Rolando Estévez no es un artista que admita encasillamientos. Aunque ha alcanzado sus mayores logros en el diseño gráfico del libro, ha incursionado en múltiples vertientes gráficas gracias a lo que parece un insaciable apetito creativo.

La veta artística que derivó en el diseño editorial la cultivó con mayor esmero alrededor de 1985 -con la colaboración del poeta y promotor cultural matancero Alfredo Zardíval- con quien creó en conjunto en aquel momento las famosas Ediciones Vigía.

Foto: Cortesía del artista

El Premio Nacional de Diseño por la obra de toda la vida le fue otorgado ya hace casi una década por el Instituto Cubano del Libro y el Ministerio de Cultura de Cuba; y en el 2010 su obra resultó también doblemente distinguida en el Salón Nacional de Gráfica 26 de julio por las obras presentadas por este creador y diseñadas por Ediciones Vigía.

Para dotar a Ediciones Vigía de la autoridad y visualidad de la que goza hoy, con sus libros, pergaminos, revistas, plaquettes y sueltos, su labor fue fundamental.

Prestigiosas instituciones culturales como el Ibero-Americaniches Institur en Berlín, la Biblioteca Británica de Londres, el Museo Atlántico de Artes Contemporáneas de Islas Canarias, el MoMa de New York, el Grolier Club y las Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, entre otros centros académicos, han atesorado la conservación de los libros de Ediciones Vigía.

El Museo de Arte y Arqueología de la Universidad de Missouri alberga, además, una colección de ejemplares únicos de Rolando Estévez. Desde 1972, cuando recibió la Mención en de Diseño Gráfico en el Salón de Juvenil Nacional, él ha desatado una prominente carrera; ha participado en una treintena de salones y exposiciones colectivas dentro y fuera de Cuba y ha formado parte de más de treinta exposiciones individuales en los diferentes géneros plásticos que ha cultivado. Sus diseños escénicos destacan por haber recibido varios reconocimientos nacionales.

Foto: Cortesía del artista

Como parte de las actividades de la Bienal de La Habana, este 27 de enero el artista matancero inauguró Ex Libris. La huella de Eva, una cuidadosa y esperada exposición de libros-arte en la capital.  Siete libros con su despliegue visual, que están dedicados a igual número de mujeres con una obra que refleja sus más íntimos conflictos y vida, fueron llevados a la Galería Villa Manuela, de la Uneac.

“Son siete piezas, algunas de gran formato entre libros e instalaciones. Uno de ellas es especialmente un libro-instalación-performance basado en esa mujer venida del hombre, el transformista que quiere convertirse en mujer, inspirado en el poema del dramaturgo Norge Espinosa. Hay una pieza también, Amo a mi amo, dedicada a la poetisa Nancy Morejón, que versa sobre el poema antológico donde la heroína es una esclava del siglo XIX, una enamorada de su amo con quien comparte una cercanía física y espiritual en medio de esa contradicción social”, comentó el artista.

Foto: Cortesía del artista

Multifacético, abarca el dibujo, la instalación y la fotografía manipulada, el objeto-arte y el libro-arte; el diseñado escénico (con grupos como Mirón Cubano, D’Sur, Buendía e Icarón fundamentalmente), imparte docencia talleres sobre técnicas de diseño escénico y un curso sobre diseño básico.

“Mi obra plástica ha sido y será muy diversa. Soy un artista de la plástica que además de tener una obra individual, se dedica al diseño de unos libros que considero bien especiales, yademás, al diseño para la escena teatral. Hay quien ha dicho que mi plástica es muy teatral o que en el dibujo hay influencias de la ilustración. Todo es posible. Son actos diversos pero confluyentes. Los temas que he abordado son también muy diversos, han cambiado según se haya movido el blanco. Las maneras de afrontarlos es también el contenido. No me preocupan los estilos; creo que estos tiempos exigen esa pluralidad”, dice el artista, como un credo, sobre sí mismo.

El poeta ha hilado los versos de los poemarios El dios tardío, Suite para voz y corazón en traje negro, Mar mediante, Oráculos en bandeja de aluminio oLa vena rota. En la senda poética que decidió recorrer hay un sentir de extremo arraigo por su tierra matancera. En su obra toda se siente una mixtura creativa espiritual.

Creó la línea de diseño que distingue a la Editorial Vigía desde su fundación en 1985, publicación de solo doscientos ejemplares totalmente manufacturados e ilustrados con dibujos originales, materiales pobres y naturales, y gran variedad de papeles y técnicas artesanales. Pero esto no le bastó al artista. En la actualidad dirige la editorial artesanal El Fortín, fundada por también por él.Su Fortín está en Matanzas y está dedicado a la producción de este creador como artista del libro-arte, a la producción del sitio que hace los originales múltiples de 40 a 60 ejemplares y sirve de espacio asimismo para que los jóvenes se inserten en el mundo editorial y que otros artistas que no sigan estos derroteros puedan ser promovidos igualmente.

“El Fortín prepara algunos libros para la Feria internacional del Libro de este año. Proyectaba la culminación de las obras de construcción de este mi estudio y galeríapara este 28 de enero; sin embargo, será para el primer trimestre de este año que abrirá sus puertas como un homenaje a Martí, alrededor del 19 de mayo”, agrega.

Se advierte la impronta de un artista al que no le interesa en sus realizaciones esconder el proceso que ha seguido para conseguir los efectos deseados. Del libro-objeto artístico preexistente –poemas escritos por Nancy Morejón, Norge Espinosa y la mayoría por el mismo Estévez, que cuentacon una reconocida trayectoria literaria– a la instalación visual, concebida ésta como estructura compleja, abierta a múltiples lecturas. Cada gesto de su poética deja una imagen totalizadora de su creación.

En Ex Libris: La huella de Eva, la palabra pesa con densidad metafórica.En cada una de las propuestas está la imagen: el rostro, cuerpos, objetos, lugares; asociaciones diversas que se entretejen, articulan y dialogan, que el creador quiere compartir. La palabra como soporte de la memoria, de evocaciones que no se dejan arrastrar por ese sentimiento nostálgico de los recuerdos, sino parten del impulso de sus vivencias. Esa es su voz visual desplegada ahora en la Galería Villa Manuela.