Regresa el poeta y dramaturgo granadino Federico García Lorca a los escenarios habaneros en esta ocasión con la puesta en escena de ¡Bernarda, no!, de la Compañía Flamenca Ecos, bajo la dirección artística de Ana Rosa Meneses, en carácter de estreno y como parte de la programación de la Jornada Villanueva 2022.
La revisitación a Lorca es una versión de su obra La casa de Bernarda Alba, trasladada al universo de la danza española, más puntualmente al baile flamenco con tintes de danza contemporánea.
La idea y coreografía de Ana Rosa sostiene su propuesta respetando la línea dramaturgia del original lorquiano, con una cadena de acciones claras y precisas sin ningún artilugio, con una escritura escénica aristotélica y conservando en el clímax, la ejecución del desenlace fatal fuera de la vista del espectador, elemento esencial en la tragedia clásica griega.
Ana Rosa realiza su escritura para la escena desde una división de 13 escenas, cuadros o estampas encabezadas por un título La casa, El luto, Cautivas, Calor, La pasión, De espuma, La novia, Pepe, El retrato, La espera, Celos, El disparo y ¡Bernarda, No ¡, que sirve de guía al público en lo que se narra sobre el escenario.
El estilo simbólico es uno de los recursos explotados con sabiduría y mesura presente en varios apartados visuales de la obra.
La escenografía simplificada se sostiene con un escenario aforado de negro, una pequeña plataforma con un telón de fondo blanco que por momentos sirve de pantalla sobre la cual se proyectan imágenes como rostros, la cruz cristiana, una horca y una gran luna, esa Luna, esa Luna, tan cara a la poesía lorquiana. Por esta línea siguen el bastón de Bernarda, la cruz sobre su pecho, los abanicos, las sillas entre otros elementos.
El vestuario signado por lo apuntado con anterioridad transita del negro al blanco, siendo sello dramático y firma de una época a la par que practico, pues permite que el movimiento de las bailadoras se ejecute con soltura, gracia, elegancia y expresen determinados estados de ánimo.
El diseño de luces más que alumbrar el escenario, recrea lo que transcurre en la obra, creando atmosferas y apoyando los acentos dramáticos. La banda sonora acompaña a la vez que es cómplice de la historia de los personajes y su situación dramática. En este rublo la puesta en escena tiene su tacón débil, pues los textos, tomados del original, los cuales son dichos en off no logran los matices necesarios para acentuar la situación dramática de lo que se daza sobre el tablado del coliseo de las cien puertas.
Si usted amigo lector es amante de la obra del autor de La casa de Bernarda Alba y del baile de la madre patria, lléguese el próximo fin de semana, el viernes 14 y sábado 15 a las 7 de la noche y el domingo 16 de enero a las 5 de la tarde al capitalino Teatro Martí, para a la par de este comentarista expresar ¡Otra vez Lorca, Sí!
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