“Si ves un monte espumas / Es mi verso lo que ves; / Mi verso es un monte, y es /Un abanico de plumas (…) Mi verso al valiente agrada: /Mi verso, breve y sincero/ Es del vigor del acero/ Con que se funde la espada”[1]
Y así, con la cadencia, fuerza y espiritualidad de los versos martianos tomados como evocación por quien escribe estas líneas, transcurrió igualmente la atmósfera de presentación de dos libros de poemas en el Centro Cultural Dulce María Loynaz, en esta capital. Estos fueron: Balada del árbol que fue rosa, del escritor, cineasta y político argentino Jorge Coscia (Buenos Aires, 1952), y Las flores del bien, de la prestigiosa poeta Aitana Alberti.
Durante la presentación de la obra Balada del árbol…, a cargo de la poeta Basilia Papastamatíu, esta destacó no solo los valores que acompañan a Coscia como creador —al hacer mención a una serie de obras publicadas de su autoría entre novelas, ensayos y poemarios—, sino también el haber sido un político de alto rango (Secretario de Cultura), durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner en la Argentina, además de amigo solidario y entrañable de Cuba y su Revolución.
En la escritura de Coscia, Basilia destacó que, en lo que respecta a la poesía “en dos de sus últimos libros publicados, hallé un ejercicio del lenguaje poético que sigue siendo tan vigente y necesario como siempre, y es el de la literatura de compromiso social, política que, desde tiempos inmemoriales ha acompañado a los pueblos en sus luchas épicas y de resistencia como testimonio de sus héroes, victorias y derrotas; pero que, algunos consideran del pasado, producto de una escritura que no corresponde a la compleja retórica contemporánea (…) Sin embargo, en nuestra región latinoamericana —y quizás ahora más que nunca—, se observa una tendencia y hasta urgencia en sectores claves intelectuales (artistas y escritores), por acompañar y respaldar con sus obras sus ansias de libertad política e independencia económica contra los poderes hegemónicos, que siempre buscan agresivamente extender su dominio y control por el mundo (…) Y es así cómo los poemas de Balada del árbol… se entroncan en esta corriente que, desde las mismas Ilíada y Odisea pasando por Los Cantares de gesta… los combativos textos de las Revoluciones Francesa y Rusa, buscan la libertad definitiva que han acompañado desde siempre e históricamente las luchas sociales y revolucionarias de los pueblos.”
A continuación, Basilia mencionó los nombres de connotados poetas latinoamericanos, luchadores por tan nobles causas, como fueron: Roque Dalton, Pablo Neruda, Ernesto Cardenal, Vallejo, Nicolás Guillén…
Por su parte, el intelectual y político argentino Jorge Coscia confesó que “debo a Cuba el haber vuelto a escribir poesía, porque lo hacía desde los diez años; pero luego pasó el tiempo, vinieron luchas políticas, y cierto distanciamiento al verme obligado a escoger entre ser poeta o militante. La tradición política en nuestro continente tiene maravillosos ejemplos de poetas militantes como son los gigantescos ejemplos de José Martí y de José Hernández, y como otros también como el Che Guevara, Vallejo. Neruda…
Al definir a la dolorosa postmodernidad, “venida de la mano y del auge del neoliberalismo, es su intento de matar a la poesía; de matar el arte. No hay que ser sensiblero, sino ser sensible. Neutralizar la sensibilidad es, de alguna, manera, neutralizar el arma más poderosa que tenemos que es sentir y cantar. Cantar con la poesía, con la palabra, es también otra valiosa tradición. Y en esto Cuba nos ha enseñado mucho con la trova”.
El connotado poeta cubano Roberto Manzano tuvo a su cargo la presentación de Las flores…, de la autora Aitana Alberti, de quien dijo “tiene detrás dos brillantes: un padre y una madre de talla universal y, detrás de ellos, toda una generación de escritoras. Aitana se ha consagrado y puesto su vida íntegra al recuerdo y sobrevivencia de toda esa huella imborrable que marcó la juventud de sus padres y de quienes le siguieron después, ya fallecidos”.
El poemario Las flores…, Aitana lo dedica a nueve personalidades femeninas de la Cultura universal. Algunas, conocidas a modo personal (las cubanas Fina García Marruz, Nancy Morejón, Rosario Cárdenas y su madre, María Teresa León) y otras, estudiadas y reconocidas universalmente (Dulce María Loynaz, Juana Borrero, Alfonsina Storne y Ana Frank).
En su último poema dedicado A mi madre, Aitana concluye con estos emotivos versos: “Regresarás a mí/ para nacer mi muerte”.
Mención aparte merece la confección de forma artesanal y de gran belleza artística de ambos títulos, gracias al talento y dedicación de brillantes creadores pertenecientes a la Casa Editora Cuadernos Papiros, ubicada en la oriental provincia cubana de Holguín.
[1] José Martí: Obras Completas. Poesía, Versos Sencillos. T.16. pág.72.
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