Presentado en el Sábado del Libro el ensayo Che Guevara y el debate económico en Cuba


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La presentación corrió a cargo del doctor Aurelio Alonso, Premio Nacional de Ciencias Sociales, subdirector de la revista Casa de las Américas

El más reciente Sábado del Libro rindió homenaje  al  aniversario 87 del nacimiento de Ernesto  Guevara de la Serna, con la presentación del volumen Che Guevara y el debate económico en Cuba, Premio Especial de Ensayo Ezequiel Martínez Estrada 2014, de la Casa de las Américas, del investigador brasileño  Luiz Bernardo Pericás.

La presentación corrió a cargo del doctor Aurelio Alonso, Premio  Nacional de Ciencias Sociales, subdirector de la revista Casa de las Américas, quien realizó una profunda e importante  intervención que constituyó un  “tercer prólogo” al texto de Pericás, y que en su opinión fue ” muy poco ortodoxa”.

Este libro ha sido publicado  por el Fondo Editorial Casa de las Américas,  a partir de una excelente traducción de Rodolfo Alpízar , y es un concienzudo examen del pensamiento económico del Che y de aquellos debates abarcadores de sus ideas y de otras tendencias que se suscitaron a principios de los años 60 en Cuba, y en otros países, luego del triunfo revolucionario, y de las necesarias decisiones de índole económico que  revertían toda la situación anterior a 1959.

El espacio dio inicio con la lectura por parte de Rodolfo Alpízar de un mensaje que le enviara  Luiz Bernardo Pericás, al saber de la publicación y presentación del libro en La Habana; Pericás expresa en el mismo su felicidad por la edición en Cuba por la fecha del aniversario de nacimiento del Che y de José Carlos Mariátegui, otro estimado revolucionario.

En cuanto al libro señala que forma parte de la producción de escritores brasileños sobre la Isla, destinado a lectores brasileños, y que discute temas candentes en la izquierda latinoamericana “pero que solo es una contribución a la discusión, en Cuba hay excelentes libros sobre el Che”, afirma en la nota el historiador.

El doctor Alonso expresó que se siente muy honrado por la posibilidad de presentar este texto, por su importancia y por la fecha en que se ofrece a los lectores, en el año en que se conmemoran los 50 años de la publicación del Socialismo y el hombre en Cuba, también de Ernesto Guevara. “Su pensamiento, las constataciones prácticas a que llegó y el debate, lo llevaron a criticar los causes dados al proyecto socialista, por ello su estudio cobra hoy actualidad”.

Seguidamente expresó que Pequín y Moscú reformaron con claves distintas sus sistemas y se revelaron diferentes en los resultados de sus reformas, “tema en el cual no nos vamos a meter. Nos hubiera gustado tener a un Che vivo para que reflexionara sobre la realidad actual del mundo”.

Dijo igualmente que Pericás en su ensayo no se limita a tratar el tema puntual de las afinidades y diferencias en la elección de un modelo económico de transición, tema que ha sido estudiado con mucha seriedad por economistas, sociólogos, politólogos  e historiadores;  lo original de su obra radica en el tratamiento histórico de la evolución de su pensamiento y su proyección política consecuente en ese corto período que corre entre el año 1959 y  1965; toda la genial e intensa producción teórica del Che, toda la evolución y maduración del sentido crítico del socialismo se produce solo en seis años.

Comentó además que en las primeras ciento veinte páginas del texto, el ensayista coloca al Che en el panorama revolucionario del comienzo  de los años 60, y luego realiza en el segundo tercio de la obra valoraciones en torno al debate  sobre el  modelo económico; en este segmento brinda una buena selección de momentos de los años que anteceden a la diferenciación madurada de modelos o de proyectos de construcción socialista y la definición fundamentada de una opción original.

Destaca la importancia que tuvo el Instituto Nacional de la Reforma Agraria, que caracteriza como institución poderosa que funcionaba casi como un gobierno paralelo dada la concentración que propiciaba el INRA a las nuevas estructuras que eran los embriones orgánicos de la economía socialista que en su seno se iba gestando “se volvió una especie de claustro materno del socialismo cubano”, afirmó Alonso.

