En la tarde de ayer, el doctor en Ciencias Históricas Pedro Pablo Rodríguez López, ofreció una conferencia titulada «Patria, culminación del periodismo martiano», en la sede de la Sociedad Cultural José Martí, con el propósito de conmemorar el aniversario 130 de la fundación de ese periódico por el Apóstol cubano.
Esta evocación ocupó el espacio Cultura y Nación: el misterio de Cuba, coordinado por la organización martiana, y en el mismo, Pedro Pablo Rodríguez, líder del proyecto del Centro de Estudios Martianos, Edición Crítica de las Obras completas del Héroe Nacional, con la sapiencia y amenidad que caracterizan su oralidad, trazó una semblanza del periodista que fue Martí y aseguró que la Revista Universal, fundamental publicación de los liberales mexicanos, fue su gran escuela de periodismo.
«Martí vive en México en un momento de reforzamiento del sentido nacional, de orgullo por la victoria sobre las fuerzas conservadoras», señaló, y explicó que en esta revista Martí escribe como si fuera un mexicano, utiliza nosotros, creemos, «pienso que esto era un verdadero deseo de sentirse de alguna manera orgulloso y comprometido con lo que estaba sucediendo en ese país (…), y pienso que fue una manera, no solo de tomar partido, sino de sentirse miembro de aquella sociedad », opinó.
Compartió seguidamente que en dicha publicación, el poeta escribió artículos, reseñas y críticas sobre el teatro y el resto de las artes y sus presentaciones durante la etapa en que radicó en el país azteca.
El orador afirmó que el Maestro escribe en la Revista Universal de todo, incluso, crónica parlamentaria, y hace, lo que se conocerá en el siglo XX como el ejercicio de la opinión; apreció que en la Revista, Martí sienta las bases que ayudan a comprender que «su prosa es, en gran medida, su periodismo (…) el noventa por ciento de la prosa martiana es lo que publicó en los periódicos», y subrayó que es un prosista novedoso desde este momento, porque siempre expone a través de la imagen, rasgo esencial, no solo de su estilo sino de su forma de pensar. «Martí escribe con la pasión, siempre entregando pasión», apuntó.
Toda su faena en la Revista Universal lo forjó como periodista, experiencia que le valdría para fundar el periódico Patria el 14 de marzo de 1892, en Nueva York.
«Patria es la culminación del ejercicio del periodismo de José Martí y no es casual que esa culminación se da en paralelo con la época en que Martí se convierte en el líder del movimiento patriótico revolucionario cubano», certificó, y añadió que ese liderazgo y las tareas emanadas del mismo no menguaron sus cualidades como escritor y periodista, sino que por el contario, «el ejercicio escrito de Martí en Patria es siempre un ejercicio de altos quilates».
A continuación enunció las intenciones que tenía el Héroe Nacional cubano: «Quería hacer un periódico para los norteamericanos porque quiere ver de qué manera él influye sobre el pueblo norteamericano para que no apoye una posición expansionista, imperialista, dominadora, de superioridad sobre nuestros pueblos(…) quiere hacer un periódico para defender sus puntos de vista».
Expuso a la vez, que «Patria es el periódico que va a servir para el Partido, aunque Martí diga que no es el órgano del Partido; va a servir para difundir el criterio de Martí de la unidad (…) es una necesidad para asegurar y acelerar el proceso de formación del Partido Revolucionario Cubano».
Precisó que Martí mantuvo en todos los números las bases del Partido en la primera columna. «Es que Martí, además de gran periodista, es un gran propagandista y sabía algo, quizás intuitivamente, que después la psicología demostraría y es que la repetición ayuda a que se domine el conocimiento de algo».
Reiteró que Patria es un periódico de orientación política, para hacer política, para formar conciencia, «pero Martí no quiere solamente patriotas republicanos, sino patriotas que formen una República distinta que no sea como la de nuestros pueblos de América», anotó.
