Los premios Memoria Viva 2017 que otorga el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello (ICIC), a personalidades e instituciones con una labor destacada en el rescate y preservación de las tradiciones culturales del país, fueron entregados en la tarde de este miércoles en la sede de la propia institución.
En el contexto de las celebraciones por el Día de la Cultura Cubana, los premiados, según expresó la investigadora Isabel Monal, -quien compartió la presidencia en la entrega de la distinción junto al viceministro de Cultura, Fernando Rojas, la Directora del ICIC, Elena Socarrás y el también investigador, Rafael Lara González – el Memoria Viva es un reconocimiento a todas las personas que ayudan a preservar y hacer vivir nuestra cultura nacional. “Lo que hacen nuestros premiados es una forma de apoyar al patrimonio intangible del país en un mundo globalizado, donde las tradiciones llegan a estar en extrema vulnerabilidad”.
Tras la revisión por un jurado, de un total de 47 obras presentadas, los premios Memoria Viva 2017 fueron entregados en la categoría de Preservación de Tradiciones a Las Parrandas de barrios en Camajuaní, en Villa Clara; al Cabildo Santa Teresa de Jesús de Matanzas, exponente de la cultura popular tradicional matancera; la Conga “Negro Fino”. Continuidad de los Ancestros, de Guantánamo; Banda de Música “Los Perros”, también del extremo oriental de la isla; Cabildo Arará Espíritu Santo, referencia histórico cultural con 201 años en Matanzas y la Parranda Típica de Arroyo Blanco “Los Sánchez”, autóctona y genuina tradición, de Sancti Spíritus.
En cuanto a la categoría Personalidades, los galardonados fueron el trovador Sergio Salazar, de Las Tunas; el decimista y defensor de la cuentística nacional, Luis Manuel González, de la provincia tunera; Hilario Batista Félix. “Defensor de la cultura Kreyol”, de la capital; Venancio Troya, un artesano laudista de Matanzas; Lobato, “de la Ciénaga al laúd”, Matanzas; al escritor de décima y romances, Diosdado Ruiz Hernández de Matanzas; por el dominio de manera empírica, durante más de seis décadas, de la corneta china y de otros instrumentos musicales de percusión se reconoció al santiaguero Joaquín Solórzano, de la percusión a la corneta china; Rubildo Hilton Hardy. Referente indiscutible de las mejores tradiciones culturales en Santiago de Cuba; a Carlos Acosta Laguna: Memoria del Paseo La Placita también en Santiago; a Osmar Peña Clavel por constituir un pintor naif que de forma autodidacta ha sabido perpetuar y transmitir a niños y jóvenes el legado de sus maestros; a Pedro Figuera Delisle, como percutor y director-fundador de la Conga Renovación (otrora Los Caguayos); al guantanamero Felino Laurencio Colón: Artesano tradicional: Las fibras de anacahuita, su familia y su comunidad.
Fueron de igual forma reconocidos con el premio en el apartado de Personalidades a Alfredo Agramonte Borges, diseñador y creador del atrezo de la comparsa la Loma del Chivo; como cultora de la música campesina, Caridad Catalina de la Torre Zequeira; por ser considerado portador de tradiciones culinarias de origen asturiano arraigadas en el territorio remediano, Felipe del Valle y la historia de un turrón; y a Bebé, sello identitario de la comunidad afro-descendiente del municipio de Martí.
En cuanto a la categoría de proyección artística la ganadora fue la Identidad proceso de continuidad histórica (Tumba Francesa Infantil Identidad). Por último, se hizo un reconocimiento especial a La estrofa nacional cubana, su rescate y revitalización en las nuevas generaciones (Guillermo Isidoro Castillo Ramírez), en Las Tunas.
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