Carlos Celdrán, reconocido dramaturgo, director teatral y pedagogo cubano, recibió en el Día Mundial del Teatro, el Premio Omar Valdés por la Obra de la Vida, que otorga la Asociación de las Artes Escénicas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en la sede de esta institución.
Celdrán, director artístico y general de Argos Teatro, grupo que funda en 1997, preside actualmente el Centro Nacional del Instituto Internacional de Teatro en Cuba (ITI).
Las palabras de elogio al homenajeado estuvieron a cargo del popular actor Rolando Núñez, presidente de la Asociación que confiere este lauro; en sus palabras Núñez significó la dedicación de Celdrán al fomento del teatro cubano y su indiscutible aporte a la Cultura Nacional.
El Premio Omar Valdés es el más alto galardón que concede la Asociación de Artes Escénicas, de la UNEAC, con el cual distingue en esta ocasión los 19 años de carrera artística de Carlos Celdrán que han estado consagrados a la promoción de lo mejor de la manifestación en Cuba y el mundo.
Carlos Celdrán (La Habana, 1963), fue graduado de honor en la especialidad de Teatrología y Dramaturgia del Instituto Superior de Arte de Cuba, con la obra Catálogo de señales, en el año 1985.
Ha llevado sus muchas puestas en escena, a espacios teatrales notables del mundo, en países como Inglaterra, Reino Unido, Estados Unidos, Italia, Argentina, Francia, España, Países Bajos, Australia y Alemania. En algunas de estas naciones ha impartido además cursos y talleres a partir de su experiencia en la dramaturgia.
Es acreedor de la Distinción por la Cultura Nacional otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba y ha recibido en varias ocasiones el Premio Villanueva que confiere la crítica especializada, y el Premio de la Crítica, así como el Caricato de la UNEAC.
En declaraciones a Cubarte, Celdrán confesó que la distinción fue una gran sorpresa, “porque ni me lo imaginaba, siempre pensé que era un premio que se le daba a las personas cuando ya estaban cerrando su vida y su trabajo, pero bueno también pienso que saltar etapas puede ser interesante y son años de trabajo también.
Me siento muy complacido en particular porque lleva el nombre de Omar Valdés que era amigo mío, una persona a quien yo quise mucho, que estimé, y que se una mi vida a su nombre me parece una cosa bonita en el tiempo”.
Recordó igualmente en este instante a los compañeros y maestros que hicieron posible que recibiera este lauro: “Hay muchas personas, las hubo en el inicio, las hubo durante mi carrera y las hay ahora mismo; muchas se mantienen y muchas cambian; no puedo dejar de mencionar a Flora Lauten, como mi maestra inicial y formadora, no solamente en la parte técnica si no en cuanto a ser guía y líder de grupos; a Vicente Revuelta como un maestro estético, poético aunque fue mi maestro directamente en clase, pero sí su línea y su aprendizaje llegaron posteriormente a mí y se han hecho cada vez más un legado para mí”.
Refirió también nombres como el de Helmo Hernández, director de la Fundación Ludwig, “que ha tenido una gran influencia teórica en mi trabajo, en cuanto a cultura general, y por supuesto a mis actores de todas las etapas, que han sido muchos y ellos saben quiénes son: Zulema Claria, Alexis Díaz de Villegas, Pancho García, Yuliet Cruz, por poner ejemplos notorios de los que han pasado por mi grupo Argos en todos estos años”, aseguró.
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