En esta parte también Pericás destaca hitos significativos de la involución de las relaciones con Estados Unidos a partir del año 1960, y recuerda cómo el Che reconoce en ese tiempo ya, los errores de los revolucionarios en los cargos de dirección como la principal causa de los reveses económicos “ juicio riguroso éste por parte del Che cuando el hostigamiento económico de los Estados Unidos comenzaba y la fuga de profesionales,- que fue muy grave, no solo la de los médicos-, dejaba desprovisto de técnicos al país”, citó a Pericás cuando refiere en el libro que de 300 ingenieros agrónomos que existían en Cuba al triunfo de la Revolución 270 emigraron a principios de los 60, cifra mucho mayor que la de los médicos que abandonaron el país.

Recalcó además Alonso que Pericás deja bien claro el hecho de que la industrialización del país ocupó el primer peldaño en la atención del estado, puestas en ella las esperanzas de un desarrollo en lo económico, el que realmente se da entre el 60 y el 62, junto a la introducción de la planificación económica, que según Pericás “más allá de los aspectos técnicos era una medida política”.

El ensayo hace referencia además a la peligrosa desatención de la principal fuente de ingresos del país: la industria azucarera,  en aras del objetivo supremo que era la industrialización, lo que unido al cambio en la estructura de la propiedad de la tierra explican la caída de las zafras azucareras en  estos años y esta caída pagó por aquel crecimiento industrial.

Más adelante comentó Alonso lo apuntado por el autor acerca de que el Che consideraba, y reiteró en más de una ocasión que no sería posible una economía próspera si casi la mitad de la población quedaba fuera del mercado de consumo, “esto es válido para nuestros días y para las reformas que apliquemos”,  aseguró.

En cuanto  a la importación de equipos  Pericás explica cómo  raras veces lograba sincronizarse con la construcción de fábricas y la depreciación de las maquinarias adquiridas y almacenadas en espera de ser puestas en funcionamiento “se convirtió en una enfermedad crónica”. A finales de 1964 solo el 50 por ciento de la capacidad de la maquinaria importada estaba funcionando, debido a problemas de mantenimiento, de reparaciones y de organización.

“Esta ubicación histórica de las estrategias y de los problemas para hacer funcionar un proyecto de desarrollo económico planificado antes de hablar de un debate en torno al modelo económico a seguir, me parece esencial para comprender al Che, a la década del 60, al país, e incluso al socialismo como sistema”, aseveró el presentador.

La investigación aborda el centro del debate económico existente en Europa del Este en la época, y en Cuba, la diferencia entre el sistema presupuestario de financiamiento que proponía el Che, y el sistema de cálculo económico que era como se le llamaba al sistema soviético, ambos centralizados y de planificación estatal.

La propuesta del Che se basa en el rescate de un rasgo organizativo de la producción capitalista; “por lo visto para el Che se hacía tan importante  recatar las armas valiosas del capitalismo como  identificar  y decantar las armas melladas; hay que saber rescatar las armas valiosas del capitalismo si queremos que el socialismo se convierta en un sistema viable”, declaró el doctor Alonso.

La diferencia fundamental de la propuesta del Che, con la alternativa soviética era el papel que se atribuía al plan como elemento central e integrador del sistema, y el espacio dejado al mercado “¿Cuál va a ser el elemento central?   ¿El mercado o el plan de la economía? Que conste que es un problema que vuelve a ser para hoy”, ratificó el investigador.

“A mi juicio el problema esencial para el Che, no era si la ley del valor funcionaba o no, sino si sería legítimo su funcionamiento para regir las relaciones entre las empresas socialistas”, comentó y seguidamente recordó que el Che siempre vivió una economía mixta en Cuba, pues es en el año 1968 en que se produce la ofensiva industrial que barrió con la pequeña empresa que quedaba en el país. El Che nunca pensó que los puestos de frita había que nacionalizarlos, (…) por lo que no tenemos que pensar en la visión centralizadora del Che como enemiga de la pequeña y mediana empresa”, argumentó.

Hacia el final resaltó esta sentencia de Pericás: “Para que se pueda comprender en la práctica al hombre nuevo de Guevara, es necesario explicar  tres momentos fundamentales que componen esta idea: sistema de incentivo, -relación entre morales y materiales,-, el trabajo voluntario y la emulación socialista”.

“Pericás nos ha dado en esta obra un ensayo riguroso, profundo, atrevido, comprometido y  polémico sobre el pensamiento del Che que merece ser conocido y que aportará mucho a nuestra cultura y al debate sobre el socialismo”, validó Alonso.


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