Un diapasón muy amplio abarca el artista de la plástica indio Nikhil Chopra al moverse, en cada una de sus muestras, entre diversas formas y combinaciones de expresiones artísticas. Para sus piezas, en las cuales invierte en ocasiones varias jornadas de trabajo ininterrumpidas, Chopra se apropia de elementos del teatro, la pintura, la fotografía y la escultura entre otras manifestaciones.
Nikhil Chopra estará presente en esta Duodécima Bienal de La Habana con una propuesta que se coloca entre las más interesantes de todo el programa que tendrá lugar en el Centro Histórico de la capital y es que el artista, bajo el título de La Perla Negra realizará un performance, en las inmediaciones de la Plaza de Armas, en el que personificará durante sesenta horas continuas, diversos roles relacionados con la historia y la memoria popular cubanas.
¿Cómo Chopra se atreve a tanto, dirían algunos?, y es que el creador para emprender sus propuestas se basa, en primer lugar en una exhaustiva investigación. Con anterioridad Chopra había realizado su personaje de Sir Raja, que presentó por primera vez en Ohio, Estados Unidos, durante 2002, una especie de príncipe de la época colonial de su país, que emplea como alter ego para expresar sus apreciaciones sobre ese periodo de la historia al que también incorpora elementos de su leyenda personal. El se aloja en este personaje, durante actuaciones improvisadas a la que va sumando elementos de la plástica como telones de fondo para acciones que a veces duran más de tres días.
Sir Raja ha tenido múltiples retornos, con nuevas maneras de enfrentar al protagonista, acorde con el mensaje que Chopra quiere ofrecer en cada momento. Sir Raja II de 2003, mostraba al artista indio en su papel de príncipe sentado sobre una gran alfombra roja y frente a él una mesa con innumerables manjares, frutas y flores. Como parte de ese propio performance Chopra pinto en vivo su obra Vanitas y con ella desafío al espectador a confrontar los problemas pasados y presentes dejados por el colonialismo, el exotismo y el exceso. La muerte de Sir Raja III de 2005, en cambio muestra al príncipe engalanado con sedas y joyas, rodeado por cortinas de terciopelo y ricas alfombras orientales, como si estuviera posando para una pintura que representa a su propia muerte. Durante todas sus presentaciones y a diferencia de un teatro, el público puede moverse libremente, pero establece, sin embargo un límite con su mirada, en la que advierte que su espacio es violado, lo que suma a la obra, tensión e intensidad.
Chopra también adoptó el personaje de su abuelo Yog Raj Chitrakar, quien nace durante la década de los años veinte del pasado siglo y fuera explorador, dibujante, cartógrafo, conquistador, soldado, prisionero de guerra, pintor, artista y un romántico,. Para esta exhibición el creador indio se basa en el cambio de trajes y ahí comienza a transitar por diversas acciones de acuerdo a su caracterización. Establece un campamento, en interiores o al aire libre, y hace dibujos a gran escala de lo que ve: ciudades en transición, la colisión de la historia y el presente, la arquitectura y la naturaleza. Los dibujos así como los accesorios utilizados en el ejercicio, los deja como un remanente, sin embargo, lo más importante para el artista es el proceso de transformación por lo que trasmite de manera conceptual.
Carbón sobre Algodón ha sido una de sus más recientes acciones plásticas, la que presentó en la Galería Whitworth, de la ciudad estadounidense de Manchester. Durante 65 horas se transformó en cultivador de algodón, trabajador de un molino y minero del carbón. Sus performances tienen una magia, que va más allá del acto creativo y cautivan al público asistente. ¿Cómo Chopra nos ve a los cubanos desde nuestra memoria histórica? Eso es algo que tendremos que descubrir cuando este 22 de mayo a la diez de la mañana comience su acción performática hasta el 24 de mayo en horas de la noche en que la concluya, sin dudas una muestra con una dosis de enigma y sorpresa.
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