El 24 de julio del año 2015 el cineasta cubano Fernando Pérez, Premio Nacional de Cine, concluyó la producción de la cinta Últimos días en La Habana, que tuvo un recorrido internacional exitoso antes de su estreno nacional en la isla.
Este filme se exhibió por primera vez en diciembre de 2016 en la sala Chaplin durante el 38 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en La Habana, certamen en el que obtuvo el Premio Especial del jurado de largometrajes de ficción.
Los personajes centrales de Últimos días en La Habana, Miguel (Patricio Wood) y Diego (Jorge Martínez), son dos amigos de toda la vida; ambos tienen 45 años; viven juntos pero no son pareja; Diego es homosexual y está confinado a una cama por el SIDA, mientras que Miguel friega platos en un restaurante habanero y vive con la idea fija de irse a los Estados Unidos pero la visa nunca llega. Miguel es introvertido y triste, mientras que Diego ama la vida, es alegre y abierto.
En la película debutaron en el cine los jóvenes actores Gabriela Ramos (Yusisleydi) y Cristian Jesús (P4), quienes tuvieron el privilegio de compartir esta experiencia con las consagradas actrices Coralita Veloz, Yailene Sierra y Ana Gloria Buduen.
El guión de este «drama intenso, cerrado y oscuro», como lo cataloga su realizador, es de la autoría de Abel Rodríguez y el personaje de Diego, no tenía originalmente ese nombre y que fue una decisión de Pérez en una clara evocación a la emblemática Fresa y chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea.
Esta coproducción Cuba-España fue realizada por Besa Films, el Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC) y Wanda Visión S.A.; el equipo de realización estuvo formado además por el maestro Raúl Pérez Ureta, también Premio Nacional de Cine como director de fotografía, Daniel Díaz Rabelo, el productor general, Celia León en la dirección de arte y Rodolfo Borrasen en la edición.
Sobre este filme, su noveno largometraje de ficción, Fernando Pérez expresó al momento de su estreno en el circuito nacional, en junio del año 2017: «Han pasado dos años y me sigo reconociendo en esta película polémica pues me interesa que todo el cine que haga provoque polémica; yo pienso que el enfrentamiento de diversos criterios es lo que mueve justamente el pensamiento y para eso existe el cine y Últimos días en La Habana lo intenta».
Reveló además que hizo este filme para retornar a los escenarios de sobrevivencia que plasmó en Suite Habana (2003) «porque estos contextos se han endureciendo y los valores se han relativizado; estos no pueden ser juzgados, hay que tratar de entender porque surgen estos comportamientos», sentenció.
La trascendencia internacional de este filme de 92 minutos, se confirma en los múltiples lauros obtenidos en certámenes cinematográficos internacionales.
En el Festival de Málaga Cine en Español, en el 2017, recibió la Biznaga de Oro a la mejor película iberoamericana; Premio a la Mejor actriz de reparto a Gabriela Ramos y el Premio del público.
En la 18 Edición del Havana Film Festival New York, del mismo año conquistó el Premio a la mejor película y al Mejor actor, por el desempeño de Jorge Martínez.
También en el 2017 el jurado del Festival de Biarritz-América Latina le confirió el Premio Mejor actriz de reparto a Gabriela Ramos y la cinta se alzó con el Premio del Público.
La 27 edición del Festival Iberoamericano de Cine de Brasil (2017) le otorgó premios a la Mejor dirección y Mejor fotografía y en el Festival Internacional de Cine de Viña del Mar ese año se agenció lauros por Mejor largometraje de ficción, Mejor dirección y el Premio del público.
Estos galardones reafirman el carácter universal de Últimos días en La Habana, un filme sobre la amistad, la homofobia, la tolerancia, el respeto a los distintos, la emigración, la mezquindad humana, todo esto en el entorno de la capital cubana.
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