Comenzada la segunda mitad de los años noventa se siguieron abriendo nuevas perspectivas para la música cubana a nivel internacional y, en ese proceso de integración y expansión del trabajo de nuestros músicos, llegó hasta algunos de los centros musicales y culturales más importantes de los Estados Unidos; e incluso llegó a conformar y confirmar contratos discográficos directos, se expandió hasta algunas propuestas cinematográficas realizadas en esos años.
Todo comenzó en el mismo momento en que se cambiaron algunas reglas del juego en materia de contratación de artistas; la aceptación del pago de regalías por derechos de autor y discográficos y lo más importante: la llegada y el establecimiento en Cuba de sellos discográficos provenientes de otras latitudes – españoles en lo fundamental--que podían operar de acuerdo a las reglas comerciales que marcaron la industria musical en ese entonces y que invirtieron recursos financieros en el capital musical de la isla.
Este proceso, que comenzó a fines del año 1992, tuvo como una de sus consecuencias más profunda el que puso en desventaja en un comienzo a las casas discográficas cubanas; sobre todo en lo referente a los costos de producción y de inversión para la realización de su producto fundamental: el disco.
El mercado del disco cubano se fragmentó y cuatro sellos discográficos extranjeros asumieron el control del mismo durante buena parte de la década de los años noventa del pasado siglo. Estas disqueras fueron, siguiendo un orden aleatorio: CARIBEAN PRODUCTION, ART COLOR, MAGIG MUSIC y EUROTROPICAL, que fue una división del grupo canario MANZANA RECORD creada especialmente para la música cubana.
Lo interesante de este proceso fue que, aunque el peso fundamental en ellas lo tuvo lo popular bailable, también asimilaron otros géneros y formatos musicales menos favorecidos por la popularidad en ese entonces.
Y sin establecerse totalmente en Cuba, pero sí designando agentes se destacan IRE PRODUTION también conocida como AHÍ NA MA MUSIC; LUZ AFRICA y NUEVA FANIA un último intento de Jerry Massuchi de revivir las glorias pasadas de FANIA RECORD ahora con talento cubano fundamentalmente.
Ajustado a la promoción de los talentos que conformaban el proyecto Buena vista Social Club, WORD CIRCUIT, comenzó a producir y a promocionar su catálogo de música cubana.
En estos mismos años la SGAE abre su oficina de representación en Cuba y se convierte en un aliado del Ministerio de Cultura al incorporar a sus divisiones Sello de Autor y Factoría a músicos cubanos que se afiliaron a ella. Este proceso permitió la realización de discos, libros y catálogos de músicos cubanos de renombre, que esta institución organizara “embajadas” musicales con importantes figuras de la música española del momento, que se presentaron en diversos escenarios en Cuba; en lo fundamental en la feria CUBADISCO.
Fue gracias al empeño de los directivos de la SGAE que se abrieron las puertas a la presencia de músicos y empresas discográficas cubanas a la primera edición de la entrega de los GRAMMY LATINOS que se efectuó en la ciudad de Miami; y fue también esa voluntad la que sirvió de puente a la recalificación de algunos ejecutivos discográficos cubanos y del mundo empresarial de la música, en diversos cursos y programas que organizaron en su sede de Madrid. A esos esfuerzos hay que sumar la exigencia de que Cuba estuviera representada en las diversas ferias y mercados de la música que se organizan en Europa como el WOMEX, MIDEM entre otros.
Cuba se había abierto al mundo como pidiera a su llegada a la isla en visita pastoral su santidad Juan Pablo II; se había abierto sobre todo al de la música y esa apertura tuvo su apoteosis en el mismo instante en que tres de las más grandes compañías discográficas se decidieron a firmar con figuras reconocidas en ese instante o a licenciar discos de músicos cubanos producidos por los sellos “independientes o menores” radicados en ese momento en Cuba. UNIVERSAL MUSIC, SONY MUSICO y RMM; que había ocupado la cuota de mercado que alguna vez fue de FANIA en lo referente a la música salsa o afroantillana. Estas empresas enviaron o bien a algunos de sus ejecutivos más importantes o permitieron que algunos de sus productores más reconocidos a explorar y/o trabajar para o con músicos cubanos.
Y esa apertura tuvo dos momentos cumbres: el concierto de Los Muñequitos de Matanzas en el Carnegie Hall a lleno total y el éxito de un grupo del naciente movimiento de música urbana llamado SBS.
Algunas barreras y prejuicios comenzaron a caer o a resquebrajarse… parecía que se estaba por reescribir la historia.
Deje un comentario