrégate a mí y Amor de tierra y cuerpo; dos manifiestos poéticos que regresan a la poesía modernista y donde el hombre asume la magia del amor desde la humildad, y sin vergüenza ni detrimento de su yo –honor de macho Alfa—, ruega a la amada que regrese. El hombre, puede y debe pedir amor, máxime si está sediento.
Los temas de Pablo Milanés ya eran conocidos por sus seguidores, por lo que en este caso se trata de hacer versiones ajustadas a las exigencias de los tiempos. La novia que nunca tuve, estaba aún en su repertorio de conciertos y es un tema que no se aleja de esa constante melancolía o sentimiento de soledad ante la vida que ha caracterizado la poética de este compositor (sirva de ejemplo ilustrativo otros temas suyos como Mis 22 años, Para vivir y Años, este último versionado ese mismo año 91 por Gilberto Santa Rosa, entre otros). Issac se atreve con otro tema de Pablo, en este caso se trata de Cuando lejos inalcanzable; tal vez menos nostálgico que el primero, pero cargado de simbolismos y propio de la poesía coloquial que definió la lírica de la canción latina de los años sesenta; una lírica influida por lo que se llamó “el boom latino en la literatura”; pero que tuvo también su expresión en la música y que incluye a la salsa y su entorno mágico musical.
Pero si temáticamente está dentro del ámbito salsero amoroso, musicalmente este disco es un fresco sonoro auténticamente cubano y latino; que para nada adecua al sonido que en Cuba comenzaba a imponerse bajo la rúbrica de Timba; pero no era una timba agresiva, para nada. Se trata de salsear desde una perspectiva ecléctica, donde el jazz no contradice los solos de flauta al estilo de las charangas; y se integra a un bolero chá; o se asumen los presupuestos de una forma de hacer música que estaba influenciada por del sonido del rock latino, el argentino en lo fundamental.
Dando la hora era una amenaza sonora que el mercado no se podía permitir, aunque lo toleraran los ejecutivos, los músicos lo admiraran y algunas emisoras del continente lo fueran radiando discretamente.
De Cuba llegaba una voz fresca tanto en lo musical y lo temático y para completar la apuesta, cumplía con todos los requisitos que se estaban imponiendo al público. El reloj de Issac Delgado hacía sonar las alarmas sonoras del continente. Cosas nuevas vendrán cuando dos años después presente su producción Con Ganas.
El disco fue todo un suceso musical en Cuba y colocó a Issac Delgado y a su orquesta en la cima de la popularidad durante todo el año 91 y 92; eran los años en que comenzaba la etapa más interesante de la música popular bailable cubana después del año 59. El país atravesaba una fuerte crisis económica y se abocaba a profundos cambios y el hombre común encontraba como paliativo para sus carencias la música y dentro de ella comenzaba a formarse una vanguardia que capitalizaba los sueños y las necesidades de todos al traducirlas en música.
Ahora, además de escuchar a los Van Van, a NG la Banda, al Charangón de Revé, a Adalberto y su son y los Dan Den de Juan Carlos Alfonso, los cubanos se afiliaban a la música de Issac Delgado.
Su primer disco había sido un acontecimiento, su nombre sonaba de boca en boca, las copias pasaban de discos de pasta o vinilo a casetes a una velocidad inusual y eran escuchadas en casi todos los lugares posibles; lo mismo ocurría con sus presentaciones en vivo, pero era necesario un segundo fonograma para demostrar que su sonido, su imagen y su gracia, no eran una moda pasajera como había ocurrido en el pasado con otros intérpretes.
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