Muchos son los nobles adjetivos que a través del tiempo se han empleado para calificar, en lo humano y lo profesional, a la persona que fue Marta Jiménez Oropesa, de cuyo fallecimiento en La Habana se cumplen 9 años este 21 de enero.

Pero si solo aludimos a su extensa trayectoria artística, sería el de “versátil” quizás el más exacto, teniendo en cuenta su exitoso desempeño en todos los medios de comunicación, incluido el teatro.

Con tan solo 7 años subió al escenario del Teatro Nacional, hoy Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, para interpretar al hijo de la protagonista en Madame Butterfly, de Giacomo Puccini.

Luego, con apenas 13, comenzó a trabajar en los programas infantiles de Radio Lavín, más tarde emisora Mil Diez, iniciando así una larga historia de amor con ese mágico mundo poblado de micrófonos, cabinas y efectos sonoros, en el que habría de permanecer hasta los últimos años de su existencia.

A estos espacios le siguió el programa de crónica roja “El suceso de hoy”, más conocido como “La guantanamera”, en CMQ Radio, estación en la que formó parte del elenco de numerosas novelas hasta que, en 1950, con la llegada de la televisión a nuestro país, es reclamada ante las cámaras por su ya reconocido talento como actriz, animadora, conductora y directora de programas.

Veinte años después de haber actuado en el filme “Chicharito alcalde”, en 1959 fue llamada para el rodaje de “La vida comienza ahora”, de Antonio Vázquez Gallo, siendo en ese año que también se iniciaría para ella una etapa de plena integración al proceso social que encauzaba al país, realizando a partir de ahí una destacada labor sindical y de capacitación al personal de la radio en todo el país.

En abril de 1965 sale por vez primera por las ondas de Radio Progreso el programa Alegrías de Sobremesa, espacio al que se suma casi desde las primeras emisiones con el personaje de Rita Pranganillo,  que memorablemente estuvo encarnando por más de cincuenta años.

La desaparición de este programa en 2017, tras la muerte de su guionista y director fundador, Alberto Luberta, fue un golpe demoledor para la actriz que según cuentan solía afirmar “Rita soy yo”.

En vida, recibió reconocimientos tan importantes como los Premios Girasol de la Popularidad, el Premio Nacional de la Radio, el Premio Nacional del Humor y la medalla Alejo Carpentier. Tras su desaparición física, el Consejo Nacional de Artes Escénicas y la Agencia Artística “Actuar” instituyeron la Distinción Marta Jiménez Oropesa que se entrega a relevantes figuras de la cultura cubana.

Mas, el mayor homenaje que siempre recibió y aún perdura es el amor que le prodigó su pueblo; ese que cuando la recuerda, tan talentosa y humilde, no puede menos que exclamar “¡Qué artista, caballero, pero qué artista!”