El profesor titular y periodista, enfatizó en la claridad martiana de que la República que se instaurara en Cuba, tenía que ser diferente a la que existía ya en otras naciones latinoamericanas, para lo cual Patria fue una herramienta esencial, al igual que para difundir sus ideales antimperialistas, pues solo esa República sería verdadera si no caía en manos de los Estados Unidos. «Una República que se abra para resolver todas las injusticias, para lo cual Martí aseveró: “Todo al fuego, hasta el arte, para alcanzar la justicia».
Se refirió entonces al primer número del periódico donde están dadas sus claves esenciales, y desde el cual se aprecia «como el poeta eterno no cede un ápice en calidad literaria; en Martí, la política, la ideología, el liderazgo, el convencer, el explicar, no lo hacen convertirse en un mal escritor», advirtió.
El doctor Pedro Pablo llamó la atención acerca del sentido de la comunicación que tenía el Héroe de Dos Ríos, que se observa en la habilidad para la composición del periódico y en el uso acertado en este de los grabados, concepción esta que permitió informar con eficacia los propósitos fundacionales del periódico y que fuera leido por parte de los emigrados en Nueva York, Tampa y Cayo Hueso, en Estados Unidos y en Cuba, a donde entraba clandestinamente.
El historiador dio a conocer que en la primera entrega Martí define que Patria va a estar abierta para todo el mundo, y citó al Maestro: «En Patria escribirán el magistrado glorioso de ayer y los jóvenes pujantes de hoy, el taller y el bufete, el comerciante y el historiador, el que prevé los peligros de la República y el que enseña a fabricar las armas con que hemos de ganarla».
En la página tres de ese primer ejemplar, en el artículo «A nuestra prensa», Martí expresa lo que cree debe ser el papel de la prensa en la batalla por la independencia y la libertad; acerca de esto dice: «Nace este periódico, a la hora del peligro, para velar por la libertad, para contribuir a que sus fuerzas sean invencibles por la unión, y para evitar que el enemigo nos vuelva a vencer por nuestro desorden».
En tal sentido, el doctor Pedro Pablo dio lectura a una frase del Maestro, que este respaldaría consecuentemente durante toda su corta vida: «La verdad llega más pronto a donde va cuando se dice bellamente».
El también Premio Nacional de Historia, de Ciencias Sociales y Humanísticas, y de Investigación Cultural, destacó el trabajo que cierra el número uno de Patria y lo calificó de periodismo de altura: «Son tres notas que son tres anécdotas, pero escritas con esa delicia de la crónica martiana».
El doctor Pedro Pablo Rodríguez López culminó esta conferencia magistral con la siguiente declaración:
«Aquí está Patria y por eso hay tantos textos importantes, significativos, decisivos para entender la madurez de su pensamiento, el alcance de su obra, su sentido profundamente latinoamericanista, universal, y yo diría, para todos los tiempos en Patria, y dicho siempre con la mejor prosa que él pudo escribir, con el mejor estilo que él pudo escribir, y por eso, no solo es un grande del pensamiento, un grande de la patria, es también un grande de las letras y esa es la unidad de Martí; Patria es esa unidad de Martí».
En este acto se encontraba presente el doctor Eduardo Torres Cuevas, director de la Oficina del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural José Martí, quien ponderó la exposición realizada por el doctor Pedro Pablo Rodríguez, «es digna de ser estudiada y analizada (…) es una verdadera enseñanza para entender lo que es Patria. Siempre he tenido la sensación de que Patria está todavía por estudiar en la dimensión real que tiene».
Patria, obra cumbre dentro del periodismo martiano, publicó su último número, el 522, el 31 de diciembre de 1898; aparecen como redactores de la publicación importantes personalidades de la sociedad y la cultura cubanas de la época; entre ellos Gonzalo de Quesada, Benjamín J. Guerra, Manuel Sanguily, Francisco de Paula Coronado, Rafael Serra, Diego Vicente Tejera y Bonifacio Byrne.
Como una manera de recordar y glorificar la fundación del periódico Patria, determinante suceso en la historia de Cuba, en la década de 1990 se instauró el 14 de marzo como Día de la Prensa Cubana.
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