Raúl Paz, al fin, ofreció su concierto a La Habana en el teatro Karl Marx. La lluvia ganó los tres intentos anteriores programados al aire libre de realizar este espectáculo que forma parte de los Diálogos Itinerantes conectando por Cuba, recorrido en el que el historiador Ernesto Limia ha presentado su libro Cuba ¿Fin de la historia? en varias universidades, para provocar un ejercicio de pensamiento sobre el país que somos, queremos y soñamos.
“Fue una idea de dos amigos para poner de moda el pensamiento, la inteligencia y la cultura, en estos tiempos de tanta apatía. Realmente fue maravilloso, fue extraordinario encontrar un país y saber que hay un país. Hay gente muy linda y muy diferente que quiere hacer cosas, cosas diferentes”, confesó Paz al público.
Renombrados artistas de la plástica cubana contemporánea como Abela, Diana Balboa y Choco junto a algunos espectadores crearon un mural que sirvió de escenografía. “Ellos son la fantasía pura, el arte puro, el sueño puro, hacedores de sueños y coloreadores del mundo”, declaró el popular cantautor.
Compartió una veintena de canciones, especialmente de los discos Ven Ven y la Otra Esquina, con un público heterogéneo de jóvenes que iluminaron el teatro con sus teléfonos móviles, niños atentos bailando con sus padres bailando y personas de mucha experiencia que coreaban sus más conocidos temas.
Especial e interesante, fue la reflexión de Raúl Paz sobre la esencia que distingue a los nacidos en esta Isla: “Nosotros somos raros, somos un país raro, yo he vivido por ahí, en algunos países y verdad que somos raros, pero ese es el swing. Somos un país loco y aparte. El día que perdamos esa locura y ese aparte nos van a comer como un pececito en una pecera”, y añadió “Cuba es cosa rara entre azul bonito y marrón profundo, eso no lo quiero perder nunca”.
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