Recientemente fue presentado en el Sábado del Libro el volumen El imperio de la música cubana, del periodista e investigador Rafael Lam, que publicó la editorial José Martí, en su colección Cinquillo
El imperio de la música cubana, trata de argumentar cómo la pequeña Isla caribeña ha creado una música de incuestionables valores, que ha trascendido sus fronteras y es reconocida en el mundo entero por sus aportes a la historia sonora internacional.
Cubarte conversó mucho con Lam --lo cual es un disfrute-- acerca de este libro, de otros por venir y de otros temas todos relacionados con su pasión por la música cubana y por la necesidad de conservar y conocer la historia de la misma.
En la presentación de El imperio de la música cubana, usted expresó la intención de unir a los músicos cubanos. ¿Es que están tan desunidos?
No están todo lo unidos que se merecen, porque los medios directivos no han logrado que se aúnen. Yo lo logré con el libro Los reyes de la sala, que se unieron todos, los del Buena Vista Social Club, los de la salsa, de la timba, Senén Suárez, gente de la vieja guardia, anterior al Buena Vista…
¿Y qué va a hacer para lograrlo?
Tengo pensado que una vez al año, el día de la fundación de la ciudad, el 16 de noviembre, se reúnan en el museo del Ron Habana Club, con artistas de todo tipo, con deportistas amantes de la música y hacer un lechón asado y a gozar allí con los músicos, y esto va a ser importante sobre todo porque la música cubana se encuentra en un zigzag, en una crisis en estos momentos.
¿Cómo usted conceptualizaría ese zigzag, esa crisis que menciona?
Cada comienzo de década,--no solo de siglo-- igual que ocurrió en los 60s, en que Juan Formell empezó a experimentar y se veía muy mal aquello, los músicos empiezan a experimentar hasta que encuentran una nueva música; ahora no hay una fisonomía de la música cubana, como decía Portillo de la Luz, todo el mundo hace cualquier cosa, la fusión…, no hay una línea, no hay un formato como con el Chachachá la Charanga, ahora hay de todo, es como un collage, entonces falta una fisonomía de la música cubana.
Bueno, no hay una fisonomía de la música cubana según usted, pero a la vez hay una diversidad creativa y de géneros, formatos, estilos y eso es riqueza, ¿dónde está el problema entonces?
Que no se ha definido un ritmo, un género, siempre existe la vanguardia de un género; por ejemplo cuando la timba todo el mundo fue por ahí, hasta la gente de la trova hacía su timba y se unía a las agrupaciones que hacían timba, en estos momentos no lo hay, hay mucha dispersión, es lo que yo veo , por eso es que digo que falta una definición de la música pero se va buscando y yo digo que la rumba, la conga y el son siempre van a unificar todo eso, pienso yo, porque son la base, el fundamento.
¿Qué más piensa intentar para lograr esta unión?
Los libros que estoy haciendo, una peña que pronto comenzaré a conducir en la Casa de México, una vez a la semana para que vayan los músicos todos; estoy buscando vías no oficiales para que los músicos se reúnan e intercambien, y conversen de lo que quieran, no problemas sindicales, sino cuestiones de la música y de todo lo que pasa en Cuba y en el extranjero, pero no para hablar de problemas sino para que se unan y planeen cosas entre ellos.
¿Cuáles son los otros propósitos del libro?
Defender a la música y a los músicos cubanos, pero en la primera parte, en sus diez capítulos, persigo mostrar la fuerza y el poderío de la música cubana que le permiten ser un imperio, porque cuando yo empezaba todos los críticos, los musicólogos y los periodistas decían que la música cubana era importante, mencionaban a Matamoros, a Sindo Garay, a los grandes, pero yo quise decir y explicar por qué es que es importante y trascendente.
Y la segunda parte está dedicada a reseñar a cien celebridades de la música cubana, no solo académicos, hay de todo en el libro…
¿Cuál fue el criterio de selección que usted siguió para decidir que fueran estos cien músicos?
Quise hacer una abanico, que hubieran músicos de la llamada sinfónica como Amadeo Roldán y de la música popular, e instrumentistas piano, guitarra…, hasta güiro; hay directores de orquestas, trovadores, arreglistas, orquestadores, oficiantes de la música cubana…
¿A quiénes llama usted oficiantes de la música cubana?
A personas como Ninón Mondéjar, director de la orquesta América, que impuso el Chachachá y que es un hombre que tiene que estar en el libro aunque no era un músico de academia, al igual que Rolando Valdés, director de la orquesta Sensación, o Revé, eran hombres que formaban la música, hacían la música, la conformaban para que la gente bailara.
¿En el presente hay oficiantes de la música cubana?
Sí.
¿Quiénes?
Leonel Limonta, director de Azúcar Negra, por ejemplo y algunos otros que no son músicos, son compositores, promueven la música y tienen ideas.
¿Qué lugar ocupan en su obra los jóvenes que hoy están haciendo la historia de la música cubana también?
Bueno en este libro está Gonzalito Rubalcaba, hay otros jóvenes pero en otros títulos de la colección voy a introducir a músicos más nuevos, a muchos de los nuevos pianistas que tenemos “que están acabando” por el mundo; no podrán estar todos pero los que no estén en un libro estarán en otro...
Pero, ¿en cuál estarán los más jóvenes?
Ya yo tengo publicados Esta es la música cubana, Polvo de estrellas, entre otros, donde aparecen muchos cantantes y músicos jóvenes, además de los consagrados, como Celia Cruz, de la que aparece su historia completa.
