El investigador cubano Rafael Acosta de Arriba aseveró que El camino de la desobediencia, de Evelio Traba, no enfatiza demasiado en el hombre político, sino que centra su atención en su interacción con los otros, familiares y amigos principalmente. En este plano es sumamente revelador el tratamiento que hace de la relación con su padre, una de las subtramas mejor logradas en el texto, entre tantas otras.

En la presentación del libro, publicado por Ediciones Boloña, sello de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, el también escritor, poeta, crítico de arte y ensayista indicó que “Traba nos ofrece un Céspedes, el suyo, pleno de originalidad y totalmente creíble”; también precisó que esta novela biográfica discurre entre el soporte seguro del rigor investigativo y la expandida y rica imaginación del autor.

En las palabras introductorias del volumen, el Dr. Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad, subrayó que “concluida la apasionante lectura de esta novela, acuden a mi memoria los ensayos y biografías ya clásicas inspiradas en la vida de Carlos Manuel de Céspedes. También sus cartas, diarios y otros documentos que durante más de un siglo han delineado el perfil del fundador. He llegado a la conclusión de que el autor de esta obra ha superado el difícil ejercicio de asumir los diálogos y el pensamiento del protagonista y sus contemporáneos”.

Acosta de Arriba fue quien envió la novela al Dr. Leal, que se impactó por la belleza literaria y precisión histórica del texto y decidió publicarla en Cuba.

Evelio Traba, que dedicó años de investigación para concebir su obra, confesó que “Céspedes supo lograr encontrar su lugar en la historia, que tomó el camino de la desobediencia, de apartarse del colonialismo español, pero desde mucho antes del 10 de octubre de 1868. Y es que Céspedes quiere modernizar a Cuba, separarla del imperio español, poner a Cuba a la altura del mundo. Era un hombre que había estado en Europa, había estudiado dos años en Barcelona, hablaba seis idiomas, por lo que era un hombre de mundo y sabía qué quería él y otros varones ilustrados para Cuba. Quise reflejar una doble combinación en la novela: está la del hombre político, pero también la del amante, del hombre fervoroso, del enamorado, del admirador de la belleza”.

Agradeció a todas las personas que contribuyeron a la publicación del volumen, y mencionó, de manera particular, al Dr. Leal, al que reconoció como toda una autoridad en el tema cespediano: “Él fue quien rescató el diario perdido de Céspedes porque no se puede entender la Guerra de los Diez Años sin leer este manuscrito. Además, Leal ha brindado disímiles perspectivas sobre el Padre de la Patria en el plano humano. Entonces, fue para mí alegría, susto —no sé cuántas cosas a la vez— el hecho de que Eusebio quedara complacido con la novela”.

Publicado: 11 de octubre de 2017.