El pintor cubano Ernesto Cuesta, martiano en esencia, vuelve a honrar con su obra al Apóstol de la Independencia Cubana, en una exposición abierta con éxito en el Palacio Salcines, principal galería de las artes visuales de esta ciudad, adoptiva del creador santiaguero.

“Una luz en el asfalto” es el título de esta muestra de 20 piezas pictóricas, promovida hasta inicios de junio por el Consejo Provincial de las Artes Plásticas, y la filial de la Sociedad Cultural que lleva el nombre de José Martí, homenajeado hoy en el aniversario 121 de su caída en combate.

Al decir del artista, esta serie recrea diferentes interpretaciones del ideario y figura martiana, es la cuarta que dedica al más universal de los cubanos en ocasión de la efeméride, y tuvo como primer antecedente la exposición Crónicas de una luz inagotable, con igual acogida en esta urbe, en mayo de 2011.

En el actual trabajo emplea por primera vez la técnica del asfaltil, derivado del petróleo usado en el pavimento de calles, aparentemente rústico, pero dúctil, factible para lograr contrastes violentos, transparencias como las acuarelas, y capaz de revelar el realismo expresionista y poético del creador.

Desde una visión contemporánea Cuesta deja libre la espátula, y trazos espontáneos emergen obviando, a instantes, el parecido exacto con el prócer, pero manteniendo su esencia en cada pieza, que completa con fragmentos de escritos martianos, lo cual permite al pintor exponer ideas, conceptos.

Santiago Pérez, curador de la muestra, al describir a la ACN la obra del artista, elogió su maestría, el refinamiento en sus trazos, la madurez de un estilo que se ha convertido en sello personal, y su experimentación incesante en la búsqueda de expresivas e ideales mezclas de materiales.

Este santiaguero, paisajista por excelencia, asentado en Guantánamo la mayor parte de su vida, también ha incursionado victorioso en el diseño gráfico y la poesía, y ha merecido varios lauros, incluidos tres Premios Salcines, uno en el Salón Nacional de Paisaje, y otro en el de poesía “Rubén Martínez Villena”.

A su currículum se suman más de 200 exposiciones -entre personales y colectivas- su labor pedagógica, el ser miembro fundador de la UNEAC en Guantánamo, y ser reconocido como personalidad de la cultura en esta región, por los aportes artísticos de su creación.

Muchos de sus cuadros se exhiben en varias partes del mundo, y otras han sido donadas a instituciones sociales y a notables figuras como los cosmonautas Yuri Romanenko y Arnaldo Tamayo, la pacifista norteamericana Cindy Sheehan, y Mirta Rodríguez, madre del Héroe de la República de Cuba Antonio Guerrero.