De todas maneras en la historia de la música cubana que voy a hacer, que tendrá mil páginas, no podrán caber todos porque es una cifra enorme, pero voy a integrar una selección de los grandes todos, los de antes y los jóvenes.
¿Qué títulos publicará próximamente?
Con la Editorial José Martíesta Historia de la Música Cubana de la que te hablé que si se demora mucho su publicación la subo a Internet para que si me muero esté ahí, y yo desde allá verla; uno dedicado al grupo Buena Vista Social Club y el son cubano, que está listo para salir en la Feria Internacional del Libro de febrero del 2017, y una biografía completa de Benny Moré de setenta capítulos y trescientas páginas que estoy luchando para que pueda presentarse en su centenario teniendo en cuenta que él es el símbolo de la música cubana, lo más grande de América, no solo de Cuba.
También un libro que será muy importante que es La Habana bohemia: 500 años, que es la nostalgia de la gran Habana, que saldrá en conmemoración del quinto centenario; ahí está todo lo que pasó en la vida nocturna de La Habana, toda la “gozadera”, desde Marlon Brando bailando Chachachá en las Playas de Marianao, hasta Frank Sinatra con la mafia, todo, todo….
¿Dónde obtuvo tanta información?
Es que he vivido estas cosas durante muchos años, desde que empecé…, mucha gente ha querido hacer ese libro, alguien lo tenía que hacer; en el extranjero muchos tuvieron la intención pero de memoria no se puede hacer un libro, hay que investigar, hay que buscar, hay que vivir aquí, ya los que no viven aquí a los tres meses se les olvida todo, yo viví fuera y me pasó.
Yo lo estoy haciendo para que todo el mundo lo disfrute.
¿Qué apoyo recibió para la realización de este libro?
Ninguno, yo solo, cuarenta años de trabajo o cincuenta, con fotos y todo.
¿Cómo fue el proceso de elaboración?
Yo compilé todas las crónicas que he publicado durante este tiempo y las reuní por capítulos, entre ellos los más difíciles son los que se refieren a los Cabarets, las Sociedades, las Academias de baile y salones, y esos ya yo los tenía hechos.
¿Incluye el nacimiento del baile de Casino?
Sí, ahí está todo, algunas cosas se escaparon, pero es porque no se podía hacer un libro tan largo, pero se podrán hacer otros.
No estoy escribiendo un libro estoy conformando un libro, con estas cosas que están publicadas en prensa plana y en Internet.
¿Cuándo saldrá este libro? ¿Quién lo publicará?
Está listo para salir el año que viene por Ediciones Cubanas, de Artex, que como tú sabes presentó recientemente Juan Formell y Los Van Van. La leyenda. Ya está preparado para imprimir, con espectaculares fotos de lo que fue La Habana; ¡Imagínate, Marlon Brando con Guillermo Cabrera Infante!, y otras muchas, interesantísimas todas.
Ciro Bianchi lo ha considerado el cronista definitivo de la música cubana. ¿Le agrada sentirse así?
Ciro era mi jefe en la revista Cuba Internacional, él fue el que me pidió que hiciera estas cosas y muchas de ellas las publicó.
Y sí, me gusta sentirme así, porque pude hacerlo, pues tuve tiempo y vivencias, no “por cabeza”, es que siempre he andado solo en la calle, voy a todos los lugares, a todas las presentaciones, incluso si hay un muerto para allá voy a ver por qué y cómo lo mataron, todo lo quiero saber; eso es malo por una parte porque me he buscado heridas en la cabeza, he estado en medio de tiroteos, he estado en todas…, pero las experiencias buenas son las mayores.
Para hacer lo que hago hay que estar en todas partes por ejemplo ir en un camello a las doce de la noche para La Tropical, porque tienes que verlo todo.
¿Sigue aún viéndolo todo?
Sí, aunque y algunas cosas no necesito verlas, porque ya las vi.
¿Usted baila Lam?
“Tipo extranjero” (risas), pero me muevo bastante porque domino la clave, y por ejemplo para la timba no había que saber bailar, porque era suelto. Yo disfruto la música pero lo que más disfruto es ver la gente bailar; yo voy a los conciertos no solo para apreciar las interpretaciones y ejecuciones, voy esencialmente para ver al público.
Yo soy un sociólogo: la reacciónde la gente, eso no falla; cuando veo a la gente enloquecida con algo digo: ahí está la cosa; no es lo mismo cuando el ambiente está frío, y no pasa nada…, sin embargo cuando tumban las puertas, ahí hay que estar.
¿Y va a ver las actuaciones de los jóvenes?
Las veo porque mi hija que es mi guía, me indica.
¿Influye usted en los gustos musicales de su hija?
No, yo la dejo que vea lo que quiera, porque si no la pierdo y yo no la quiero perder; cuando crezca va a buscar a Vicentico Valdés, al Bola, porque ella ya sabe “dónde está la verdad”; ella está en su momento, pero yo la preparo.
¿Cuántos libros van a componer su colección?
En total son veinte libros; hay uno muy lindo que contiene las historias de cómo fueron compuestas 280 hermosas canciones cubanas y la historia de la canción cubana que no existe.
También Los reyes del mambo, El Chachachá y otros, que hay que publicar, porque son la historia y si no se hace ahora no se hará nunca, porque los que vienen ahora “no están para eso”.
¿Usted es de los que piensan que nunca volverán a surgir un Benny Moré, una Rita Montaner, un Bola de Nieve, una Celia Cruz…?
Van a surgir otras cosas que no tienen nada que ver con ellos, que serán interesantes sobre todo para la juventud, pero ellos quedarán para la historia no solo de Cuba.
Dice el maestro Leo Brouwer, que eso ocurre cada un siglo.
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